El síndrome del impostor: qué es y cómo superarlo.
¿Te comparas con los que te rodean y piensas a menudo que son mejor que tú?
¿Estás arrancando tu negocio y te sientes un aficionado que se avergüenza con la idea de pedir dinero por su trabajo?
¿Llevas ya tiempo emprendiendo y temes subir tus precios porque no te sientes experto en nada?
Si has contestado a una o varias de estas preguntas con un “sí”, es muy probable que sufras el Síndrome del impostor.
Tranquil@, solo formas parte de la gran mayoría de la población que lo sufre wink . El 70% de las personas han experimentado los síntomas del síndrome del impostor. Así que no, no eres un bicho raro.
Te confieso que yo mismo lo he sufrido. De hecho me atrevería a decir que la mayoría lo sufrimos en alguna medida de vez en cuando.
Vamos a hablar por tanto sobre este síndrome y cómo superarlo. Pero descuida que no te voy a contar lo que podrías leer en la wikipedia o en otros miles de post que hay en internet.
En este post vamos a desenmascar juntos el Síndrome del Impostor, de modo que puedas superarlo.
Aunque ya te aviso: siempre acaba saliendo. Pero te enseñaré a aprender a convivir con él y que no te amargue la existencia.
Coge un café, un té verde o lo que sea que te guste beber mientras lees y prepárate para descubrir cómo.
¿Qué es el síndrome del impostor?
El Síndrome del Impostor es el miedo escénico que experimentan aquellas personas, que al expresar su competencia en algún asunto temen ser descubiertas como insuficientemente capaces o expertas en relación al mismo.
Fue la Doctora Clance la que estudió por primera vez en 1978 este síndrome que denominó: Imposter Phenomenon.
Clance observó cómo algunas estudiantes brillantes manifestaban dudas sobre sus capacidades y no se enorgullecían de sus logros ya que temían ser calificadas de farsantes.
Más adelante te contaré algunos detalles de la investigación de la Doctora Clance que te ayudarán a entender este fenómeno mucho mejor.
¿Cómo se desarrolla el síndrome del impostor?
Si en alguna ocasión has tenido que exponerte por primera vez como alguien competente frente a un grupo de personas, es muy probable que hayas sentido temor al juicio de esas personas.
Esto es bastante normal, ya que nos importa la impresión que generamos en los demás cuando se trata de mostrar nuestra experiencia.
Lo irregular es tener un sentimiento de que se es un fraude y que esa emoción perdure en el tiempo. Y si bien digo irregular, es muy habitual.
Por ejemplo, muchos emprendedores novatos tienen una gran reticencia a vender porque no se sienten lo suficientemente expertos. Al compararse con personas que llevan mucho más recorrido que ellas no se sienten legitimados para ayudar a otros. Y mucho menos para cobrar por ello.
En casos muy extremos, algunas personas tienen ese sentimiento de insuficiencia a pesar de haberse especializado y gozar de una importante experiencia. Por mucho que se hayan esforzado sienten que nunca es suficiente.
Lo curioso es que está demostrado que el síndrome del impostor afecta con más frecuencia a personas con mayor potencial.
El síndrome del impostor afecta más a menudo a personas con un mayor potencial o que son más exitosas Clic para tuitearPersonas que aún teniendo un desempeño elevado sienten de algún modo que son un fraude.
Pero, ¿por qué les sucede esto a tantas personas?
Como la mayoría de cosas que experimentamos hoy, el origen se encuentra en nuestro pasado.
Es en el seno familiar y educativo donde con frecuencia se planta y se cultiva la semilla del síndrome del impostor.
La apreciación del logro y el rechazo al fracaso tienen mucha culpa.
A los niños no se les enseña a reaccionara los fracasos de un modo constructivo y a menudo no se celebran con suficiencia los logros.
En especial en esas familias sacrificadas que, con toda su buena intención, han impuesto una educación exigente en sus hijos para que sean los mejores. En su forma de entender la vida, esa es la manera de ser alguien el día de mañana.
Este tipo de educación es la fórmula perfecta para desarrollar el Síndrome del Impostor, tal y como lo demuestran algunos estudios.
De mayor quiero ser súperhéroe
Clance e Imes descubrieron que muchas veces las personas con síndrome de impostor fueron valoradas por su inteligencia en la infancia. Pero llegados a la universidad o a un nuevo trabajo más complicado caían en la inseguridad profesional y el autosabotaje.
“Muchos alumnos de alto rendimiento crecieron en familias en las que recibieron aprobación para el logro, pero no se les dio mucha validación por sus sentimientos”, explica Imes. “Así que crecen pensando que sus capacidades o valor están ligados al éxito”.
Para sentirse aceptado por el primer círculo de seguridad que representa la familia, deben ser superhéroes perfectos. Así pues, la presión social genera una ansiedad que impide al niño apreciar su valía real.
Y con los años no acaba jamás de reconocer realmente su alto nivel de desempeño.
El síndrome del impostor es más frecuente en las mujeres
Aún hoy en día siguen existiendo muchos estereotipos de género. Y el síndrome de la impostora tiene más sufridoras que el síndrome del impostor.
Un estudio de Pauline Clance y Suzanne Imes demostró que existían dos grupos de mujeres que experimentaban el síndrome de la impostora.
- La segunda de la familia, la niña “sensible” que va detrás del hermano o la hermana “inteligente”. Esta pequeña crece con sobresalientes para demostrar su valía. Pero, al no sentirse reconocida por su familia empieza a dudar de si sus logros no tienen lugar más por sus encantos que por sus habilidades.
- Luego encontramos la impostora que crece con pensamientos de gente exitosa. Escucha a sus padres decirle lo muy inteligente que es y que puede con todo. De repente, se da cuenta de que para lograr sus propósitos tiene que esforzarse. Se crea un abismo entre la imagen que la niña tenía de ella misma y la realidad distorsionada. Si necesita estudiar es que ya no es tan inteligente como los demás creían, y se esfuerza en secreto para no ser desenmascarada.
Así empieza muchas veces el pesimismo defensivo que consiste en abortar misiones antes de empezar la acción. Simplemente por miedo al fracaso.
¿Te suena?
