El hábito hace al monje.
Si te quejas de forma continua, serás percibido como alguien quejica
Si normalmente llegas tarde a los sitios, te verán como alguien poco puntual
Si saludas siempre al llegar, te apreciarán como alguien con buena educación.
Está claro: tus hábitos tienen un gran peso en la definición de quién eres.
Por eso si deseas hacer un cambio sustancial y permanente en tu vida, con casi toda seguridad vas a tener que modificar alguno de tus hábitos.
El problema reside en que cambiar un hábito no es fácil.
Esta es la primera entrada de una serie en la que quiero hablarte de este asunto en detalle, ya que considero que es uno de los temas claves en el desarrollo personal, pues en gran medida nuestros hábitos van a facilitar o dificultar que alcancemos nuestros objetivos en la vida.
¿Qué es un hábito?
Con el objeto de optimizar procesos y dejar espacio a otros “usos”, tu cerebro integra durante el proceso de aprendizaje aquellas acciones que repites con cierta frecuencia. Estas acciones repetitivas generan conductas rutinarias y automáticas, o lo que es lo mismo tus hábitos.
Los hábitos te permiten llevar a cabo sin pensar acciones poco costosas y beneficiosas para la vida, como por ejemplo abrir una puerta.
Imagina que cada vez que hicieras algo rutinario tuvieras que pensar de forma consciente cómo realizar esa tarea como si fuera la primera vez que la haces.
[pullquote-right] Seguramente en algún momento de tu infancia alguien te enseñó con paciencia a atarte los cordones, algo que hoy en día realizas sin pensar wink [/pullquote-right]
El problema está en que cuanto más rutinaria se vuelve una conducta, menos consciente de ella eres, por eso a veces al salir de casa te preguntas ¿he apagado el calentador? ó ¿he echado la llave?
Esto se produce por una falta de supervisión consciente de la acción, que además de traducirse en este tipo de “olvidos” dan pie a la aparición de malos hábitos.
photo credit: CileSuns92 via photopin cc
Hay hábitos que pueden entrar en el territorio de la compulsión o adicción, los cuales pueden poner en peligro tu salud de forma muy seria, pero no es mi intención en esta entrada tratar las adicciones.
¿Cómo se forma un hábito?
Acuérdate cuando aprendiste a conducir o a montar en bicicleta: durante un tiempo tuviste que repetir ciertas instrucciones que te ayudaron a asentar esa habilidad en tu cerebro..
..y llegó un buen día en que empezaste a hacerlo de forma automática, es decir, sin pensar.
Esto se ve muy bien en el siguiente gráfico que describe el proceso de aprendizaje de una habilidad en 4 fases:
- No sabes que no sabes. Cuando eras un niño pequeño no sabías qué era conducir, y por tanto no eras consciente de que no sabías conducir.
- Sabes que no sabes. Cuando te apuntas a la autoescuela es porque eres consciente de que no sabes conducir y quieres aprender
- Sabes que sabes. Durante el tiempo que estás aprendiendo, tu consciencia se centra en ejecutar las acciones: cambiar de marcha, mirar por los espejos…
- No sabes que sabes. Después de un numero de repeticiones, esas acciones se convierten en automáticas y ya no necesitas pensar conscientemente para llevar a cabo la acción.
En el cuadrante 3 repetimos la acción o conducta hasta que no tenemos que pensar de modo consciente para realizarla (cuadrante 4)
Por tanto un hábito se consolida por repetición de una conducta.
Es evidente que tendemos a repetir comportamientos sociales de personas que nos rodean con asiduidad, por lo que sin ser consciente durante tu niñez adquiriste algunos de tus hábitos por una especie de herencia de tus padres o por el roce con personas de tu entorno.
Así si en tu familia existe el hábito de quejarse por las cosas, es fácil que adoptes ese hábito como conducta repetitiva aprendida.
Según este vídeo, los hábitos alimenticios en la familia son un claro ejemplo: la probabilidad de ser obeso en niños cuyos padres tienen problemas de sobrepeso es muy superior a la de aquellos que sus padres tienen hábitos nutricionales sanos.
¿Por qué es tan complicado deshacerse de un hábito?
Pues porque el anclaje del hábito en el 4º cuadrante del proceso de aprendizaje que te he mostrado anteriormente, se realiza a un nivel subconsciente, y en ese nivel tú no tienes el control.
