Lo recuerdo como si fuera ayer.
Fue el 9 de Julio de 2013.
Me encontraba delante de la pantalla de mi ordenador, mirando el email en el que comunicaría mi dimisión.
Mi dedo planeaba nervioso sobre la tecla de intro que no terminaba de pulsar…
Aunque lo había pensado mil veces, estaba acojonado: dejar mi trabajo significaba avanzar hacia un futuro incierto, y admitámoslo, ¿a quién no le preocupa no saber cómo va a ganarse la vida?
Por entonces no me podía imaginar que hoy estaría aquí sentado, plácidamente escribiéndote la historia de cómo dejé mi trabajo para reinventarme profesionalmente por completo y vivir de algo que verdaderamente me apasiona.
Pero antes de empezar ponte cómod@, coge un café y tómatelo conmigo mientras te cuento toda la historia desde el principio.
Mis comienzos en Turquía
A finales de 2008 aterricé por primera vez en Turquía para empezar una nueva etapa profesional.
Llevaba tiempo cansado y aburrido de la rutina de trabajo en Madrid y decidí que era hora de cambiar de aires.
Por entonces no había crisis económica por lo que ninguno de mis compañeros tenía la más mínima intención de moverse del sillón para irse a trabajar , nada menos, que a más de 3.000 kilómetros de distancia.
En los 5 años anteriores había visto como la mayoría se fue casando e hipotecando, como si fuera un plan programado por el que, antes o después, todos tendríamos que pasar.
Por alguna razón, yo siempre he huido de convencionalismos y mi intuición me decía que no hiciera nada de eso.
Sin saberlo, por aquel entonces ya sentía que tenía que reinventarme, pero como no tenía casi ninguno de los recursos de los que hoy dispongo (ni conocimientos), lo único que se me ocurrió fue irme a trabajar a otro país.
Sinceramente era algo que siempre había deseado, así que a mis 32 años decidí que no iba a dejar pasar la que podría ser mi última oportunidad.
Vistas desde mi casa en Ankara tras una nevada
Y allí estaba yo, en Ankara, una ciudad gris con una temperatura media en enero de -1 ºC, sin experiencia internacional, sin hablar ni una palabra de turco y sin más apoyo de mi empresa que un “conseguidor” local que me ayudaría en mis comienzos.
El reto era montar la sucursal de la empresa en Turquía y gestionar un proyecto con el que se pretendía abrir brecha en el país.
Lo primero fue encontrar casa, una oficina y contratar 3 ingenieros locales que me ayudaran.
Para mi sorpresa los ingenieros en Turquía cobran más que en España porque no hay demasiada oferta, por lo que el presupuesto sólo me dio para contratar a uno con experiencia.
Las obligaciones de trabajar lejos de las oficinas en Madrid se multiplicaban por 10: tenía que hacerme cargo de una oficina, enseñar a los nuevos ingenieros, lidiar con un cliente con el que nunca habíamos trabajado antes y todo ello con la complejidad que suponían las obvias diferencias de idioma y culturales.
Como resultado, pronto estaría trabajando más de 12 horas al día..
Primeros síntomas de estrés agudo
Pasó más de un año y lejos de mejorar la cosa empeoró considerablemente.
El proyecto avanzaba muy lentamente por causas externas a mi compañía y como consecuencia los plazos no se cumplían. Obviamente esto se tradujo en el cabreo del cliente final ante el peligro de no cumplir con la fecha política.
Tras esta situación, las presiones del cliente y después de “llorar” mucho se me permitió contratar un asistente que me ayudara.
Tuvo que pasar año y medio para que me proporcionaran un recurso básico para un profesional de mi categoría que llegaba a un nuevo país.
Para colmo la relación con la que era mi pareja se había vuelto insostenible y tras un periodo de idas y venidas y errores por parte de ambos, decidí terminar con aquello.
Este era el panorama: trabajaba literalmente como un cabrón y mi vida emocional estaba por los suelos.
Fue entonces cuando empecé a experimentar los primeros síntomas de estrés agudo y en una de mis visitas a España decidí visitar a un médico que me dijo lo siguiente:
“Álvaro, el cuerpo te está mandando mensajes. Si tú no paras, él parará por ti.”
Su diagnóstico, estrés laboral. Aún guardo la “receta” no oficial:
Lees bien:
- Hacer deporte
- Poner orden en mi vida
- Mejorar mi actitud usando dos fórmulas:
- Que les den 250
- Me la suda 500
O lo que es lo mismo, el mensaje era el siguiente:
Respeta tu vida personal y no permitas que tu trabajo te absorba por completo Clic para tuitearHe de decir que jamás mostré este diagnóstico médico a mi empresa para solicitar mejora de mis condiciones o solicitar una baja laboral.
Sin duda, un error por mi parte.
Un analfabeto emocional jugando a la ruleta rusa
Soy una persona con una gran determinación a poner solución a problemas importantes así que decidí hacer lo que el médico me había recomendado de un modo tan contundente.
Así pues me obligué a hacer deporte de forma regular para controlar aquello.
Como por la tarde nunca sabía a qué hora saldría, me levantaba a las 6:00 de la mañana para estar en la piscina a las 6:30. De ese modo realizaba mi rutina antes de llegar a las 8:00 a la oficina.