Comportamientos limitantes que caracterizan a las personas con el síndrome del impostor
La persona que sufre el síndrome del impostor tiene una serie de conductas limitantes que son las que impiden su desarrollo.
Esto a su vez se traduce en una reafirmación de su falta de valía, por lo que es importante identificarlas para corregirlas.
A continuación te expongo algunas de estas conductas.
La falsa humildad
Una cosa es ser humilde y otra muy distinta quitarse todos los méritos para no parecer arrogante. Esto último no sólo no te ayuda, sino que te hace sentir menos que la mayoría.
Era el caso de uno de mis clientes de mentoring, al que llamaré Marco por cuestiones de confidencialidad.
A pesar de ser reconocido en su trabajo y tener siempre la agenda llena, Marco temía permanentemente subir sus precios. Su competencia cobraba más y sus amigos le decían que debía cobrar más. Pero su miedo al rechazo de potenciales clientes era atroz.
Su negocio estaba estrangulado porque sentía la necesidad de ofrecer un servicio con una atención y una excelencia por la cual no cobraba. Cuando hicimos cuentas se le vino el mundo encima: su hora de servicio era inferior a lo que cobra un repartidor de pizza (lo sé porque yo lo fui en mis tiempos mozos).
Entonces entendió que debía superar esas historias mentales. Tras subir los precios sus clientes no le dieron la espalda y siguió recibiendo contratos. Esto le hizo sentir una mayor seguridad y un mayor respeto por sí mismo y por su trabajo.
Síndrome del autosabotaje
Antes de eso, por más que probaba estrategias y métodos para hacer crecer su negocio, Marco no conseguía hacer crecer su negocio.
Llevaba años consumiendo programas formativos, algunos de profesionales reconocidos. Pero a pesar de ello no avanzaba.
No se daba cuenta de que él era su peor enemigo. Su mente le hacía ser muy perfeccionista y caer permanentemente en la procrastinación. Su miedo a ser percibido por un impostor, le conducía permanentemente al autosabotaje.
Lejos de ser un caso aislado, es un problema muy habitual en los emprendedores que mentorizo. Muchos tienen tendencia a ningunear sus logros como si los hubieran conseguido por azar o no fueran importantes.
De algún modo sienten que sus éxitos los han conseguido por suerte y no por su valía. ¿Por qué?
Porque el sistema social en el que vivimos nos ha contado que debemos ser agradecidos a la divina providencia. Es fundamental que nuestra modestia prevalezca sobre los propios resultados. Sobre todo si tenemos el perfil de una persona exitosa.
Así que ante la posibilidad de parecer que somos un poco “sobrados”, preferimos pensar y expresar que “no es para tanto” o “es mi obligación”.
La persona que sufre el miedo del impostor tiene terror a ser desenmascarada. Y para que no descubra nadie que es un fraude, se exige muchísimo a sí misma. En ocasiones hasta anularse como persona.
La autoexigencia excesiva
Como he dicho anteriormente, aquel que sufre el síndrome del impostor a menudo piensa que su trabajo no es suficiente.
Una cosa es que trates de dar siempre lo mejor de ti y otra que te fustigues para conseguir cualquier cosa y no celebres nunca lo que logras.
Yo he sido de estos últimos y por eso sé bien de lo que te hablo.
Hoy en día en nuestra sociedad, es preciso que nos vendamos a nosotros mismos como los mejores a la vez que debemos ser humildes. En otras palabras, debemos ser la re-hostia para tener éxito, pero sin que se note.
Esto se traduce en un alto nivel de auto-exigencia y un bajo nivel de auto-reconocimiento. Un combate del que siempre saldrás perdiendo.
Un listón demasiado alto
Esa exigencia llega a paralizar a las personas, porque temen que su trabajo nunca será lo suficientemente bueno. Y el criterio de qué es “suficiente” viene únicamente marcado por el listón que ellas mismas han puesto. Un listón habitualmente muy por encima de lo razonable.
La consecuencia de esto es el miedo al fracaso del que ya hablé en esta entrada.
Veo más a menudo de lo que desearía cómo el miedo al fracaso se vuelve tan grande que paraliza a la gente más competente.
Sería estupendo que todos interiorizáramos estas palabras de Mary Pickford:
“Si has cometido errores, incluso errores graves, siempre tendrás una oportunidad de enmendarlos. Lo que llamamos fracaso no es la caída sino el hecho de quedarse en tierra.”
Si lo miras de este modo, la única forma válida de superar el síndrome del impostor es permitiéndote la libertad de fracasar. Porque el error es perfectible. Porque el verdadero fracaso no deberías medirlo por el resultado sino por tu actitud.
Para eso es imprescindible romper las cadenas de tu baja autoestima que te sugiere que tu valor como persona está asociado a tu rendimiento.
No eres menos porque consigas menos resultados. Clic para tuitearSal ahí fuera y díselo al mundo wink
Síndrome de hiper-responsabilidad
Otras de las conductas limitantes que se derivan del síndrome del impostor es la que yo denomino “la conducta del salvavidas”
Está muy bien ser responsable y profesional, pero has de tener presente que no todo recae sobre tus hombros.
Recuerdo que cuando estaba en mi trabajo tenía un sentimiento de responsabilidad excesivo inculcado por mis jefes. Estuve mucho tiempo trabajando hasta la noche porque había siempre trabajo por hacer.
En más de una ocasión había pedido personal para que me ayudara en distintas áreas del proyecto, pero esos recursos nunca llegaban.
Mi propia empresa no sólo no me ayudaba sino que me hacía sentir que era mi obligación sacar toda aquella cantidad de trabajo adelante.
Mi sentido de la responsabilidad fue su mejor aliado, y continué en esa situación durante bastante tiempo. Hasta que acabé quemado por completo y tuve que dejarlo.
Sentía que era mi obligación sacarlo todo adelante y me frustraba permanentemente no llegar a todo.
El síndrome de la hiper-responsabilidad se refuerza a través del perfeccionismo y la ilegitimidad.
La ilegitimidad que sientes cuando te encargan un trabajo de responsabilidad nace de la comparación con una perfección que jamás existió.
Te comparas con un ideal inventado y perfecto difícil de alcanzar. Es así como asumes que para hacerlo bien tienes que ser el mejor. Si no, el mundo se derrumba.
