¿tienes un amig@ que se lamenta porque todo le va mal?
¿tu pareja no para de quejarse porque nadie le entiende?
O ¿es tu abuela la que protesta constantemente por la incompetencia del Gobierno?
Diablos! ¡¡Es una pandemia!! Estamos rodeados de victimistas!
Yo mismo padecí hace unos años “victimismo severo”, pero finalmente acabé saliendo de mi adicción a las quejas. Aprendí a vencer el victimismo
¿quieres saber cómo?
Cómo saber si sufres de victimismo
Antes de contarte mi historia, seguramente tú también te quejas de cosas. Resuelve este test de 10 preguntas para descubrir tu grado de victimismo.
- ¿te quejas por todo?
- ¿sientes que permanentemente tiene mala suerte?
- ¿culpas a los que le rodean de su infortunio?
- ¿tu discurso es negativo y/o derrotista?
- ¿trasladas la responsabilidad de lo que pasa en tu vida a los demás?
- ¿utilizas a menudo tu drama como reclamo de la atención y compasión de los demás?
- ¿te encierras aún más en tu victimismo cuando los demás no te siguen el juego? ¿te sientes incomprendido?
- ¿te sientes rodeado de injusticias?
- ¿te ves incapaz de salir de la adversidad?
- y además ¿te muestras excesivamente nervioso, impaciente, protestón…?
Pues si a más de dos preguntas has contestado SI sin duda eres algo adicto, y si la respuesta positiva ha sido más de 6 preguntas estás en camino de que se convierta en un vicio. angry
Todo victimismo comienza con una queja, pero si no haces nada y dejas que se prolongue en el tiempo puedes convertirte en un quejica crónico.
Eres víctima o victimista
Pero ¿realmente eres víctima de las circunstancias que te rodean?
Leí una vez “las víctimas no suelen quejarse: están demasiado ocupadas curando sus heridas”
Ser víctima supone haber recibido un daño por una circunstancia ajena. En ese caso tu queja tiene sentido, pues parte del proceso consiste e expresar tu dolor para superarlo.
Pero no es objeto de esta entrada hablar de víctimas, sino del victimismo, que es esa conducta limitante asociada a un sentimiento de víctima.
Álvaro el victimista
Como te contaba al principio, yo mismo durante un periodo de mi vida no hacía otra cosa que lamentarme por mi trabajo.
Tenía infinidad de razones para quejarme!
- Asumía la carga de trabajo de tres personas
- No tenía apenas tiempo libre
- No podía disfrutar de amistades, aficiones, familia..
- Estaba permanentemente bajo una presión y tensión excesivas
- Como consecuencia, mi salud se había visto deteriorada en exceso
Y ¿qué es lo que hacía? Culpar a la empresa, quejarme por su falta de consideración con los trabajadores, por no poner recursos suficientes para que la carga de trabajo fuera la razonable.
Me sentía engañado, decepcionado y atrapado en esa situación. Era víctima de una gestión horrible.
La realidad era que estaba hiper-quemado con el trabajo, pero ¿qué hacía yo realmente por resolver esa situación?
NADA
¿qué esperaba, que la empresa cambiase? ¿que el proyecto se cancelase? ¿que el cliente se transformase?
Pues sí, se ve que era eso lo que esperaba. Y mientras tanto venga a quejarme y lamentarme.
Hasta que un día mi salud estaba tan perjudicada que tuve que ir al médico.
“Tú lo que tienes es un estrés que te lo pisas” me dijo… “tu cuerpo te está mandando mensajes, si no paras tú, lo hará él” uneasy
Me quedaba claro, tenía que cambiar cosas, pero es que no tenía tiempo. Por no hablar de energía…
En realidad lo que me ocurría es que me resistía al cambio: obviamente para mí era mucho más cómodo que todo cambiase.
Bueno, es que si cambiaba mi jefe, mi empresa, mi cliente.. yo no tenía que cambiar y podía ser feliz.
Pues sí, eso habría sido ideal pero no sucedía. Ni iba a suceder nunca.