También me apunté a un curso de Experto en Inteligencia Emocional, porque no tenía ni puñetera idea sobre mis emociones y algo en mi interior me decía:
Si no sabes nada de tus emociones ¿cómo narices vas a gestionar bien tu vida? Clic para tuitearEste curso hizo que aprendiera muchas cosas sobre mí, me abrió muchísimo la mente y me hizo empezar a engancharme al mundo del Desarrollo Personal.
Con respecto a lo laboral intentaba irme antes a casa.
Pero era prácticamente imposible: el proyecto estaba en plena ebullición, tanto que no podíamos ya cumplir con los compromisos contractuales.
Esa situación me llevó a un “secuestro” y a acabar rindiendo cuentas delante del ministro de transportes turco, una historia digna de Hollywood que le conté en exclusiva a mis suscriptores wink
Por si no te has dado cuenta, estoy intentando decirte subliminalmente que si no te has suscrito aún a mi blog te estás perdiendo contenido muy exclusivo mrgreen (puedes resolver eso ahora mismo pinchando aquí)
Bueno que me enrollo. Prosigo.
Como consecuencia aquella circunstancia tuvimos que intensificar los trabajos, así que durante 5 meses estuve prácticamente “viviendo” en la obra.
Finalmente, y gracias al enorme esfuerzo de un equipo humano increíble, con un retraso de 3 meses sobre la fecha prevista se pudo inaugurar la línea.
Pero lejos de poder descansar, en pocos meses me llegaría un nuevo reto.
Una oportunidad única
Me quedaban apenas 6 meses de contrato y la idea de volver a España ya empezaba planear por mi cabeza. Entonces sucedió algo: mi empresa, en UTE con una importante constructora, fue adjudicataria del proyecto ferroviario más ambicioso que ha habido jamás en Turquía y, sin duda, uno de los más importantes en todo el mundo: el Marmaray.
A pesar de ser relativamente joven para el puesto, era el gestor en la empresa con mayor experiencia en Turquía, así que enseguida fui el nominado para llevar las riendas de ese nuevo reto.
No obstante, antes de dar este paso negocié la renovación de mi contrato de expatriación y puse unas condiciones muy exigentes.
Estaba muy quemado por todo lo que te he ido contando y no estaba dispuestos a seguir sin cambios en esas condiciones.
El 90% de mis peticiones fueron aceptadas, lo que significó que pasé a ser gerente de proyectos y cobrar (con todos los beneficios incluídos) 5 cifras al mes.
Sinceramente no recibí la noticia con la alegría de alguien que da un importante salto profesional, sino más bien con la resignación de quien tiene la obligación de no dejar pasar una oportunidad como esa.
¿Quién podía resistirse a ser Gerente de una importante multinacional, liderar uno de los contratos más ambiciosos del sector y, por supuesto, ganar una pasta gansa?
Mira, ¡¡me hacían hasta entrevistas!!
Tenía el trabajo que toda madre quiere que tenga el tipo que se vaya a casar con su hija bigsmile
Esta nueva situación significó un traslado rápido a Estambul: el proyecto empezaba con retraso y no había tiempo que perder.
Aprendiendo a gestionar una situación insostenible
Obviamente mi trabajo en Ankara no había terminado. Esto significaba que mientras comenzaba de cero con este nuevo reto, tenía que seguir trabajando también en mi anterior proyecto hasta que un sustituto viniera a tomar las riendas del mismo.
Eso tardó 6 meses en suceder, así que imagínate la situación:
Tenía que montar con urgencia un equipo nuevo, buscar una casa en Estambul y seguir con el proyecto de Ankara.
Mi vida transcurría trabajando de 8:00 a 22:00 en la nueva oficina para arrancar el proyecto. Después me iba al hotel a dormir y cuando llegaba el viernes por la noche, volaba a Ankara para trabajar allí el sábado y la mañana del domingo en el proyecto anterior.
Mi sueldo había aumentado un 30% pero mi trabajo se había multiplicado prácticamente por dos…
Como consecuencia mis ataques de estrés no mejoraron si no que fueron haciéndose cada vez más agudos.
Finalmente en mayo de 2012 conseguí deshacerme por completo de mis obligaciones en Ankara y decidí buscarme una ocupación fuera de la oficina, para no estar todo el día metido en aquello.
Así pues, me apunté a una formación como Experto en Coaching, algo que me hacía sentir animado y motivado, al tiempo que me ayudaba a buscar una salida a mi situación de bloqueo personal.
A esa formación siguieron Mindfulness y PNL y poco a poco sentí cómo aquello iba más allá de la mera curiosidad. Mi interés inicial por el Desarrollo Personal terminó por convertirse en mi pasión.
Con el Mindfulness aprendí a meditar y cada mañana practicaba 15 minutos, algo que me ayudó a apaciguar el estrés.
Contraté los servicios de Raimon Samsó como coach personal para que me ayudara a salir de mi situación y para completar me apunté a yoga, algo que no gustó demasiado a mis jefes porque significaba que me iba de la oficina a las 19:00 de la tarde 3 veces por semana.
Pero por entonces yo ya me tomaba a diario mi “dosis” de “Melasuda” y tenía muy claro qué era lo importante para mi vida.