¿Cómo saber si tengo síndrome del impostor?
“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas.”
Bertran Russel.
Va a ser difícil encontrar una frase que resuma mejor la situación. Y es que como ya dije antes está demostrado que el síndrome del impostor se presenta especialmente en personas de alto nivel de desempeño.
Tres síndromes para tres distorsiones de la realidad
Para descubrir cuál es el velo que cubre los ojos de quien sufre el síndrome del impostor, vamos a compararlo con otros dos síndromes más.
El trepa: síndrome de Procusto
Procusto es un personaje de la mitología griega que simboliza la persona que no acepta que otros sobresalgan más que él. La inseguridad que provocaría tal situación es insostenible para Procusto.
Así que hablamos de la típica persona en el seno laboral, amistoso o familiar que hace todo lo posible para sabotear el éxito de otras personas que consideran posiblemente más válidas que ellos.
Al mismo tiempo no deja de resaltar o más bien inflar sus virtudes. Es decir, lo opuesto a la persona que sufre el síndrome del impostor.
El incompetente satisfecho: Síndrome de Dunning-Kruger
Existe una vieja máxima de Charles Darwin que nos recuerda que “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”.
¿Cómo es eso posible?
Según David Dunning y Justin Kruger -en un estudio publicado en The Journal of Personality and Social Psychology en 1999- los incompetentes tienden a sobreestimar sus capacidades y sus logros.
Esta distorsión de la realidad provoca en ellos un bienestar psicológico indudable a pesar de su ineptitud.
«La mala medición del incompetente se debe a un error sobre si mismo, mientras que la mala medición del competente se debe a un error acerca de los demás».
David Dunning y Justin Kruger
Según las conclusiones que sacaron Dunning y Kruger, el mayor problema de la persona que padece síndrome del impostor es su manía de compararse de forma errónea con los demás. Se compara para rebajarse.
Mientras tanto, el incompetente no sufre el síndrome del impostor, porque, en todo caso, si pretende exagerar sus capacidades es porque es un impostor de verdad.
El humilde perfeccionista: Síndrome del impostor
El error de nuestro humilde perfeccionista está en su mirada que deforma la realidad creándole la sensación de que los demás son mucho mejores que él.
Como he comentado antes, cuando padeces el síndrome del impostor quieres, por un lado ser humilde a toda costa, y por otro el mejor.
Jodido asunto, ¿no crees?
Por esa razón insisto en subrayar que al contrario de lo que pensamos en primer lugar, el síndrome del impostor aparece cuando estamos frente al perfil de personas competentes y exitosas.
El test para descubrir si tú también tienes síndrome del impostor
Llegados a este punto seguro que te apetece saber si tú también haces parte de estos 70 % de la población.
Te invito a que entres aquí para hacer el test de la doctora Clance (en inglés)
Si no te manejas bien con el inglés, te dejo aquí algunas preguntas que te llevarán a saber si tienes el síndrome del impostor.
- ¿Te cuesta aceptar cumplidos?
- ¿Sientes que no mereces los reconocimientos que recibes?
- ¿Sientes que las cosas que has logrado en tu vida ha sido principalmente por suerte?
- ¿Piensas que tus logros no son tan impresionantes como algunas personas dicen?
- ¿Te consideras una persona perfeccionista?
- ¿Temes que los demás descubran que no eres tan inteligente como creen?
- ¿Tiendes a recordar con más frecuencia tus errores que tus aciertos?
- ¿Tiendes a compararte con otros y piensas que no eres mejor que ellos?
Si has respondido mayoritariamente “sí” es más que probable que sufras el síndrome del impostor.
Si es así, no te preocupes que a continuación te voy a ayudar a superarlo wink
¿Cómo superar el síndrome del impostor?
A estas alturas supongo que te estarás preguntando qué puedes hacer para superar el síndrome del impostor.
Voy a contarte algunas estrategias que espero que te ayuden a superar este puñetero síndrome:
Cambia tu perspectiva de la realidad
Si sufres el síndrome del impostor puede que al compararte asumas que tienes una menor competencia que los demás.
Esto es sin duda debido a una distorsión de la realidad. No digo que seas más competente o igual de competente que una persona experta. Pero, ¿de verdad eres menos inteligente o capaz que la mayoría de la población?
No, y lo sabes.
Por eso mi primera propuesta es que hagas un re-encuadre de la realidad.
Espero que este poema que me solía recitar mi abuelo (un poco escatológico) te ayude a hacerlo:
En este mundo traidor, de cagar nadie se escapa; caga el rico, caga el pobre, caga el rey y caga el Papa.
Ya lo decía Montaigne: “al igual que todas las personas cagan, incluso los reyes, todos tenemos miedos, incertidumbres y obsesiones”
Sí, tal cual lo expresaba.
Así pues, empieza por observar los defectos de aquellos con los que te comparas: como todos, ellos también ocultan sus miserias. Y créetelo, no son mejores que tú.
Para ayudarte a hacer el re-encuadre, imagínatelos en el váter bigsmile
Compárate para ganar
Si tienes el síndrome del impostor, puede que alguna vez te hayas dicho : ¿quién soy yo para hablar de esto?
La respuesta a esta pregunta nunca has de definirla en relación a todos esos expertos que saben más que tú. Tu respuesta has de darla en función de los conocimientos que posees con respecto a la mayoría.
Piénsalo bien:
- un aprendiz de pintor, en 3 meses podría dar clases básicas a quien jamás a cogido un pincel.
- un estudiante de psicología, en 5 meses (si estudia) podría darte varias lecciones de cómo funciona el cerebro.
- una personas aprendiendo japonés, tras 6 meses de clases daría el pego como bilingüe ante una persona que no entiende ni una palabra del idioma
Si bien comparándolos con expertos tienen mucho camino por recorrer, podrían dar explicaciones de lo que saben a la mayoría.
Por tanto si llevas tiempo interesándote por una temática, desarrollando un hobby o practicando una actividad, tienes más competencia que el 95% de la población en esa materia.
Por tanto, si vas a compararte con los demás, hazlo para salir ganando.
Siempre serás un experto para otra persona. Clic para tuitearToma conciencia de esto cada vez que sientas temor. A menudo nos olvidamos de que la mayoría no tienen ni puñetera idea de aquello en lo que nosotros, en una medida y otra, somos expertos.
