Si sigues habitualmente este blog, te imaginarás éste ha sido un fin de semana emocionalmente difícil para mí. La noche del pasado viernes 15 de julio pasará a mi historia personal por uno de esos momentos que sé que no olvidaré aunque pasen muchos años.
Para ponerte en situación te diré que por cuestiones de salud sigo en Málaga, pero mi mujer, que es turca, regresó hace una semana a Estambul, que es donde habitualmente residimos.
Eran las diez de la noche y me encontraba en una fiesta de cumpleaños cuando recibía un mensaje alarmante de mi mujer que decía:
“Algo está pasando en Turquía. Hay tanques en la calle”
Hielo en la sangre
Se me heló la sangre, como supongo que a la mayoría de los turcos que en ese momento vivieron lo que estaba ocurriendo.
En ese momento no había información, sólo la que transmitían a pie de calle los testigos que presenciaban el despliegue de las fuerzas militares.
En cuanto hubo la primera información de que se trataba de un Golpe de Estado me marché a casa para estar por Skype junto a mi mujer que estaba sola en un país sumido en la incertidumbre a más de 3.000 kilómetros de distancia.
La noche se hacía cada vez más tensa, sobre todo cuando en la televisión leyeron el comunicado de los golpistas y el Presidente apareció en una conversación por móvil en la que llamaba a la población a movilizarse en contra del intento de golpe.
De ahí en adelante todo se complicó, porque las noticias que nos llegaban de familiares y amigos desde Ankara eran de que la calma tensa había dado paso a disparos y bombardeos.
La localización de la casa de mi suegra, a escasa distancia del palacio presidencial, les llevó a refugiarse en los bajos del edificio ante el ruido ensordecedor de bombas y disparos.
Mi mujer lloraba y yo le decía que estuviera tranquila, que en ningún momento harían daño a los civiles.
Al rato descubrí con horror que estaba equivocado. En la televisión mostraban imágenes de disparos a grupos de civiles y ya se hablaban de los primeros muertos.
Era algo inaudito, inimaginable. Algo que escapaba por completo a la razón.
Los ultramarinos de todo el país se colapsaron de madrugada para comprar agua y alimentos básicos, mientras que desde las mezquitas no dejaban de llamar a la gente para que salieran a las calles a enfrentarse a los golpistas.
De la sorpresa pasamos al miedo, y del miedo al terror.
El terror de la guerra.
La noche de la incertidumbre
En unas horas se empezó a hablar del fracaso del golpe y por primera vez en varias horas que se nos hicieron eternas, parecía que la situación volvía a la “normalidad”.
Un borbotón de emociones imposible de gestionar se agolpaba en mi interior, y esa noche me fui a la cama a altas horas de la madrugada con una incertidumbre total hacia el futuro inmediato del país en el que resido.
Estaba experimentando en mi interior, un golpe de estado emocional.
A la mañana siguiente los medios de comunicación se hacían eco de una larga noche en la que murieron más de 200 personas. Se hablaba ya de la detención de los golpistas y eso nos hizo respirar cierta tranquilidad de que el país no iba a continuar con una confrontación militar que con seguridad habría terminado con una situación mucho más trágica.
Sin embargo esa sensación de tranquilidad por el futuro inmediato se encontraba con la incertidumbre sobre el futuro a medio y largo plazo.
Sin duda nada volverá a ser como antes.
La conquista emocional
Con esa situación emocional que me estrangulaba el pecho me vestí para ir como tenía programado al taller que Sergi Torres impartía en Málaga.
En mi cabeza no cesaban las ideas de ese futuro incierto, pero como me apasiona la espiritualidad, en unos minutos logré enfocar mi atención en la charla.
Sergi huye de dogmatismos, y en la conversación que establece consigue hacer reflexionar a toda la audiencia y todos lo hacen desde su momento.
No hay pasado, no hay futuro, vivimos el momento presente y eso es lo único que tenemos en esta vida.
Cuando haces tal simplificación, el ego se diluye y tomas contacto con tu verdadera esencia.
Después de haber llegado a la sala perturbado por mis emociones, encontré cierto nivel de paz a pesar de que esas emociones no habían desaparecido.
Quise compartirlo con el resto de la audiencia y pedí la palabra. Expliqué lo que había vivido la noche anterior, y cómo gracias a lo compartido en esa conferencia pude encontrar paz.
Seguía sintiendo rabia, incertidumbre y asco, pero las había dejado existir en mi interior, sin luchar para que desaparecieran, simplemente aceptando que estaban allí conmigo en la sala.
Sergi se sentó a mi lado y me pidió que reflexionara junto a él.
Trataré de reproducir la conversación, una conversación pausada y calmada en la que entre pregunta y respuesta transcurrían unos dos segundos.
Te invito a leerla con calma, porque contiene una gran lección vital:
- ¿Dónde se encuentra ese conflicto que te hace sentir esa rabia?
- En mí
- ¿Y en qué momento está sucediendo eso?
- En este instante
- ¿Y tú dónde estás en este instante?
- Aquí en esta sala, en Málaga
- Entonces, ¿qué produce aquí en este instante ese conflicto en Estambul que te produce rabia y asco?