Hacer todo esto evitó, probablemente, que acabara en el hospital con un cuadro importante de ansiedad o incluso quién sabe si con una angina de pecho. Sin embargo, obviamente, no logró eliminar el problema.
¿Somos gilipollas o qué?
Por aquellas fechas, el grupo multinacional al que pertenecía mi empresa fue vendido a otra multinacional por una billonada (sí con B). La noticia en los medios indicaba que la operación. serviría para pagar el déficit de las pensiones y un pico importante en dividendos a los accionistas del grupo.
Expresado en otras palabras, del modo más objetivo que se me ocurre y tratando de contener mi ironía: me estaba dejando los cuernos para que una panda de viejos y unos ricachones, a los que le importaba un carajo mi vida y mi trabajo, vivieran de puta madre.
Para colmo, en las auditorías de los proyectos más importantes que ajustarían el precio final de venta, nos hacían mostrar la información de la manera que más interesaba a aquellos que nos vendían.
Cada uno que saque sus propias conclusiones.
La mía fue que estaba haciendo el gilipollas, y que no estaba dispuesto a seguir las reglas de un juego que estaba llenando los bolsillos a unos pocos a costa de jodernos la vida a los demás.
A esas alturas lo único que me motivaba a ir a trabajar cada día era mi gente: el equipo que habíamos creado era extraordinario y sin duda era un placer trabajar cada día con ellos.
La gota que colmó el vaso
El proyecto seguía su ritmo. La presión cada vez era mayor, algo que nos llevó a tener reuniones mensuales con el ministro. A menudo teníamos que esperarlo horas y horas para poder reunirnos con él los viernes por la tarde o a lo largo del fin de semana.
También se nos obligó a firmar un “pacto de sangre”, a través del cual el Director General de DLH, comprometió a los jefes de proyecto de todas las partes involucradas, a saltar del puente del Bósforo si no se cumplía con la fecha contractual.
Para demostrar la seriedad del compromiso con dicho documento, él mismo la firmó con su propia sangre.
Increíble pero cierto.
La tensión se cortaba en el ambiente: japoneses, coreanos, británicos, turcos, españoles… todos estábamos sometidos a la presión aplastante de cumplir con un objetivo verdaderamente complicado.
Yo, después de la noticia de la adquisición, ya había decidido que presentaría mi dimisión al finalizar el año. Sería dos meses más tarde de la inauguración del tramo más importante del proyecto: el túnel bajo el Bósforo.
Sin embargo, ocurrió algo que precipitó mi decisión y acabé haciéndolo poco antes de dicha inauguración.
No voy a decir el qué porque es información sensible que considero que no debo desvelar, pero sí os diré que fue algo que me obligó a sobrepasar en mucho el límite de mis valores personales y que pudo haber tenido una seria repercusión en mi integridad personal: si los acontecimientos hubieran sido ligeramente diferentes podría haber terminado en una cárcel turca.
Si quieres tener una ligera idea de qué significa eso, puedes ver la película “El expreso de medianoche”.
Entonces, tras un fin de semana de auténtico caos emocional, decidí que no merecía la pena seguir allí ni un segundo más. Era un profesional con una gran reputación, muy valorado y que tenía otras oportunidades profesionales.
¿Merece la pena seguir en un pozo en el que nadie te ha obligado a meterte? Clic para tuitearNo sabía con seguridad qué hacer con mi vida, pero sí tenía claro que no estaba dispuesto a aceptar aquella situación.
Fue entonces cuando decidí presentar mi carta de dimisión.
El adiós a una etapa de mi vida
Al mes de aquello salía por la puerta del que había sido mi despacho, dejando las llaves del que había sido mi coche.
Lo último que le pedí a mi asistente fue que me dijera dónde podía coger el autobús para ir a una inmobiliaria donde buscar una nueva casa que alquilar, esta vez de mi bolsillo.
Me emocioné al despedirme de mi equipo pero no sentí pena por dejar atrás todo aquello. Al contrario, experimenté una inmensa liberación por saber que ya todo había terminado.
Me emociono ahora, porque sin duda me doy cuenta del valor que tuvo aquella decisión: dejar una multitud de comodidades y tu estatus a un lado por un futuro incierto sin duda no es nada fácil.
Finalmente a pesar de tener oportunidades profesionales, decidí que cambiar de empresa no era lo que quería en mi vida, que era tiempo de descansar, de parar y reflexionar para encontrar un modo de no depender de otros para ganarme la vida.
Se presentaba por tanto otro gran reto: salir de la incertidumbre de qué hacer con mi vida.
Pero se nos está haciendo tarde. Si te parece lo dejamos para el café de la próxima semana.
Te contaré entonces cómo logré descubrir a qué dedicarme, cómo pasé de no saber absolutamente nada sobre las posibilidades de montar un negocio por internet, a ganarme la vida con ello y todos los problemas que tuve que superar para lograrlo.
Pero antes de marcharte compartiré contigo algunos de mis aprendizajes.
Lo que aprendí de todo esto
- Por mucho valor que generes, una empresa de mentalidad tradicional tenderá a ser rácana e intentará darte lo mínimo que pueda.