Ridiculiza al impostor que tienes dentro
Sufrir el síndrome del impostor es a menudo como tener a ese “amigo” capullo que te menosprecia siempre que tiene ocasión.
El muy imbécil te suele decir cosas como:
- Vaya potra has tenido colega. Eso no lo vuelves a repetir en 100 años
- La volviste a cagar, tanto que te esfuerzas y fíjate, para nada.
- Te lo dije, ¡si es que eres un pringao!
El problema es que no es un amigo idiota, sino que eres tú quien te dices todo eso.
Te voy a contar una estrategia infalible para mandarlo a paseo wink
Ponle un mote
Visualiza esa voz como un personaje que te habla al oído y ponle un nombre. O mejor, un mote, ya que lleva toda la vida amargándote, es hora de que tú también lo ningunees. Llámale.. yo que sé, Pepe Lotas por ejemplo.
Y cada vez que salte con la cantinela, dile cosas como, “que sí Pepe Lotas, lo que tú quieras”, o “paso de ti Pepito”. Trata de ridiculizarlo, y de esa manera el impostor dejará de tener fuerza.
Crea tu superhéroe
Esta estrategia se utiliza a menudo para vencer el miedo escénico.
Piensa en el superhéroe más conocido de la historia: Superman. En la realidad era Clark Kent, un tipo tímido y apocado al que le daba mieditis hablarle a Jane. Eso sí, el tío se quitaba las gafas y cuando se metía en la cabina de teléfono, salía a comerse el mundo.
Esa historia se repite una y otra vez:
- Spiderman era en realidad Peter Parker, un estudiante de periodismo flacucho
- Superlópez se llamaba Juan López, un primo de mi padre
- Mr Proper al final se descubrió que era Don Limpio… tongue
Todos ellos se crecen ante las adversidades cuando se enfundan sus trajes. Esto es algo que de forma figurativa también puedes hacer tú.
Crea lo que se denomina un “álter ego” que posea las cualidades que necesitas para contrarrestar a Pepe Lotas: fuerza, rebeldía, tenacidad, perseverancia…
Ponle un nombre potente, que te evoque algo importante. Por ejemplo, el mío es “Super-emprendedor”, sino que te lo diga mi buen amigo Juan Carlos Castro. wink
Haz que tu superhéroe y tu villano se vean las caras cuando el impostor aparezca
Enfundate “el traje” de tu superhéroe cada vez que tengas que enfrentarte a algo que te da mieditis.
Como decía el tío de Spiderman, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, así que no te escondas detrás de tus miedos.
Reflexiona sobre esas creencias limitantes que te dice cosas como:
- El cliente tiene siempre la razón. Son los que me dan de comer, me debo a ellos…
- Respuesta: ¡¡¡anda y que te pires ya!!!
- Tener miedo es de cobardes…
- Respuesta: Mira quién vino a hablar: Pepe Lotas…
- Si fallas eres un perdedor…
- Respuesta: Por eso tú fallas tan poco, ¿no?
Sí, tu superhéroe tiene que ser respondón, así que entrénalo para que el villano no te coma terreno wink
Toma conciencia: define tu valor
Tienes que recuperar tu confianza. La plena conciencia de tu potencial es la llave maestra para que nunca más te sientas un fraude. Por eso, es necesario que definas tu valor.
Tienes que sacar a la luz tus áreas de excelencia. Hay un cruce de caminos entre tus habilidades, tu pasión y tus conocimientos. Ahí es donde se encuentra tu verdadero TALENTO con mayúsculas.
Si no lo conoces, te animo a descubrir el método con el que he ayudado a más de 800 personas en mi programa “Descubre tu Talento”
Con este mapa en mano, sabrás reconocer al impostor que tienes dentro. Porque no hay herramienta más poderosa que el autoconocimiento.
Enorgullécete de lo que has hecho, lo que haces y lo que harás
Has hecho cosas cojonudas, ¿no te acuerdas?
Es normal. Las personas que sufren del síndrome del impostor suelen ponerse el listón tan alto que no celebran ni las pequeñas victorias.
Siempre hay una meta más alta, más lejos, más grande que alcanzar. Se sumergen permanentemente en lo que carecen y rara vez reconocen lo que han conseguido.
Por eso te animo a que revises ahora tu vida y anotes tus logros. Y cuando los tengas levántate y date una ovación como te mereces. ¡Así se hace! ¡Eres una rock-star!
Y a partir de ahora, celebra cada paso por pequeño que sea.
Recuerda que solo tu sistema de creencias es responsable de que sobrestimes las competencias de los demás e infravalores las tuyas.
Y ellos también “la cagan” wink
Deja la modestia aparte
Los logros de una persona no se miden por su capacidad sino por la conciencia que pone en sentirlos y reconocerlos.
Si crees en ti, tendrás menos probabilidades de que tu modestia y tu perfeccionismo saboteen tu objetividad.
No hace falta que vayas fardando, pero sí que te hagas merecedor de tus propios méritos.
¿Capisci?
Pasa a la acción: comunica tu valor
Te preguntas seguramente, cómo superar la inseguridad.
Permíteme que te responda: pasando a la acción. Si te has quedado igual, lo entiendo. Por eso te voy a decir cómo puedes hacerlo.
Tienes que compartir tus conocimientos con otras personas:
- Si hay una pequeña asociación cerca de tu casa, ve. Proponles una charla en eso que sabes más que nadie.
- ¿Prefieres escribir? Crea un blog, o postea en Facebook.
- ¿Lo tuyo es el vídeo? Grábate hablando de tu pasión, o de cualquier cosa que aporte valor o inspire a los demás.
- Y sino, atrévete a unirte a una comunidad de aprendizaje donde crear autentica sinergia con inconformistas como tú.
Date cuenta en vivo y en directo de todo lo que sabes y puedes compartir.
Lo que te parece insignificante, es revolucionario para los demás
Tenemos la mala costumbre de compararnos. Y como te dije antes, si tienes el síndrome del impostor, seguramente lo haces para perder.
Pero te voy a decir una cosa my friend: nosotros nos conocemos desde dentro y solo conocemos los demás desde fuera.