- Mi mente
- Ahora te voy a pedir que hagas algo. Ve con tu mente a Estambul, y observa en este instante, desde la paz que tienes aquí y ahora ese conflicto, tu rabia y tu asco. ¿Cómo te sientes?
Después de unos segundos me sonreí y respondí
- Con poder
- ¡Exacto, con poder! Y ¿qué te produce ese poder?
- Hace que desaparezcan esas emociones de rabia y asco dando paso a mi paz interior que parece inundarlo todo.
- ¡Genial! ¿Qué más sientes ahora?
- Siento control… y un poco de miedo de perderlo
- Ya conoces tu poder, y ahora puedes usarlo siempre que se produzca un golpe de estado emocional dentro de ti.
Las preguntas no me llevaron a nada que no supiera, todo lo contrario, me llevaron a tomar plena conciencia de algo que ya sabía, y desde ahí puede tomar control emocional de lo que me estaba sucediendo.
Ahora el reto está en recobrar la consciencia cada vez que suceda en mí un golpe de estado emocional.
Gracias Sergi por recordarnos lo poderosos que somos y enseñarnos a recuperar el poder que reside dentro de nosotros.
Hola Álvaro,
Lamento mucho lo ocurrido en Turquía.
Aunque no puedo ni imaginarme lo difícil que debe ser gestionar un “golpe de estado emocional”, este artículo refleja auténtica sabiduría al plasmar lo que has vivido.
Gracias por compartir tu reflexión. Mucho ánimo en estos momentos y espero que esa plena conciencia y esa paz interior sigan inundando tu alrededor.
Un abrazo enorme!
Hola Edu!
Creo que todos poseemos esa sabiduría y que vivimos demasiado estresados para reconocerla. Quise escribir mi experiencia para reflejar que es posible salir de esas situaciones emocionales a pesar de lo extremas que puedan llegar a ser, simplemente tomando consciencia de quiénes somos y dónde estamos.
Un abrazo!
Gracias Álvaro por escribir esto, que supongo que no habrá sido una experiencia agradable para ti. Sin embargo, al ponerlo en palabras, a mí me han llegado todas y cada una de esas emociones que transmites fielmente.
Gracias por compartir también que el poder lo tenemos en nuestra mente, que la rabia, el asco, la incertidumbre… todo es mental. Si nosotros podemos controlar esa mente, estando en el presente, podemos hacerlo todo.
Me apasionan las emociones y lo sabes, así que chapeau por tu artículo. Comparto a los cuatro vientos. Un abrazo enorme y lleno de energía. Fuerza y valor para estos días.
Hola Ana!
Pues no fue nada agradable, muy intenso, pero las emociones nos hacen sentir vivos y aprender muchas cosas (tú lo sabes bien).
Gracias por compartir y por dejar tus reflexiones.
Un fuerte abrazo!
Hola Alvaro, Coincidimos allí. Presencié tu proceso. Me acuerdo perfectamente hablar contigo antes del proceso y tú decirme que aceptabas tu rabia mientras yo sentía que no era así. Sergi te llevó a darte cuenta de ello y a realmente sentir la paz y liberación que ocurren cuando uno acepta de verdad. Una gran lección para todos. No me canso de repetir que la aceptación es una experiencia profunda y no algo que se puede imponer desde la mente. Solemos confundirnos. Me alegro mucho que pudiste experimentar la paz y el poder que da la verdadera aceptación.
Decirte que entiendo en mis células lo que es vivir en el terror de que en cualquier momento tu vida puede cambiar porque lo deciden otros. Vengo de una tierra donde esta experiencia hace parte de mi viaje en esta planeta y conozco muy bien este terror y la rabia que lo acompaña. Por esto te puedo entender a nivel profundo en esta experiencia.
Fue un privilegio conocernos en este taller.
Hola Leila!
Fue un placer conocerte.
La verdad es que sí experimenté la paz antes de que Sergi se sentara a mi lado, y cuando hablaba contigo lo que veías era probablemente mi tristeza. Pero esa tristeza convivía con mi paz, tal y como he comentado en el relato.
Sé bien que comprendes lo vivido y te considero muy valiente por todo lo que haces para conseguir lo que sueñas.
Un abrazo!
Muy fuerte, Alvaro! leí tu post con los vellos de punta… Yo, que provengo de un país en el que hemos vivido varios golpes de estado y una guerra, entiendo de qué hablas…
Tú, ese día, estabas en el lugar exacto y con las personas que tenías que estar y Sergi fue un “mensajero de lujo”, para recordarte el mensaje de que el poder está siempre dentro nuestro, en el momento presente.
Mucho ánimo al pueblo turco, en especial a tus seres queridos y espero que la Paz retorne pronto en todos los corazones…
Hola Graciela!
Infinitas gracias por tus ánimos y palabras, sobre todo viniendo de alguien que empatiza completamente con la situación que allí se está viviendo.
Estoy seguro de que seremos lo suficientemente sabios para hacer de ello un gran aprendizaje.
Un abrazo!
Gracias por compartir tus sentimientos. Se me ponían los pelos de punta mientras leía tu relato.