- Como decía Stephen Covey, es vital poner primero lo primero, porque si tú no lo haces nadie lo hará por ti.
- Es extremadamente difícil deshacerte de tus apegos, pero cuando lo haces resulta increíblemente liberador.
- Sin salud tu experiencia vital queda reducida. Cuando la pierdes tu prioridad número uno debe ser intentar recuperarla.
- Si no te conoces y no sabes bien quién eres, es difícil que puedas realizar grandes cambios.
- La intuición sabe perfectamente qué has de hacer en cada momento, no hacerle caso puede sepultar tu vida.
- Si no respetas tus límites y dejas que abusen de ti, tu autoestima quedará por los suelos: no mereces hacer algo en lo que no crees por mucho que la mayoría piensen lo contrario. Si lo haces por demasiado tiempo estarás ninguneando tu vida.
Ahora tu turno:
¿Has vivido o vives momentos de frustración, bloqueo, ansiedad, asco en tu trabajo?
Será estupendo si nos cuentas tu experiencia en los comentarios. smile
NOTA: Es difícil que te identifiques con mi historia, incluso a mí me cuesta hoy hacerlo. Lo que acabas de leer no lo he escrito para que te compares, sino para que entiendas que todos pasamos por momentos de crisis difíciles de superar y que con determinación es posible dar los pasos necesarios para transformar tu vida.
Puedes conocer la segunda parte de esta historia accediendo a este post: Cómo descubrí a qué dedicar mi vida. Aprendizajes en mi proceso de reinvención.
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¡¡¡Ufff!!! Vaya historia Álvaro. Conocía algunos fragmentos y pinceladas pero al ver el cuadro completo me has dejado un rato pensando. Gracias por compartirlo. Tuvo que ser duro pero también un gran aprendizaje.
Visto lo visto, fue un gran acierto presentar esa carta de dimisión, respetarte a ti y a tus límites, poner primero lo primero y decidir tomar este camino para autorrealizARTE. smile
Me pasaré por aquí la semana que viene para tomarme un café contigo mientras explicas la segunda parte… wink
Hola chicos!
El cuadro completo me deja pensando hasta a mí. La verdad es que pasaron muchas cosas, y no fue fácil, pero fue un gran aprendizaje y por ello estoy muy agradecido.
Al final creo que lo tendré listo para dentro de un par de semanas wink
Impactante tu historia Alvaro, me he emocionado hasta yo.
No he vivido esta historia tan heavy como la tuya de tener jefes que les llamaria desalmados.
¡Olé tu con un par de narices por esta decisión!
Si, estoy experimentando profundos cambios positivos al tomar la decisión de hacer un cambio radical en mi vida a una edad bastante cercana a lo que en España se llama “la jubilación”, je je.
Estoy satisfecha de ello.
Tu puedes ayudar a mucha gente que no se atreve a dar este cambio.
Solo decir a tus lectores que no saben lo que se están perdiendo, lo bien que les puede ir y todo lo que van a ganar.
No me pierdo la segunda parte de esta historia, tomando otro café.
Gracias por compartir tus experiencias.
Un abrazo.
Hola Carme!
No creo que fueran malas personas, simplemente están en un sistema en el que se han metido y no han sabido salir…
Enhorabuena por esos cambios, seguro que te están llevando al lifestyle que deseas.
Gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo!
Buenas Alvaro,
me siento identificado contigo 100%, como tu soy ingeniero y me paso muchas horas en la oficina, anteponiendo el trabajo a mi familia y a mi mismo, y créelo, empiezo a notar que mi cuerpo se agota y me pide salida.
Si te parece bien, te escribo un correo y te cuento más, porque hay telita.
Saludos campeón.
¡Hola Antonio!
Te animo compartir aquí tu experiencia a no ser que haya cuestiones privadas que prefieras que no queden a la vista pública.
Por mail sólo lo leeré yo y por supuesto, aunque sea brevemente, te contestaré, pero si nos cuentas por aquí tu situación muchas personas podrán entender que no están solas en este proceso.
Lo dejo a tu elección. smile
Un abrazo!
Álvaro
No pasa nada Alvaro, en principio. Te cuento mi historia: muchas horas, centrado en el trabajo, la vida empieza a dar bandazos, y lo peor no sabes por donde salir.
El principal miedo, como el de todos es la familia, que no sabes por donde sacar para poder mantenerla, ya que al final es lo que importa en esta vida.
El tema es saber decir basta, o dejar de hacer para otros, porque a veces pienso; si las horas que uno se tira trabajando para otros lo dedicase para mi mismo, podría salir adelante??? creo que si, pero el 5% de miedo es más fuerte que el 95% de ilusión y fortaleza.
Incluso mi historia, que todavia dura es parecida a la tuya, aumentos de sueldo, que si no los exiges no se dan, pero que siempre vienen bien, pero el problema: ES LO QUE REALMENTE QUIERO!!!! Creo que te hace sentirme más pegado a la empresa y que te involucra más, como bien dice un libro: la rueda de hamster.
Alvaro, te admiro la verdad, te sigo de tiempo pero nunca habría respondido a tus post, me gustan mucho.
Bueno después del rollo, y de desahogarme un poco, te agradezco tus comentarios y artículos, ayudan bastante.