Te suena esa situación en la que te quedas flipando por lo que ha ideado otra persona y te dices:
“¡Qué idea más cojonuda, jamás se me habría ocurrido algo así!”. Y luego piensas para ti “nunca seré tan crack.”
Y un día de repente se acerca alguien y mira lo que estás haciendo y te dice: “¡Joder! ¡Qué bueno es eso!”.
Así pues, supera el pesimismo y sobre todo deja de menospreciar tu trabajo. Please
Querer aprender más es un signo de crecimiento y no de retraso
No eres menos válido por querer formarte. Al contrario.
Eso sí, no se trata de aprender para ser el eterno estudiante que procrastina permanentemente el paso a la acción. La preparación que ya tienes es valiosa y no puedes esperar toda la vida para ponerla en juego.
Un buen modo de superarlo es entrando en un grupo de mastermind. Junto a tus compañeros podrás
- Compartir tus bloqueos.
- Celebrar con ellos tus éxitos.
- Sentirte acompañado en todo momento.
Si eres emprendedor y estás bloqueado con tu proyecto por falta de planificación, de estrategia y altas dosis de síndrome del impostor, te animo a conocer Acción Masiva. Se trata de un servicio de mentoring grupal tipo mastermind (muy exclusivo) que organizo cada 3 meses.
Haz clic para conocer los detalles de la próxima edición
Y recuerda: en vez de esperar grandes logros, dale valor a las pequeñas acciones cotidianas
Toma conciencia de tu sabiduría interna junto a tus conocimientos. Romper las cadenas de la baja autoestima te dará más energía para compartir lo que sabes y ayudar así a los demás.
Resumiendo, que ya va siendo hora
Un impostor es un tipo que se hace pasar por alguien que no es.
Como el famoso caso de El Pequeño Nicolás: un tipo que iba por la vida fingiendo que era amigo de personajes de alto standing para ganarse el favor de otros.
Mírale la cara y dime: ¿de verdad eres como El Pequeño Nicolás?
Sé que la respuesta es que no y que después de todo lo que hemos visto aquí, ya has empezado a superar el síndrome del impostor.
Sin embargo, el capullo de “Pepe Lotas” volverá a salir en alguna ocasión. Porque a todos, por muy expertos que seamos nos pasa.
Así que, como ya te advertí al principio, habrás de convivir con él y entender que no lo hace con mala intención wink
En mi caso, gracias a él he conseguido reinventarme y realizarme cada día más como persona.
He superado la barrera que me impedía ver mis logros, y he aprendido a comprender que el techo infranqueable que tantas veces me limita no viene de las externas sino que reside en mi interior.
Ahora me gustaría saber de ti. ¿Cómo y en qué circunstancias se manifiesta el impostor que llevas dentro, y qué haces para ponerlo a raya?
Te espero impaciente en los comentarios wink
Hola Álvaro
En mi caso, cierto ratoncito azul me ha salvado la vida. Es un superhéroe muy extraño que se crece en la zona de comentarios de otros blogs; eso sí, cuida con mimo a sus comentaristas.
De tu post, destacaría con tres cosas:
> Autosabotaje
> Inteligencia de dudar
> Seguridad de los ignorantes
Un abrazo
Gracias Jerby!
Buen resumen, y a ver si un día te dejas ver wink
¡Excelente post, Álvaro!
Yo descubrí hace tiempo que me pasa, y el día que me enteré de que existe algo llamado Síndrome del Impostor fue una gran liberación. Ahí pude por fin investigar para empezar a manejarlo y no dejarme llevar por esa voz en mi cabeza que siempre decía cosas feas sobre mi trabajo.
A mí me lo que más me ayuda es justamente pensar eso que has dicho: “lo que a ti te parece insignificante, es revolucionario para los demás”. La mayor parte de las veces nos desvalorizamos y recordarte esto de vez en cuando (o en mi caso muy a menudo jaja) al menos a mí me ayuda un montón.
Eso sí, lo de dejar la modestia aparte me sigue costando y mucho.
¡Gracias por el post! me parece de gran ayuda y pienso recomendarlo a todo el que identifique a partir de ahora con síntomas tongue Un saludo!
Hola María!
Me encanta verte por aquí. Me alegra que te haya gustado el post tanto como para recomendarlo wink
Deja la modestia mujer, y saca la rock-star que llevas dentro!!!
Un abrazo smile
Muy buen artículo, Álvaro, muchas gracias! Me he reído un montón, y sentido identificada en muchos de los puntos, que no en todos, tampoco estoy tan mal como creía smile Gracias por tu esfuerzo en ayudar a los demás!
Le alegro que te haya gustado Laura y también que no te haya sentido identificada con todo (y aún más que te hayas reído jajaja)
Un abrazo!
Muchas gracias Alvaro por este articulo tan interesante, definitivamente yo tengo este sindrome en gran parte, aunque ya soy un inconformista veo que me falta mucho por aprender para obtener mi libertad financiera de manera exitosa, saludos desde Veracruz, Mexico.
Gracias Alvaro!! Muy valioso tu artículo.
Entender esa programación que desde niños recibimos ayuda a derrumar ese simdrome del impostor.
Asimismo, como lo indicas ese Pepe Lotas puede aparecer en cualquier momento y debemos estar concientes para no dejarlo que se salga con la suya.
Saludos!!
Magnifico artículo Alvaro, de lo mejor que he leído nunca de crecimiento personal, me veo totalmente reflejado, muchas gracias y a seguir aportando valor. Saludos.
El nombre del articulo y la foto de la entrada te ha quedado brutal buen articulo
Álvaro,
No sabes cuánto me has ayudado hoy que estoy aterrada ante la” obligación ” de publicar en mi web un artículo justo ahora que empiezo a tener visibilidad.
Me he reído al leerte ante la iidentificación que he sentido.
Muchas gracias de verdad.
Me alegro muchísimo Nathalie,
Ya sabes lo que tienes que hacer con esa vocecilla que te sale de dentro wink
Creo que además de lo que ya has leído, te puede ayudar a salir del síndrome del impostor (impostora en este caso smile ) pensar en ti misma hace unos años cuando no sabías nada de lo que sabes hoy y cómo te habría gustado leer algo como lo que tienes que escribir wink
Un fuerte abrazo y a por ello!
