Hace unas semanas saltaba la noticia en los medios de que Iker Casillas sufría un infarto teniendo que ser hospitalizado de urgencia.
Imagino que Iker, que en 2010 levantó triunfal la copa que proclamaba a la selección España campeona del mundo de fútbol, poco podía imaginar a sus 37 años que iba a vivir una experiencia cercana a la muerte.
Y es que la mayoría vive sin la conciencia de que somos mortales, de que un día esta experiencia llamada vida se acabará y de que, cuando llegue ese momento, no habrá vuelta a atrás.
A menudo vivimos en piloto automático, y es sólo cuando experimentamos una crisis vital de cierta importancia cuando reaccionamos y tomamos decisiones que nos lleva a aprovechar la vida al máximo.
“La certeza de la muerte” es como yo denomino a la experiencia que hemos vivido aquellas personas que hemos estado a punto de morir.
Y me incluyo, porque lamentablemente (o afortunadamente según se mire) tuve que enfrentarme a un hecho que casi me costó la vida.
Más adelante te hablaré de ello.
La cuestión que voy a abordar en este post es cómo tomar conciencia de que tu vida se acabará algún día puede salvarte la vida.
El miedo a morir
Si algo une a todos los seres humanos (y mayoría de animales) de este planeta, es el miedo a la muerte.
El miedo es el mecanismo de supervivencia que nos lleva a protegernos de aquello que amenaza nuestra vida.
Sin embargo, en nuestra sociedad, pocas personas experimentan un miedo real a la muerte.
Y cuando digo real, me refiero a estar en una situación en la que tu vida pende de un hilo.
O una situación en la que una circunstancia externa ha estado a punto de costarte la vida.
Ese miedo es 100% real. De esos que te hacen sentir un escalofrío tal que te hace temblar porque tomas conciencia de “La certeza de la muerte”.
Cuando lo experimentas tomas conciencia inmediata de que la vida es efímera. Esa toma de conciencia es un despertar repentino que te lleva a entender con claridad tu escala de valores personales.
Y vivir alineado a lo que para ti es valioso en esencia le dota de una enorme congruencia a tu vida.
Y vivir en congruencia es la única manera que conozco de tener éxito vital.
Miedo a vivir
El miedo a la muerte es adaptativo, y por tanto inevitable.
Sin embargo me atrevería a decir que el miedo a vivir es incluso más común que el miedo a morir.
Y cuando digo vivir, quiero decir VIVIR con mayúsculas. VIVIR con plenitud la vida.
Piénsalo.
La evolución social te ha llevado a vivir en un Sistema que te ha incrustado valores que nunca te fueron consultados. Los sistemas educativos, social, religioso, económico… han condicionado tu estilo de vida, y han hecho que generes de ti ciertas expectativas.
Pero tu éxito vital no reside en cómo se cumplen las expectativas que la sociedad ha definido por ti.
Un beso furtivo de alguien a quien amas, un concierto de música que te emociona, un nueva actividad que te sorprende por casualidad y te hace querer aprender más… todo lo inesperado que llega a tu vida cuando te atreves a exprimirla al máximo es lo que te proporciona una mayor satisfacción vital.
Vivir en el corsé impuesto por la sociedad es malvivir, y debes despojarte del miedo a vivir de forma plena antes de que sea demasiado tarde.
Mi experiencia con la muerte
El 22 de mayo de 2016 me desperté con una relajación extrema.
Nada me hacía pensar que me estaba muriendo.
Llevaba 5 días desangrándome como consecuencia de una operación, y tras el análisis de sangre de cada mañana los médicos montaron un quirófano para intervenirme de urgencias.
La vida se me escapaba.
Inmediatamente vinieron a indicarme que no bebiera nada de agua y me prepararon para ir a quirófano.
Fue entonces cuando me di cuenta de que mi estado era crítico. De camino al quirófano le dije entre lágrimas a mi mujer: “podría haber muerto esta noche”
Ahí el miedo se apoderó de mí y empecé a tiritar de frío.
Tras la inyección de anestesia vino la oscuridad.
La ausencia de conciencia.
La incertidumbre.
Y al despertar sentí una gran paz por revivir de nuevo.
Allí desnudo en la unidad de cuidados intensivos, lo tenía todo. Tenía a mi familia cerca y la posibilidad de respirar consciente.
Tenía lo que más valoro en esta vida.