Gracias tío.
Muchas gracias por el rollo Antonio, tú también eres valiente por expresarte y contar todo esto.
Yo hace poco más de tres años estaba así, y poco a poco he logrado escapar de esa rueda que comentas.
Si tu empresa te echara a la calle seguro que saldrías adelante, yo estoy seguro de ello. Lo positivo es que no estás en esa situación y que puedes planificar tú el cambio.
Un abrazo!
Que asco trabajar para otros. Bien hecho Alvaro!!. Yo dejé de regalar horas a la empresa cuando fui padre (aunque no era tan heavy como lo tuyo). Resultado: me cambiaron de equipo de trabajo y me arrinconaron profesionalmente. Perdi prestigio en la empresa y compañeros me retiraron el saludo pero……. NO ME ARREPIENTO DE HABERLO HECHO. Ahora busco o pienso como montar un negocio con ingresos pasivos xero no es fàcil.
Saludos
Olé Ángel!
Gracias por tu testimonio, seguro que anima a otras personas a seguir esa senda.
No es fácil montar un negocio, pero con determinación y compromiso seguro que lo consigues wink
Un abrazo!
Una historia increible… estresa nada más leerla. Muchas gracias por compartirla.
Gracias a ti por pasarte por aquí. smile
Saludos Alvaro:
Aunque no puedo comparar la magnitud de tu historia con la mía, me identifiqué con algunos elementos similares que también viví en mi carrera profesional. Soy educadora y al pasar los años tuve la oportunidad de dirigir una empresa privada educativa. Esa experiencia de saber que trabajas en entrega total para una empresa que no valora lo que haces y te mide el esfuerzo desde el aspecto monetario. Todo lo que expones es de valientes y te felicito por ello. Casualmente, me preparé en coaching y mentoría con el propósito de emprender y autosostenerme, saliendo así del tradicional empleo, ya casi lo logro a un 50%. Tu historia me estimula a seguir mis metas de continuar la profesión a un 100%, gracias por compartir la misma.
A por ello Martha!
Sin duda se puede conseguir. Lo más importante es tener claro el propósito de lo que haces y estoy seguro de que ese es tu caso.
Un fuerte abrazo!
Hola Álvaro:
¡Vaya historia! ¡Tomaste la mejor decisión en tu vida! La salud en todos los aspectos va primero.
Me identifico contigo por algo que me sucedió recientemente en mi trabajo. Mis hijas enfermaron al tiempo y tuve que pedir varios permisos seguidos. El problema era que acababa de reintegrarme de licencia de maternidad. Es obvio que a mi jefe no le gustó ni cinco.
Justamente tenía pendiente la evaluación del desempeño del año. Al revisarla ví con sorpresa que me rebajan varios puntos por “anteponer mis cosas personales a los temas de la organización”. Me dije ¿es en serio?, pues que sigan rebajándome los puntos que les dé la gana porque mi familia está primero.
Por ahora no puedo renunciar, pero ya estoy construyendo el futuro que quiero y como lo quiero.
¡Gracias por recordarme que estoy en el camino correcto para hacer realidad mis sueños!
Saludos,
Maryory
Vaya Maryory, es increíble que una persona todavía se atreva a escribir una evaluación negativa porque antepones tus hijas a tu empresa, sin duda el mundo está un poco perdido.
Sin duda en mi opinión estás en el buen camino y estoy seguro que pronto podrás despedir a tu jefa.
Mucho ánimo!!
Óstia, Álvaro!
La intensidad sigue en aumento en tu blog. O eso, o soy yo. No sé, pero disfruto y sufro por igual leyéndote, jeje.
Oye, que aprensión lo del pacto de sangre y tantas otras cosas.
Uno no puede evitar sentir cierta hostilidad hacia esa empresa y sus jefes cuando relatas tus historias. Y estoy del todo de acuerdo contigo cuando dices que era un despropósito dejarse la vida en un trabajo a cambio de prestigio y dinero.
Pero aquello fue un entrenamiento formidable.
La vida te puso en una encrucijada; con una gran oportunidad de aprendizaje y un gran riesgo.
Y elegiste bien.
Eres quién eres y haces lo que haces, gracias a todo aquello.
Decirte que me inspiras y me sirves de empuje, no es quedarme corta; es quedarme microscópica.
Te cuento una tontería un poquito “bochornosa” (pero vamos, que a mí también melasuda bastante).
Estaba yo el otro día tendiendo la ropa en el patio de mi casa con las pintas de maruja, sintiéndome agotada y medio malhumorada, sin haber dormido, con mi peque gritando y rompiéndolo todo… En fin.
De repente, me invadió un vértigo espeluznante.
No sé explicarlo. Algo parecido al pánico.
¿Y si todos mis sueños no eran nada? ¿Y si todo era mentira?
Todo el trabajo, las ilusiones, la filosofía que había construido alrededor de mi proyecto.
En definitiva, toda la distancia que había puesto del suelo… ¡Me la iba a pegar!
Y entonces….
Tuve una certeza. El amor que siento por lo que hago me invadió el pecho y me dio toda la paz que necesitaba. Nada que se construya desde ese amor puede ser malo.
Da igual lo que pase, habrá merecido la pena.