Creo que conozco un par de personas con ese sindrome, incluso en la familia….me ha gustado mucho su articulo smile saludos
¡Wow! Gracias Álvaro!
Este es el tipo información que los ciudadanos de a pie deberíamos tener a la mano, nos sería más fácil gestionar nuestras vidas sin tanto drama.
Especialmente me siento identificada con la dificultad para recibir cumplidos, normalmente me pongo nerviosa, hago un comentario medio chistoso, cambio el tema… digo que pudo ser mejor o doy el mérito a cualquier elemento externo que me ayudó a obtener ese éxito… A eso le sumo que, aunque he tenido trabajos y actividades profesionales por las que me han admirado, como que me ha costado creérmelo, es como un sentimiento de no merecimiento.
Pero ya estoy trabajando en eso, y tu artículo me ha sido de gran utilidad para identificar otros factores que pueden estar influyendo, como los modelos de crianza.
¿Cómo pongo a raya a la impostora?, pues me ha funcionado bien escucharla desde la consciencia con sus dramas, a ver qué es lo que le pasa.
Sentí que cuando la limitaba como que me quedaba con algo guardado, no sanado.
Ho´oponopono es una técnica muy interesante que aplico para calmar a mi impostora, a quien ahora llamo “la loca de la casa” que no para de hablar. Y simplemente la escucho y le digo “gracias, pero no compro”.
Personalmente creo que este concepto es manejado desde muchas técnicas, pero con diferentes nombres. Sería interesante recopilarlos y mostrar que hay muchos caminos que conducen al mismo fin, a veces los novatos nos confundimos y damos vueltas comparando… ¿Qué opinas?
Saludos desde un rincón de Colombia!
Rossana
Hola Álvaro,
Te cuento que precisamente hoy me sentía de la patada porque sentía que mi trabajo no era suficiente, porque a pesar de que trabajo muchísimo no veo los resultados que espero en el tiempo que yo misma me he trazado, además trabajo con gente que es super brillante y mi villano me dice que no soy suficiente para estar en esta posición, a pesar de que he estudiado muchísimo y la verdad me he esforzado mucho para llegar donde estoy (al menos eso lo tengo claro), para darte contexto estoy haciendo un post doc, trabajo en investigación en ciencias básicas. Hoy decidí liberarme y le conté como me sentía a una de mis compañeras del lab y me habló del síndrome del imposor (ni idea de que se trataba) y googleando me encontré con este artículo tuyo. Muchisimas gracias, me siento mas tranquila al saber que no soy la única a la que le pasan estas ideas por la cabeza y tiene ese demonio de tazmania diciendo cosas feas sobre su trabajo al oído, además, que es mas normal de lo que parece. Confieso que me sacaste varias risas en el transcuso de la lectura y espero poder poner en práctica los tips que describes para no auto-sabotearme y lograr desarrollar mi maximo potencial sin culpas y valorando lo que soy y lo que he logrado. Gracias totales!!!
Que articulazo, felicitaciones¡¡¡
Me siento liberada al tener mas conocimiento de lo que padezco, ahora que lo se, empezare a trabajar para acabar con este sindrome que tan malos momentos me ha hecho pasar sad
Hola Álvaro,
me ha encantado el artículo.
No se si estarás de acuerdo, pero la importancia de reconocer y superar el síndrome del impostor, es que deja en la cuneta mucho talento.
Dicho de otra manera: son muchas las personas que ante la oportunidad de reinventarse para dar lo mejor de si mismas, se paralizan por sentirse un fraude y se resignan a vivir la vida que dictan otros.
Pero sobre reinvención, tu eres el experto. wink
Más allá de la identificación del “síndrome”, me parece genial la aportación práctica de como vencerlo.
Un saludo y gracias por el artículo.
Rafa
Hola! Acudí ayer a mi primera sesión con un psicólogo. Tengo 27 años, me encanta mi profesión, tengo dos másteres oficiales, un doctorado y unos cuantos cursos de diferentes ámbitos de ella, pero siempre he sentido que estoy un escalón por debajo que debo seguir y seguir, y aunque disfruto mucho creciendo con la formación, es verdad que siempre he notado que nunca disfruto de lo que consigo, cuando alcanzo algo mi cerebro dice ¿y ahora qué?. Cuando le contaba todo esto al psicólogo, entre otras cosas, me habló de este síndrome, del que no tenía conocimiento alguno, me dijo: bichea por internet; acto seguido inició el la búsqueda para asegurarse de que no aparecía ninguna locura. Me leyó la definición que da wikipedia, la cuál es breve, pero aun así dije…”jóder” eso de creer que todo es por suerte o casualidad…cómo me suena.
Gracias por tu entrada, me he sentido suuper indentificada y desde hoy intentaré atar en corto a “Socorro” y dar rienda suelta a la pequeña “Shine”.
Hola Paula!
Me alegro mucho de que hayas dado con este artículo y que te esté ayudando. A por esa pequeña Shine! smile
Un abrazo!
¡Hola Álvaro! Soy Sara, y es la primera vez que escribo, desde México, un comentario público en una “página desconocida”. A diferencia del resto de mis días apáticos, hoy decidí buscar en la web más información sobre un síndrome que me diagnosticó una amiga en una plática cualquiera: “tienes el síndrome del impostor”… Y sí, leyendo tu nota, me declaro impostora. Quiero aportar una actitud que me pasa, simultáneamente al descalificarme, a saber: ser víctima de los malos; por ejemplo, tengo un éxito laboral… comienzo a creerlo… llega mi impostor para decir, “no fue para tanto”…. pero además, llega otro pensamiento sobre: ¡”es que nadie me valora”! (con lágrimas en los ojos, jeje) A veces creo que sí me creo mis éxitos, pero caigo en la siguiente trampa que, como nadie me reconoce, entonces verdaderamente no vale y por lo tanto, me estoy mintiendo. En fin, agradezco mucho los tips que das, estoy segura que poco a poco, con tus consejos en práctica, podré contar otras historias sobre mi misma. ¡Me encantó esta publicación!
Hola Sara!
Mil gracias por tus comentarios y por compartir tu experiencia, seguro que es muy valiosa para otras personas.
Un abrazo!