La cercanía a la muerte me enseñó que especular con la vida es una irresponsabilidad. Que no estaré aquí para siempre y que es importante atender lo verdaderamente valioso.
Y no hay nada más valioso que el tiempo del que disponemos, y las personas a las que amamos.
La muerte ha salvado miles de vidas
Mi experiencia personal obviamente no es la única.
José Miguel Gaona, Doctor en psiquiatría investigador de cómo el ser humano se enfrenta a la muerte, realizó un gran número de entrevistas a personas que habían vivido una experiencia cercana a la muerte (puedes ver algunas de ellas en su libro “El límite”)
En su trabajo explica cómo una de esas personas vivió la experiencia de una manera distinta, pero cómo todas ellas tuvieron determinadas reacciones comunes tras superar dicha experiencia.
Aquellos que experimentan “La certeza de la muerte”, de la noche a la mañana empiezan a darle importancia a lo que realmente es importante. Con frecuencia la vida familiar y espiritual incrementa, así como los buenos hábitos personales.
En definitiva, todos ellos tomaron conciencia de las cosas valiosas y las prioridades en su vida, y entendieron que su tiempo es limitado.
Esas experiencias cercanas a la muerte invitan a revivir, a conectar de forma plena con la vida y lo que le rodea.
Me encantó lo que oí a una chica que tuvo un accidente de coche contra un camión responder a aquellas personas que le preguntaban si hacía una vida normal.
Su respuesta es “No hago vida normal, la hago extraordinaria”
Eres lo que vives
Tu experiencia vital de hoy define tu vida.
De ti depende hacer de hoy un día extraordinario o mediocre.
Entender esto es vital porque no tienes garantizado el futuro.
Lo que haces hoy ha de estar orientado, ante todo, a ser un SER pleno HOY. Cuando vives en el futuro o en el pasado pierdes la posibilidad de realizarte.
Y esto no significa que dejes de planificar tu futuro ni que debas borrar tu pasado.
Significa que no debes engancharte al victimismo y a la culpabilidad, ni sacrificar el hoy para un mejor futuro.
No debes procrastinar tu felicidad. Ni un segundo.
Si lo haces vivirás lejos del amor, gobernad@ por tus miedos.
Tus decisiones han de ser medidas, prudentes, pero valientes. Así te empoderarás y vivirás tu vida con orgullo.
Si continúas para siempre en ese trabajo que te consume, en esa relación que sabes que no funciona, o aguantando esas circunstancias que te atrapan por la valoración que de ti hagan otras personas, habrás fallado en tu misión vital: sentirte realizad@.
Engrosarás entonces la amplia lista de personas que experimentan arrepentimiento en sus últimos días de vida.
Por eso, a poco que tengas tus necesidades básicas cubiertas, no deberías vivir en “modo supervivencia”.
Te invito a revivir y empezar a vivir tu vida en “modo excelencia”.
Revive
Llegado este punto es probable que hayas despertado en ti la necesidad de realizar ciertos cambios.
Si es así es el momento de apostar por una nueva vida.
Y para ello no necesitas experimentar “la certeza de la muerte”.
Lo único que necesitas es valentía para realizar cambios importantes en tu vida.
Importantes, que no difíciles. Es decir, nada que no puedas realizar.
Solo necesitas vivir tu vida con integridad y congruencia.
Algo mucho más fácil de decir que de hacer.
No obstante, desde mi humilde experiencia puedo ayudarte a conseguirlo.
Si quieres que te ayude a volver a conectar con tu esencia vital, te invito a ver esta masterclass gratuita.
Espero de corazón que te ayude a experimentar una mayor realización personal.
Hasta entonces, ¡haz todo lo posible para vivir este día en “modo excelencia”!
Hola Álvaro
El ser humano es tan vanidoso que con frecuencia se entretiene pensado en qué dirá la gente cuando haya muerto.
Un abrazo
Hola Jerby,
La verdad es que yo nunca me planteo qué dirán cuando haya muerto, aunque creo que es una buena práctica para intentar de ese modo crear un impacto en los demás positivo.
Gracias por tu comentario!
Hola Álvaro,
Muchas gracias por compartir una vez más tu experiencia y por ayudar a tomar consciencia acerca de este tema.
No he vivido una experiencia como la tuya, pero he vivido otras. De esas que impactan, de las que te marcan y te dan una ostia como un pino de grande. Y doy gracias por cada una de ellas.