Lo que sí sucedía mientras esperaba “el milagro” era que mi estómago estaba tan fastidiado que no pasaban una semana sin que tuviera diarreas, que los ataques de pánico que sufría por el desmedido estrés eran cada vez más frecuentes y me producían hormigueos e insensibilidad en manos y piernas, y que mi carácter se me había amargado hasta ser una persona gris y con la que no me apetecería hoy tomarme un café.
Tenía la salud por los suelos.
Entonces tomé conciencia de una cosa importante: del significado de la palabra responsabilidad.
Si observas bien la palabra te darás cuenta en seguida de que responsabilidad etimológicamente viene de la habilidad de dar respuesta.
Ese significado lo tenía extraordinariamente asimilado en cuanto a mi trabajo. Era una máquina de resolver situaciones, de tomar decisiones inmediatas, pero estaba claro que me sentía totalmente incompetente para dar respuesta a los problemas de mi vida personal.
En una frase: era responsable con mi trabajo pero no lo era con mi vida.
Entonces recordé la charla con el médico y me dije: “tienes que cambiar” De hecho, había algo dentro de mí que llevaba tiempo diciéndolo, pero me negaba a escuchar esa voz.
Pero he de confesar que tenía miedos, y que me sentía responsable con mi equipo de trabajo. Por eso, a pesar de empezar a tenerlo claro, me costaba horrores llevar ese pensamiento a la acción así que decidí contratar a un coach.
Con él revisé mi situación y establecí objetivos personales con los que empecé a trabajar. Establecí mis prioridades: lo primero era sentirme mejor física y psíquicamente.
Para ello empecé a respetar mis tiempos de descanso, a salir a una hora prudencial para practicar yoga. Por fin estaba desarrollando esa habilidad de dar respuestas a lo que era importante en mi vida.
Me costó bastante cambiar mi conducta de “trabajador comprometido hasta la muerte con la empresa”. Al principio me sentía culpable. Me oía a mí mismo diciendo “debería de estar respondiendo esa carta” o “tendría que llamar a fulano para ver cómo ha ido esto”
Entonces me acordé de la receta que me dio el médico. Además de hacer deporte regularmente y cambiar de actitud me dijo que debía de tomar con regularidad “melasuda 600”*. Es verídico.
Tenía que tomarme aquella medicina para poner primero lo primero, que es el el primer hábito de la gente altamente efectiva según Stephen Covey.
Sin embargo, a pesar de todo, la situación no mejoró, yo mejoré pero poco, y finalmente sucedió algo que detonó la crónica de una muerte anunciada.
Entonces tomé la decisión más importante y de la que más satisfecho me siento en mi vida:
presenté mi carta de dimisión.
Lo que hice para vencer el victimismo
Si lees con detenimiento mi relato anterior apreciarás la secuencia que fue sucediéndose para llegar a la decisión de dejar mi empresa.
- Acepté que la situación de mi entorno no iba a cambiar, y por tanto me correspondía a mi hacerlo.
- Tomé conciencia de que yo era responsable de lo que sucedía y de que estaba creando la situación con mi conducta limitante: el quejica.
- Primera elección: ¿cambiar de actitud o cambiar de trabajo? Aún no estaba preparado para dar el salto al vacío. Decidí por tanto cambiar de actitud.
- Superé la resistencia a ese cambio de actitud tomando “melasuda 600” (según prescripción médica wink )
- Para consolidar ese cambio de actitud canalicé mis emociones de un modo diferente a la queja: haciendo yoga regularmente
- Tomé la responsabilidad en mi vida. Modifiqué una creencia limitante: “yo soy responsable del proyecto” por una creencia potenciadora “el proyecto es trabajo y yo soy responsable de mi vida”
- Busqué alternativas a mi situación: preparé el plan B
- Sopesé el riesgo y me enfrenté al miedo al cambio
- Tomé una elección: cambiar.
Por supuesto cada uno tiene sus circunstancias, y las dificultades son diferentes en cada caso, pero si un cambio te llama durante mucho tiempo en tu vida debes de empezar hacerle caso.