Quiero agradecerte profundamente por compartir tu conocimiento sobre esto. Necesitaba leerlo, siempre me he preguntado por que me menosprecio tanto, actualmente estudio diseño y siento que haber leído esto me ayudará bastante en el futuro. Muchas gracias ❤
Me alegro mucho! Espero que pronto dejes de sentir este síndrome.
Un abrazo
Hola, me ha gustado muchísimo tu articulo.
Muchas veces me he preguntado porque me siento tan mal cuando la jente me valora pero a la vez quiero que me valoren ¡¡que lio!!
Con el tiempo he descubierto que la causa principal era que en casa mis padres tios etc. siempre me han comparado con respecto a mis dos hermanas.Para valorarme a mi tenían que despreciar lo de mis hermanas.y eso me causaba mucho dolor.
A veces pienso que he preferido que me salgan mal las cosas para acompañarles en el sentimiento.
Intento reflexionar todos los días sobre mis pensamientos y sentimientos y asi ir superando mi dolor.
Gracias
Me alegro mucho Esther!
Guau! Este articulo es oro. Llevo mucho tiempo con este problema, pero no sabia exactamente lo que me pasaba, lo confundia todo el rato con baja autoestima, y lo trataba como tal. Pero leyendo este articulo es que ni me hizo falta hacer el test jaja claramente este ha sido mi problema desde el principio. Gracias por describirlo de esta manera tan divertida, y planteandolo desde el optimismo, dandonos a todos esperanzas para superarnos de una vez a nosotros mismos! ✨✨
Me alegro de que te haya gustado Marta smile
Me sentí completamente identificada. A por los consejos! Gracias crack, necesitaba esto.
Me alegro mucho Bárbara!
Y yo siempre creyendo que el problema era mi autoestima no podia entender , gracias muy interesante la información me ha servido mucho
Me alegro de que te haya resultado valioso Julia!
Hola Álvaro, me ha gustado mucho el artículo, hasta se me ha hecho corto leerlo. Me siento muy identificado con practicamente todas las situaciones que planteas.
Me dedico al diseño gráfico, y aunque mis compañeros y superiores me tienen en alta estima, siempre que veo trabajos de los demás por internet me digo que no soy tan bueno como ellos. De hecho cada vez que tengo que empezar un proyecto nuevo me genera sufrimiento y procrastino ya que siempre creo que llegará el trabajo en el que los demás verán que no soy tan bueno. Aunque la verdad es que llevo 18 años en el oficio, y ese momento no ha llegado aún.
En fin, solo darte las gracias por el artículo, ¡un abrazo!
Gracias a ti por tu valioso comentario Alejandro, y a superar esos bloqueos wink
Y qué pasa con “los mandatos” inviolables sobre los que construimos nuestra persona? Cómo sacar esos cimientos perversos que hacen que cualquier cosa que construyamos, caiga y se destruya, sin que caiga nuestro Yo completo. Qué pasa con el mandato: no sos buena! Sos mediocre! Y qué pasa con los auto boicots destinados a cumplir con aquellos mandatos (porque “la exitosa es tu hermana”). Qué pasa cuando el boicot se sistematiza y no deja generar una pericia? Porque bajo esas circunstancias; uno se convierte en un verdadero impostor.
Muchas gracias por el articulo, como todos los que han escrito un comentario me siento plenamente identificado. Soy ingeniero y cuando debia presentar mi proyecto final de carrera sufrí una crisis de ansiedad pir miedo a ser descubierto como un impostor y no acudi a la evaluación, finalmente en un mes reuni el valor suficiente y con mucho sufrimiento presenté mi proyecto, la cualificación fue de matricula de honor, aun así mi pensamiento en vez de alegrarme por el logro fue: he conseguido engañarlos. Despues he hecho un master con buenas cualififaciones y al finalizar me han ofrecido una beca para cursar un doctorado, oferta que inicialmente acepte, pero aparecio Pepe Lotas y la maldita ansiedad para decirme que ya no podria seguir con la mentira, que esta vez, en un doctorado iba a ser decubierto, así que finalmente he rechazado la oferta y me siento muy mal por ello. He ido ojeando por internet hasta que he dado con esté articulo, el cual me ha encantado, voy a seguir tus consejos e intentar vencer este sindrome de una vez por todas.
Muchas gracias de nuevo.
Álvaro, lo primero muchísimas gracias por tu artículo!
Poner nombre a algo con lo q llevas tanto tiempo lidiando y luchando me ha dado una sensación de tranquilidad tremenda. La primera vez que oí hablar de este síndrome fue este sábado al leer un artículo del Mundo y casi lloro de emoción al poner nombre a lo q me pasaba.
Hoy he decidido bucear un poco más y ya encontrar tu artículo ha sido la leche!!
Tengo 46 años y llevo sintiendo q soy un fraude desde q empecé a opositar a inspección de hacienda. Después de 9 años opositando, decidí dejarlas y me pase al mundo de la empresa privada.
La sensación de ser un fraude me ha acompañado desde entonces.
Durante estos años me han diagnosticado trastorno de bipaloridad y siempre pensé q una locura iba unida a la otra. Nunca el psicólogo o el psiquiatra me han hablado del síndrome del impostor y la verdad habría sido de mucha ayuda.
La bipolarodad esta muy controlada, pero la sensación de fraude se mantiene conmigo y me desgasta muchísimo.
Por ello, darte de nuevo las gracias, por las vías de luchar contra esa sensación q nos has proporcionado.
Estoy deseando ponerlas en marcha.
Almudena
Hola Alvaro, oí a pasada semana de este síndrome y, curioso, he empezado a buscar información pues, inmediatamente, pensé que me identificaba con él. Fui muy buen estudiante, universitario correcto. Inmediatamente entre en multinacional donde llegué a director europeo. Monté después mi empresa de servicios en el extranjero que me ha funcionado bastante bien. Tengo una magnífica relación de pareja por quien daría todo y que me quiere con locura. He hecho un buen patrimonio, hablo 9 idiomas, 7 de ellos a nivel nativo/casi nativo y 2 alto. Me nombraron consul honorario de España en el país donde vivo, y me renovaron en mandato, realizo una impresionante actividad cultural por amor al arte y acabo de volver de un viaje a un país lejano donde la UE me invitó a dar unas conferencias (de estas invitaciones u otras, para hablar en universidades por ejemplo, tengo un montón) Y cuando me encuentro con el representante local de la UE y me dice “Su trayectoria es impresionznte” yo le suelto, “no, no es para tanto, debería hacer mucho más”. Y entonces me doy cuenta que algo no va bien, que estoy siempre valorando los resultados ajenos por encima de los míos, menospreciando los propios, sintiéndome culpable por no hacer más y responsable de todo lo que sucede a mi alrededor. Cuando estoy en familia pienso (y digo) ¿qué he hecho yo para merecer esto? Y me dicen que deje de lado la tontería y abra los ojos. Creo que voy a tener que po er a Pepe Lotas en su sitio. No me costará mucho ahora que ya lo he pillado. Muchas gracias por haberme ayudado a identificar al saboteador.