Te mando un abrazo grande, me alegro de que estés aquí.
Alicia
Hola Alicia!
Sin duda, hay que ser agradecidos por todos los eventos que nos ocurren en la vida.
Un abrazo!
Excelente artículo Álvaro, como todos los tuyos. El grueso de la gente vive la vida en una rutina, condicionados por el ambiente social y no toman consciencia de que la vida, en un momento u otro del camino, se les acabará, mejor dicho, se nos acabará. A todos. Sin excepción.
Va muy bien leer de vez en cuando a voces como la tuya, que actúan como revulsivo, nos remueve la conciencia, nos hace “descender” al suelo y nos hace que sólo se vive una vez. Y de eso se trata, de vivir plenamente, de vivir nuestra vida, no la que el conjunto social nos impone. Un abrazo.
Sabias palabras Juana. Esperemos que poco a poco la sociedad vaya tomando conciencia.
Gracias por estar siempre ahí
Buenos días, gracias por estos temas tan importantes, por q cuando la vida se va ahí nos damos cuenta de lo valioso y maravilloso q es estar aqui, y queremos devolver el tiempo.
Así es Ana Elisa, esperemos que este artículo sirva para despertar algunas conciencias. smile
Excelente artículo Álvaro
Muchas veces tienen que pasarnos situaciones extremas para valorar la vida y la oportunidad tan inmensa que tenemos de hacerla extraordinaria.un abrazo desde Colombia
Gracias a ti Nohemí por tu comentario smile
Magnífico artículo, que poco consciente somos de lo que tenemos pensando que todo va a durar para siempre
Hola Lupe!
Muchas gracias por tu feedback, me alegra que te haya gustado smile
Este post da mucho en que pensar. Realmente vivimos la mayor parte del tiempo en piloto automático e ignoramos lo verdaderamente importante. Reconozco que no es fácil salir de ese circulo vicioso, así que creo que está bien que alguien de vez en cuando te lo recuerde (hoy has sido tu, Alvaro). Gracias por arrojar un poco de luz en este día.
Gracias a ti Elena por tu comentario smile
Estimado Alvaro, me encantó tu relato, mucho de lo que dices me llega directo. Soy el personaje que le gustaria partir de esta dimensión dejando un aporte para la mayor cantidad de personas. He trabajado toda mi vida para empresas (áreas financieras y administración), pero mi pasión ha sido siempre enseñar, capacitar, motivar. Ya estoy jubilado, sigo trabajando, he estudiado mucho los temas espirituales y crecimiento personal, he realizado algunos talleres manejo de emociones por ejemplo. Me gustaría emprender una actividad de enseñanza a adultos mayores, tal vez de motivación a trabajadores adultos, etc. pero no veo como iniciar algo asi y tratar de mantenerme económicamente haciendo algo como eso. Soy de Chile y aca estos temas aun no mueven a mucha gente.
Sinceramente no veo como un coach me puede apoyar en sacar ese sueño adelante.
Leo tu blog permanentemente.
un abrazo.
Pedro
Muy buenas Álvaro.
Me parece espectacular lo que cuentas. Pero sin duda me quedo con la frase de: “las experiencias cercanas a la muerte invitan a revivir”. Además me gustaría añadir algo. A veces intento pensar que la muerte es simplemente el final de nosotros como un sistema de memorias. Pero todo sigue, y le damos puerta a alguien que en aquel momento puede aportarle al globo algo diferente y nuevo. Solo tengo 25 años y estoy intentando ver la vida con otra perspectiva. A veces lo consigo, a veces no, pero te aseguro que lo intento.
No se cómo he venido a petar por aquí, pero muy probablemente volveré muy pronto.
Muchas gracias por este contenido.
Guillem.
Me alegra mucho que hayas venido a parar aquí Guillem, y también que tengas esa perspectiva de la vida.
Un abrazo!
Gracias por tu post, es cierto que no somos conscientes del gran valor que tiene nuestra vida hasta que no vemos lo vulnerable que es, pienso que lo mejor es recordar con constancia lo efímera que es la vida para poder saborearla de verdad.
Vaya, cuantas cosas deben suceder para comprender lo efimero de la vida. En hora buena por este blog y su contenido. Muchas gracias por compartir. Saludos desde Playa del Carmen.