Como ya tengo experiencia, sé que me pasa esto justo antes de pegar un buen salto hacia adelante. Es curioso, debe de ser el equivalente a esa metáfora: “la noche más oscura tiene lugar instantes antes del amanecer”.
Lo que no he dicho, es que el hilo conductor que utilizó mi mente para pasar de un estado a otro en ese momento crítico, fuiste tú, Álvaro.
De pronto me acordé de ti y fue para mí como si un amigo de toda la vida, me sonriera desde más adelante diciéndome: “¡Venga, es por aquí!”.
Sé que es un poco friki este comentario, no sé si lo publicarás, pero me lo he pasado genial escribiéndolo. Me he emocionado muchísimo, y yo disfruto emocionándome.
En fin, un abrazo y gracias.
Realmente me inspiras alvaro,me identifico con tu frase de”el dia que decidi separarme del rebaño”estoy en ese momento, un abrazo desde mexico
Mucho ánimo Pepe, no dejes que nadie te robe tus sueños.
Un fuerte abrazo!
Hola Álvaro. Gracias por compartir tu historia. Me sentí muy identificada. La verdad que yo estudié artes justamente porque es algo que da mucha libertad y eso me hace muy feliz. Y hoy por hoy me encuentro encerrada 8hs en una oficina haciendo “supuestamente” lo que estudié, lo digo entre comas porque realmente no creo en eso, creo que el sistema te obliga a estar en una oficina, como si desde la casa uno no hiciera las cosas. En fin, hoy por hoy estamos armando un festival de cine y decidí quedarme hasta que pase (dentro de una semana) y luego tengo claro que me quiero ir. Obvio que siento esa incertidumbre frente a lo desconocido y a no tener trabajo.. más allá de que tengo varios emprendimientos personales que ya están en marcha. En fin, tu historia me dio ánimos para seguir adelante. Saludos.
Hola Lucía!
Me alegra mucho que esta historia te haya inspirado. Sobre la incertidumbre… ¿hay algo cierto en la vida?
Un abrazo!
Hola Álvaro,
Sin duda una historia extremecedora, muy bien narrada. Y superada ¡enhorabuena!
Me llega en un etapa de mi vida donde estoy atravesando una situación parecida.
Gracias, de veras, por compartir. Me has inspirado y me has aliviado, en cierto modo, la angustia de estos momentos…
Un saludo.
Wwwooowww!
Vaya, vaya… una historia para la gran pantalla y es que… bien cierto es eso de que la realidad supera la ficción y con creces.
¡Qué valiente! porque esas decisiones no son fáciles cuando las estás viviendo en primera persona por lo que se deja y por la incertidumbre que generan. Aunque es verdad que la salud es lo más importante, ya sea física, mental o emocional.
Enhorabuena por ese gran paso y por esa reinvención.
¡Gracias por compartir Álvaro! Voy a buscar la segunda parte wink
¡Abrazo!
Desde luego que es para llevarla a cine Begoña smile
Sin duda sin coraje no lo habría logrado, porque a veces preferimos lo conocido aunque nos mate.
Gracias por tus palabras y espero que la segunda parte te haya gustado también smile
Gracias, Álvaro, por compartir tu historia.
Gracias, en mi caso, por hacer que me haya visto reflejado en ti como (ex)colega (en mi caso sin el ex, al menos de momento ?) de “profesión”, y por muchas de las vicisitudes (por llamarlas finamente) que has explicado. Merece toda la admiración y respeto alguien que como tú tuvo la valentía y DECISIÓN de dar un giro de 180 grados a su vida.
Sólo me pregunto, y es una pregunta recurrente, si es condición imprescindible el que a uno le suceda una crisis de este tipo para provocar una reacción definitiva y pensar y actuar de una vez por todas en favor de uno mismo. Y no, esta frase no encierra ninguna actitud egoísta. Ayudarse a uno mismo es condición imprescindible (esta vez sí) para poder ayudar a los demás ¿no?
Un abrazo
Hola Álvaro!
El buscador de Google va genial. He buscado la frase como reinventarse profesionalmente y lo primero que ha salido ha sido tu blog, y creo que un buen acierto.
Me siento identificada en casi cada párrafo que has escrito y actualmente estoy en el duro momento de transición.
En mi caso (voy a ser breve para no aburrir) pasando casi 3 años que me he mermado la salud y autoestima aguantando en un puesto de trabajo fijo, un sueldo normal, pero que no me motivaba ni valoraban, incluso con acoso laboral, etc. hasta que un día, después de haber dado muchas vueltas te paras y piensas – yo no me merezco recibir esto- he decidido realizar el paso difícil de abandonar.
He comenzado a estudiar aquello que siempre me apasionaba, pensando poder dedicarme a ello. Pero ahora veo la dificultad de no encontrar empleo porque 1. no tengo experiencia en ello. 2. ya tengo una edad, 33.
Estas 2 semanas me han entrado la duda de si estoy haciendo lo correcto. De si debo dejarme de “tonterías” y buscar un trabajo como el anterior ya que es lo único a lo que me llaman para trabajar.
Siento que me voy a fallar, pero no me veo montando mi propio negocio y la sociedad y las empresas no están preparadas por aceptar que la gente se reinvente por mucho vender “sal de tu zona de confort”. La incertidumbre hace que seas impaciente y pensar en coger lo primero que salga.