Recientemente me enteré de que existe esto que se conoce como el sindrome del impostor, yo pensaba que era algo normal y me justificaba como que siempre me hacía falta algo, estudiar más esforzarme más, equivocarme menos o simplemente no fallar… A pesar de que he superado muchas cosas, no lo entendía hasta que tomé una clase y mencionaban este síndrome… Me puse a investigar y encontré tu artículo, me parece muy bueno y completo, me ha dado un poco de pesar sacar 84 en el test, lo cual es muy alto, pero gracias a ti puedo desenmascarar a ese pillo que me quita mi autoestima, mil gracias por esta información!!
Un abrazo
Me ha encantado, soy Coach y Formadora y estoy relacionada con este tipo de temas, simplemente darte la enhorabuena porque me ha parecido de los mejores artículos que he leído.
Me ha ayudado para una charla, y lo he complementado con mis conocimientos en terapia sistémica que me ayudan a profundizar en la causa, en su origen, y ya por último cerrarlo con ejercicios muy prácticos que puedan ayudar a la persona a trabajar con su “impostor/a”.
Mi mas sincera enhorabuena, gran trabajo.
Me alegro que te haya ayudado Verónica smile
Buenísimo el articulo, me declaro paciente de este síndrome desde años a……pero que dando palos de ciego e ido identificando y bautizando con un nombre, el mío se llama Antonia( este nombre a mi me recuerda a una vieja roñona),pero no estoy “rehabilitada” ni mucho menos .
Hola me encantó tu post y sobre todo me ayudó y motivo muchísimo ,si tengo el síndrome del impostor en el aspecto laborar en este momento ,y ya lo había pensado a trabajar pero ahora con este post me has motivado muchísimo a vencerlo …. Un montón de Gracias !!✨✨✨✨✨
Hola Alvaro, no tienes una idea de todo lo que acabo de entender leyendo éste artículo, ya la vocesita tiene un mote; “zorompín” en mi país Costa Rica un “zorompo” es un tonto. Soy abogado de 2 décadas de ejercicio y he ganado muchos casos, incluso contra el Estado, sin embargo siempre me he sentido menos que mis colegas y me afecta muchísimo porque antes de un juicio siempre me siento inferior y he pensado que mis logros han sido por la buena fortuna aunque me he preparado con muchísima antelación, igual al asumir un nuevo caso siempre dudo y me da temor no poder llevarlo con éxito, aunque sea igual a muchos otros casos que he tenido. Mi super héroe? “Suuuper Law”… acaba de hablarme “zorompín” y me dijo que yo sentiría mucha pena si alguno de mis colegas lee este comentario y descubre mis debilidades. Bueno Alvaro, sos un Crack, no tienes idea cuanto me has ayudado, ahora vuelvo a leer todo el artículo, está genial! Saludos y gracias de nuevo!
Nunca valoro mis logros, cuando voy a celebrar algo que siento que he hecho bien, pienso: “¿qué diablos vas a celebrar?, no fue la gran cosa” y termino dejando mis pequeñas celebraciones; cuando mi pareja me pregunta sobre cómo me fue en mi día y yo pienso en compartir algún logro que me entusiasmó, simplemente pienso: “¿para qué vas a compartir esa tontería?, ¿a quién le interesa?” Lo hago todo el tiempo. Muchas gracias por publicar este artículo, el consejo del villano y superhéroe me parece fantástico. Gracias nuevamente. Saludos.
Hola Álvaro,
Hasta que no he leído tu artículo no sabía que tenía este Síndrome. Según lo leía me sentías más identificada. Es un artículo buenísimo, enhorabuena.
Este compañero que tenemos los que sufrimos este Síndrome puede llevarte a pasarlo muy mal. En mi caso, llevo casi dos años con ansiedad y con depresión relacionadas con el trabajo (no solo por este síndrome pero gran parte si es por ello). Estoy trabajando muy duro para superarlo y ya sabiendo que tiene nombre pues investigaré más para poder convivir con él y no me machaque la existencia.
Gracias
Hola Álvaro!
Enhorabuena por el post. Es genial!
Lo cierto es que hace relativamente poco que me di cuenta que sufro el Síndrome del Impostor.
Me di cuenta al ver que soy incapaz de cambiar de empresa por miedo a no saber realizar las tareas que me manden.
Excelente artículo! Me habían nombrado este síndrome pero no había leído nada al respecto. Sufro de esto claramente y espero comenzar a moverme de ese lugar. Este artículo me aclaró muchísimo sobre mi. El test me dió 81! ayyyy… pues a trabajar! Gracias Alvaro por compartir tus conocimientos. Me encantaría hacer el curso pero tendré que salir del síndrome para recibir ese dinerillo! Saludos!
Gracias por los consejos, los tomaré en cuenta, que buen post!
Me encantó esta frase:
“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas.”
Bertran Russel.
Lo leeré las veces que sea necesario
Saludoos:)
Acaba de pasarme algo que volvio a despertar en mi esa vocecita, que digo vocecita ese grito imposible de callar, hasta que llegue a tu post, parecia que me estabas vigilando con cada palabra de tu articulo…estoy en proceso de, como lo dice tu advertencia, dejar mi trabajo y hacer con mi vida algo extraordinario: vivir desde mi esencia, estuve a nada de autosabotearme con todo lo que he creado. ¡Gracias!
He encontrado ya muchos blogs hablando del sindrome del impostor en varios ambitos. Me gusto mucho este y ver lo comun que es