Volvamos al ejemplo anterior de montar en bicicleta, que muy a menudo se utiliza como ejemplo de algo que “nunca se olvida”
La verdad es que es cierto: algo que durante un periodo de tu vida has hecho de un modo habitual o automático, se ha convertido en un “programita” que ha quedado almacenado en tu subconsciente.
Seguro que conoces a alguien que tras haber desterrado un mal hábito, transcurrido un tiempo considerable lo ha recuperado plenamente, como si nunca hubiera dejado de hacerlo. Esto ocurre frecuentemente al sufrir estrés u otro tipo de desequilibrio emocional.
Se debe a que aunque detengamos el hábito el cerebro almacena ese “programita” por si le hace falta más adelante con el objeto de evitar tener que volver a aprenderlo, lo que facilita considerablemente la recaída.
Por eso si aprendiste una vez a montar en bicicleta, aunque estés mucho tiempo sin hacerlo, te será mucho más sencillo montar de nuevo que cuando aprendiste a hacerlo por primera vez.
¿Se puede cambiar un hábito?
Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño. Mark Twain.
La respuesta es simple: sí se puede cambiar un hábito. De hecho, yo mismo he cambiado algunos.
Si te muestras escéptic@ en relación con esta posibilidad te diré que ciertos estudios sugieren que si condicionamos de forma deliberada nuestro cerebro, podríamos llegar a controlar los hábitos, tanto los positivos como los negativos.
Según por Ann M. Graybiel y Kyle S. Smith en su artículo How the Brain Makes and Breaks Habits, controlar tus hábitos es factible, ya que incluso cuando parece que estás actuando de forma automática, una parte de tu cerebro está supervisando esa conducta.
Es esa parte del cerebro la que nos va a servir para eliminar o cambiar un hábito, pero eso es algo que veremos en una próxima entrada:
Cómo eliminar un hábito de una vez por todas
¿tienes algún hábito que quieras cambiar en tu vida?
COMPARTE! smile – Si te ha resultado interesante y crees que puede venirle bien a alguien, ayúdame a difundir mi trabajo compartiendo este post con estos botones tan chulos de aquí abajo. 1000 gracias! rolleyes
El tema de los hábitos es sumamente importante dado que determinan nuestro comportamiento día a día.
Es muy difícil incorporar un hábito saludable o eliminar uno tóxico justamente porque son hábitos que tenemos. Sin embargo creo que mediante pequeños cambios sostenidos en el tiempo, podemos dar un salto cualitativo en nuestra calidad de vida.
Vale la pena ser consciente de nuestra conducta y tratar de mejorar algunas cosas.
Muy bueno el post.
Saludos
Hola Mariano!
Efectivamente los hábitos determinan cómo nos comportamos y al final definen cómo pensamos
También estoy muy de acuerdo contigo en la importancia de establecer pequeñas metas para cambiar hábitos, de modo que sean cosas verdaderamente alcanzables.
Activar los sistemas de recompensa también es algo muy necesario.
Gracias por tu comentario!
Hola Alvaro,
Tan potente es el entorno en la manera en que adquirimos los hábitos, que debemos movernos y actuar con plena consciencia para incorporar los que nos empoderen, y evitar los debilitantes. Cuando somos pequeños, por más que nos digan algo, aprendemos imitando a los que nos rodean – el medio social tiene gran influencia sobre nosotros. Por ejemplo, por muchos años que llevemos viviendo en un país extranjero, el desayuno de casa es siempre el más rico. smile Y nuestro olfato, gusto se activan inmediatamente cuando llegamos a casa y sentimos ese olor y sabor. smile por aquella memoria de reserva que conservamos.
Luego, ya grandes, nos toca ser conscientes plenamente, pues los pequeños nos copian sin preguntarnos…si está bien o mal tal hábito. “el niño hace más lo que ve hacer, que lo que dicen que hace. Eduquemos con el ejemplo”, era un lema televisivo en mi país.
Si queremos hijos plenos y conscientes, nuestro ejemplo será en gran medida su espejo. Los buenos hábitos que deseemos transmitir y mantener, deben seguir practicándose, una vez incorporados.
Volviendo al ejemplo de vivir en el extranjero, solemos incorporar los hábitos, horarios y maneras del lugar de acogida, por comodidad, para no desentonar, etc. Pienso que lo más importante es estar alertas siempre y fluir con lo que el corazón nos indica que es justo para nosotros mismos.
Un saludo,
Isabel