Me gustaría saber vuestra opinión. ¿os ha pasado esta sensación? ¿cómo habéis podido afrontarla?
Muchas gracias!
Alvaro vaya historia la tuya y confirmo que casi siempre las situaciones, los motivos y las consecuencias son las mismas, cambian los personajes, los escenarios, los motivos y claro las consecuencias. Gracias por compartir tu historia, saludos.
Gracias Álvaro por compartir tu historia. Ya te lo han dicho muchos, pero es cierto: has sido muy valiente!
Yo no he dado todavía el paso, pero la situación es cada vez más insostenible y lo haré tan pronto como pueda. Trabajo de interna cuidando a una señora mayor y libro solo un par de horas al día. Duermo aquí con la señora, en la misma habitación que ella. Algunas noches no descanso mucho y su hija me exige que el día siguiente cumpla igualmente con todas mis obligaciones. Los festivos tengo que echar horas y algunos fines de semana. Nadie valora mi tiempo porque me lo dicen el mismo día o el anterior. La señora me da tortas y puñetazos.
Todo el mundo me dice que aguante, hasta mi pareja, pero cuando tenga lista mi página web y los materiales de mis cursos, voy a luchar para ser feliz. No tenemos todos derecho a eso?
Impresionante.
Quería por curiosidad saber si tuviste un ‘colchón’ económico como para vivir un año o dos.
Yo tengo diez mil euros de deuda y no sé cómo empezar.
Gracias de antemano,
un saludo
Isa
Hola Isa! Sí que tenía un colchón económico.
Con deuda no puedes dar el salto tan fácilmente. Prepárate antes para ello.
Un abrazo!
gracias por contar tu historia, lo que te impulsó a dejarlo todo y como lo hiciste. Te leo desde hace tiempo y me identifico mucho contigo. Gracias”
Hola Álvaro.
Me llamo Pablo y quiero compartir mi experiencia vital y laboral contigo. Creo que me vendría muy bien tu ayuda.
¿Cómo contactamos?
Un saludo.
Hola Pablo, tienes un formulario de contacto en el blog.
Un abrazo!
Hola Álvaro,
No puedo decir que llegar a esos niveles, ni a ser el responsable de un proyecto de tal magnitud, pero me siento muy identificado con muchas de las cosas que narras de tu historia.
No he necesitado tantos años en un trabajo por cuenta ajena, para darme cuenta de que la vida está para vivirla como realmente queramos, o por lo menos, intentarlo.
La mayoría de la gente, simplemente, se conforma, porque se convencen de que no hay alternativa. Pero yo me dí cuenta que no quería conformarme, porque, creo, que eso es lo fácil.
Siempre me ha gustado llegar un paso más lejos, buscar una explicación de más, e intentar entender el por qué de las cosas. Y todo eso, junto con haber encontrado, en determinados momentos, influencias o atisbos de luz, en algunas personas, me han llevado a cambiar de rumbo, y luchar por llevar a cabo la vida que quiero.
En definitiva, darme la posibilidad de perseguir mis sueños y mis propósitos.
Me quedo con tu frase, la que dices que si no respetas tus límites, nadie lo hará por ti. Es una gran verdad, y lo he visto en muchos compañeros. En parte, me genera tristeza, porque, como decías al principio, nos han robado la creatividad, y nos han hecho encajar en un sistema sin plantearnos siquiera otras posibilidades.
Y solo las pocas personas que se las plantean, consiguen, sacar su mejor versión, en la mayoría de los casos.
Un fuerte abrazo, y gracias por el artículo. Es pura inspiración.
Me sentí identificada con tu historia
soy ingeniero y aunque llevo pocos años de trabajo, muy pronto apareció la insatisfacción, pasar tantas horas en la oficina haciendo algo que no te llena.
Por fin decidí dejar mi trabajo y abandonar las comodidades que tenía, si bien me costó un poco pero lo principal fue mi salud, ya que llevo 2 años de ansiedad, y el psicólogo me comentaba que parte de esa ansiedad es no estar a gusto con lo que hacía, y prácticamente estarme obligando a algo que no quería hacer. Pues sabía que podía hacer otras cosas que sí me llenarían.
ahora no tengo claro qué hacer, pero al menos di el primer paso a un nuevo camino donde quiero trabajar por mi y para mi.
saludos a todos tus lectores
Hola Jocelyn!
Mil gracias por tu testimonio. Si estás desorientada te animo a apuntarte a este training gratuito: http://bit.ly/TrainingReinvencion
Creo que te puede ayudar a descubrir ese rumbo smile
Un abrazo!