Supongo que a alguno después de leer todo esto estará pensando: “tú lo ves muy fácil”, “no es tan sencillo”… No lo tendré en cuenta, sé que es tu ego el que habla: utilizará todas las artimañas que pueda para encontrar excusas para quedarte como estás.
No obstante si deseas hacerlo tienes a tu disposición el campo de comentarios para expresarte.
Un breve cuento para finalizar
Foto de Artur Staszewski (c)
Un hombre entró en una ferretería. Junto al mostrador había un perro tumbado que lloriqueaba de vez en cuando.
El hombre le preguntó al tendero:
- ¿Qué es lo que le pasa al perro que anda quejándose?
- Nada que está echado sobre un clavo y le duele al moverse…
- Y ¿por qué no lo suelta para que pueda ponerse en otro sitio?
- El perro no tiene correa señor… – Respondió el tendero
- Y entonces ¿por qué no se mueve de ahí?
- Pues yo creo que, le molesta lo suficiente como para quejarse pero no lo necesario como para cambiar de lugar
la pregunta inevitable es…
¿vas a seguir quejándote o vas a coger las riendas de tu vida para afrontar el cambio que necesitas de una vez por todas?
*Aclaración: en España se utiliza la expresión “me la suda” para expresar que algo no te importa en absoluto. El médico quiso decirme que debía de cambiar de actitud hacia la importancia de las cosas y como para ello no hay medicina alguna bromeó diciendo que me tomara “melasuda 600g”
Foto destacada He’s Not Complaining by clappstar
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Eres un valiente Álvaro¡¡¡¡ y un gran ejemplo. Gracias por compartirlo.
Hola Paula!!
Muchas gracias smile Me alegra mucho verte por aquí.
Un abrazo!!
¡Genial! Ya te conozco un poco más.
El coaching , los 7 hábitos de Covey, y dimitir de mi puesto “familiar” fueron mis cambios hace 4años.
No ha sido sencillo …
Estoy empezando a sembrar, pero no tengo prisa en recoger los frutos: el Karma necesita su tiempo.
De momento también estoy disfrutando contando mis experiencias en mi blog smile
Seguiremos en contacto, Álvaro.
Feliz fin de semana.
Ana! Muchas gracias por pasarte por aquí!
Veo que tenemos mucho en común en el salto a la vida por la que apostamos.
Estoy seguro de que el Karma lo pondrá todo en su lugar. Yavas yavas que decimos en Turquía.
Un fuerte abrazo!
Vaya, vaya..que grata sorpresa (no por el victimismo que conste!) pero si por el blog. Llegué por otro, VAM, y sinceramente ha sido una grata sorpresa, al punto de temer por mi trabajo…También estoy en la treintena larga y con muchas similitudes , sobre todo en la encrucijada laboral, (exceptuando lo del BMW descapotable eh!) …pero si que me veo reflejado en varios puntos, y varios puntos del artículo. Creo que soy un victimista! ahum… En fin, que me seguiré leyendo el blog, y esperando nuevos artículos, esto está siendo muy estimulante (quizás demasiado) un saludo Álvaro wink
Hola Alex!
Reconocerlo ya es un gran paso, normalmente el que tiene ese mal hábito tarda en darse cuenta, y sin consciencia es imposible corregirlo.
Espero que puedas seguir sirviéndote de mis contenidos.
Un abrazo!
Alvaro buenas tardes:Algo no entendí y no quedo escrito dentro de la secuencia de resumen: En medio del proceso contrato a un Coach(no me veo como empleado pagando un coach)….al parecer no sirvió por que al final la respuesta era clara y esa respuesta solamente la tenia usted en su interior….. perdió el dinero al contratar ese coach?, en la actualidad usted es un ¨lifestyle coach¨ quien lo contrata a usted al final también entiende que las respuestas a las preguntas solamente las tiene uno mismo? , lo que da a entender: Para que contrato a un coach?, hacen parte de una oleada de moda? cuantos empleados en el mundo pueden contratar un coach?.siguió usted siendo amigo de ese coach a pesar de entender que no sirvió?.
Muy buenas Herni, trato de responderte.
Yo contraté a un coach no para cuestiones ejecutivas o de empresa, sino personales. No veo por qué como empleado no se puede pagar a un coach (la mayoría de mis clientes lo son).
Las respuestas todos las tenemos en el interior, el coach facilita que la puedas encontrar, y en mi caso el trabajo con mi coach no sólo sirvió, sino que supuso un antes y después en mi vida. La razón es que tomé conciencia de cosas que nunca me había planteado, ya que vivimos en un mundo que es rutinario y en el que pocas veces nos ponemos a reflexionar sobre nuestra propia vida.
Te aseguro que no sentí que hubiera perdido el dinero, y por supuesto que a esa persona que fue mi coach la aprecio muchísimo.
Si te fijas bien en tu comentario has sugerido cosas que yo no he dicho y que las has dado por sentadas:
1. que no sirvió
2. que perdí el dinero.
No sé cuantos empleados pueden permitirse un coach, pero en mi opinión no forma parte de una oleada de moda, sino de una inquietud por parte de muchas personas por mejorar sus vidas.
Gracias por tu comentario!
Buen artículo, Alvaro. Me ha gustado los pasos que tú o consideras previos a proceder a un cambio y el cuento del perro tumbado, (situación ésta en la que me he encontrado en varios momentos de mi vida, tanto en el ámbito personal como el laboral)
Hola,
y si a buena actitud te acaba explotando en la cara?es decir,pierdes la fe de adaptarte donde estás?
Saludos
Hola Carla!
La buena actitud es un ejercicio interior, no exterior, y lo que busca es que tú te encuentres bien contigo misma.
La decisión de lo que haces siempre es tuya, en último término (si es que no tienes capacidad de hacer nada más) cambiar tu actitud.
Te animo a leer el libro “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl, que sin duda es muy ilustrativo.
Un abrazo!
Gracias,le echaré un vistazo,pero a la conclusión a la que he llegado es que en ciertos sitios la buena actitud termina siendo contraproducente,así que hay que intentar huir smile
saludos
Mi opinión Carla es distinta, una buena actitud siempre es buena para el que la tiene, pero por supuesto respeto tu conclusión smile
Te felicito! Por varios momentos era como leerme a mi misma. un abrazo desde Perú.
Me alegro muchísimo que tomaras consciencia y sigas tomándola día a día de todo lo que te rodea.
Me siento muy feliz y agradecida de que aparecieras en mi vida. He aprendido mucho del espejo que me hiciste.
Un besazo enorme,
Moni
Gracias Alvaro por tus enormes consejos y si es necesario un cambio cuándo ya nos sentimos incómodos en un lugar…..
Enhorabuena por esa toma de conciencia Patty!
¡Hola Álvaro!
Llevo tiempo siguiéndote, y sólo hoy me decido a comentar algo, y es que este post me ha tocado la fibra, porque tras mucho posponerlo, morirme de miedo a las consecuencias, al qué dirán… por fin estoy dando pasos en la dirección correcta, y tengo un plan de dejar mi frustrante empleo y dedicarme a lo que siempre he deseado. ¿Y sabes? En parte te lo debo a ti, a tus post y tus consejos. Así que, sigue así, y muchas gracias, Álvaro. Un placer saludarte.
Mil gracia María por este cariñoso mensaje.
Y enhorabuena por estar avanzando en el camino que deseas!
Excelente. SOY MARIA QUEJITA. Así se les dice aqui en Venezuela y con la situación que estamos pasando acá pues la queja aumenta. Gracias por enseñarnos tus experiencias. Agradecida.
Magnifico enfoque de la vida cotidiana, y magnificos consejos para el cambio y la abundancia. La forma logica del desarrollo de la vida y sus multiples actividades. Muchos no saben lo que tiene hasta que lo ven perdido y estos consejos ayudan al cambio positivo y la reflexion sobre como se esta viviendo.