Hola Álvaro, que bendición haber encontrado tu blog. Estoy en plena búsqueda de conocimiento que me permita autorrealizame también. Tengo un trabajo que me consume casi 12 horas diarias (y no soy ingeniera jiji, parece mentira pero trabajo en atención al cliente) y desde que nació mi hija hace 4 años mis prioridades han cambiado radicalmente, antes si me quedaba más horas en el trabajo, buscaba aprender, quería un ascenso. Irónicamente, antes nadie me daba pelota como decimos acá en Perú, no me tomaban en cuenta. Nace mi hija, y me dije ya no me importa el ascenso, quiero un trabajo más tranquilo, pasar a un área administrativa, y me llueven las oportunidades para aprender: Evelyn, podrías quedarte a reemplazar a tal supervisor? A tal jefe? Una semana, quince días? Mi oportunidad llegó en el momento en que pude liderar un pequeño equipo de trabajo y fue la experiencia más estresante de mi vida, salir más temprano, llegar más tarde. A consecuencia de eso tengo varios problemas de salud. Toqué fondo (y empiezo mi búsqueda de autorrealizacion) cuando tuve un ataque de migraña que me duró una semana y media (y me duró eso pues con la medicación acostumbrada no me pasaba y me negaba a ir al médico por no faltar al trabajo), llego a la doctora y me dijo, bueno me tomas estas pastillitas… Llegué a la casa,busqué en Google que eran esas pastillitas, y resulta que eran antidepresivos! Ese día me asusté , lloré, le dije a mi esposo que me negaba a tomar eso, porque, carajo! No estoy deprimida, estoy cansada! Me ayudó él a tranquilizarme, a que las tomara pues el dolor no me iba a pasar, etc. Oré mucho, pues soy creyente y encomendándome a Dios empecé a buscar herramientas que me sirvan para dejar lo que estoy haciendo y emprender algo nuevo y diferente que me permita vivir la vida a plenitud.
Buen o, espero que mi relato, haya sido interesante. Y gracias por la oportunidad de hacer catarsis escribiendo (se nota que me gusta un poco escribir? ☺)
Saludos..
Hay miles de comentarios…
Sólo decirte gracias por compartir con nosotros tu historia completa. Yo también he sentido lo mismo, que lo haces por obligación, o por ego en mi caso (sentirse valorado).
Ya con un poco más de edad, entiendo a la perfección todo lo que planteas. Y también he tenido gotas que rebalsan, y comentarios de mi familia, amigos o compañeros de trabajo. Pero la salud (mental, emocional, física) es lo primero.
Sigo leyendo la segunda parte.
Hola Álvaro,
Vaya historia, impresiona….No te conozco de nada, pero sí que hay emociones que reconozco en el relato que nos cuentas. La sensación de càrcel, del sistema, de sólo trabajar, de irte desvirtuando como persona en una empresa, es para mí algo demoledor.
He empezado en el taller y espero que pueda servirme para cambiar mi vida laboral y personal, al menos me gustaría intentarlo, porque no le encuentro sentido a casi nada ya….Ninguno de los planes que tenía cuando era jovencito y estudié la carrerea de derecho se han cumplido, sí…sólo uno…no que no creé yo, pero me creí…el de pagar la hipoteca de un piso mísero….con aluminosis, a un precio exorbitado, y con 2 camellos delante del bar de mi casa.
No quiero aburrir a nadie con mi relato, pero quiero recuperar la ilusión por mi vida.
Gracias,
Saludos
Gracias a ti Eduard por contarnos tu historia.
Un abrazo!
Hola, la verdad es que no me siento identificada, otro si es cierto que el hecho de ver que alguien con éxito profesional pueda sentirse más o menos como me siento yo ahora, laivia algo en parte… Estoy d e aja por asnsiedad provocada por mi trabajo, que encima ea una mierda, con mal ambiente laboral, jefes despreocupados, malos sueldos (no en relación con lo que hay fuera, si no viendo las ganancias de la empresa)
Y yo sin saber que hacer…
Hola, la verdad es que no me siento identificada, pero si es cierto que el hecho de ver que alguien con éxito profesional pueda sentirse más o menos como me siento yo ahora, alivia algo en parte… Estoy de baja por asnsiedad provocada por mi trabajo, que encima es una mierda, con mal ambiente laboral, jefes despreocupados, malos sueldos (no en relación con lo que hay fuera, si no viendo las ganancias de la empresa)
Y yo sin saber que hacer…
Hola Alvaro…
Aunque no he leído todo el contenido de los links que vas dejando en la historia, hasta ahora me parece muy interesante y una decisión de valientes la que tomaste.
Mi situación actual no es igual pero si muy similar, desde hace 8 meses dejé mi empleo que me brindaba seguridad para migrar a Colombia en busca de mejores oportunidades debido a la situación que atraviesa mi país (Venezuela), durante los primeros 3 meses tenía en cuenta que tenía que trabajar en lo que saliera ya que estaba legalizando mi condición de permanencia. Luego de obtener mi documento de identidad que me permitiera establecerme laboralmente, comenzó mi búsqueda activa de un empleo formal, han pasado varios meses y no lo he logrado, esto me tiene muy inquieta y frustrada. Por otro lado, pienso en la posibilidad de emprender un negocio pero no tengo idea de como ni en que hacerlo. Me siento identificada con el primer video ya que estudié para encontrar una salida laboral y no me dediqué a identificar mis habilidades y talentos, estoy muy de acuerdo con tu segundo video respecto a que si deseamos emprender un negocio debe haber un equilibrio entre la rentabilidad, la satisfacción de otros y que nos guste hacerlo.
Espero poder encontrar las respuestas en el webinar.
Gracias por compartir este contenido,
Saludos,