Me alegro que tuvieras la suerte de estar con Sergi y conseguir así esa sensación de poder que comentas.
Ánimo. Un abrazo
Hola Josep!
Mmmm, no creo mucho en la suerte, si no llego a levantar la mano en la sala, no pienso que Sergi hubiera acabado sentado a mi lado ¿no crees?
Pero sé bien lo que has querido decir smile
Un enorme abrazo
Hola Álvaro:
No te lo creerás porque no nos conocemos, pero me acordé de ti esa noche. Asistí al Tribucamp y, entre otras cosas que hicieron que tu charla no se me olvidara, comentaste que vivías en Turquía.
He estado pendiente de tu blog estos días porque intuí que algo dirías…
Si lo pienso, me parece tan increíble que eso sucediera como que la Vida te pusiera a Sergi Torres en el camino para echarte una mano al día siguiente. No da puntada sin hilo la tía…
Gracias por compartir cómo viviste esta experiencia y la enseñanza que de todo ello has podido extraer. Tendemos a olvidar lo que sabemos y necesitamos que nos lo recuerden una y otra vez (o al menos a mí me sucede constantemente…)
Un abrazo!
Olaya
Hola Olaya!
La vida sin duda es sabia, y creo que nosotros tenemos esa sabiduría que nos hace ir allá donde todo cobra sentido.
Sin duda parte de la consciencia es volver de forma recurrente a lo conocido y por eso es tan importante estar abierto y receptivo a que suceda. De otro modo volveremos a caer “dormidos”.
Un fuerte abrazo y espero que volvamos a vernos de nuevo smile
Coincido plenamente con Olaya en cuanto a recordar a Alvaro apenas supimos lo de Turquía, y tambien en cuanto a esperar su escrito sobre lo acontecido.
Cuanta enseñanza, cuanta vida hay en este post.
Es que siempre vemos el otro lado de las emociones y no aceptamos ver el de aca, el que quizas nos interesa para hallar esa paz.
Alvaro, hermano, comprendo todo lo que viven en Turquia en estos momentos. Mi pais, Venezuela, tiene décadas ya, sumido en desgracia a nivel politico y sé de lo que hablas.
Esperemos pues, seguir haciendo la diferencia e impactar vidas a pesar de lo que suceda en nuestros paises.
Un abrazo.
Hola Arnaldo!
Muchísimas gracias por tus palabras, siendo venezolano sé que te haces cargo de lo que vivimos aquella noche.
Mucho ánimo y fuerza para ti y los tuyos. Estoy seguro de que algún día veremos a Venezuela libre de la opresión de Maduro.
Un abrazo!
Bello relato, Álvaro.
Antes no sabía encontrar la belleza en el miedo, en el dolor o en la muerte. Me refugiaba en mi mismo y ponía toda mi atención en el otro extremo, la otra polaridad, la del goce y la alegría.
Dice Chang Tsé que el que quiere vivir el placer sin el dolor y el orden sin el desorden, no entiende las leyes del cielo y de la tierra.
Pero la vida no se entiende sin esas dos polaridades. Lo que ocurre en la vida no es bueno ni malo en sí, es nuestra mente la que crea esos juicios. Bellísima también tu experiencia con Sergi.
Gracias por compartir el lado menos amable de tu existencia. Siempre lo haces y siempre veo belleza cuando lo haces.
Una frase que utilizo a menudo cuando tengo que lidiar con el espanto se la leí a Bert Hellinger:
“Todo lo grande toma su fuerza de lo espantoso”
Un abrazo
Ubuntu!!
Hola Francisco!!
Gracias por tus palabras y por tus interesantes reflexiones.
Me ha hecho especial ilusión lo de Ubuntu, algo que aprendí de Fernando Álvarez y que había olvidado por completo..
Ubuntu! smile
¡Hola Álvaro!
Qué sepas que tu experiencia nos ha servido para reflexionar sobre nuestros conflictos emocionales interiores y tu nos ha dado un buen ejemplo como gestionarlos. ¡Qué Grande Sergie!
Me alegro que estés recuperado y que regreses a Turquía junto a tu mujer. Mucho recuerdos nuestros. Nuestros mejores deseos. Gerardo y María José.
Hola Mary!
Pues sí, grande Sergi y grandes vosotros. A ver si nos vemos más tiempo la próxima vez que pase por Málaga.
Un abrazo enorme!
Muchísimas gracias por este artículo, Álvaro.
Aquí me encuentro embuelta en una gran mezcla de emociones intensas por lo que leo, me permito que éstas entren en mí y las lágrimas salgan. Y yo, en el centro. En amor. En poder.
Me siento unida a ti, a tu historia y a todas mis emociones de este momento.
Siento ese poder del que hablas como única respuesta a todo nuestro dolor.
Muchas, muchas gracias. Gracias también al gran Sergi, siempre inspirando.
Te dejo una frase que para mí en un bálsamo para cualquier herida:
Haz ahí fuera lo que tengas que hacer. Independientemente de eso, puedes elegir la paz (dentro) en este momento.
Un abrazo grande.
Hola Cristina!
Bonita frase, me ha recordado a Viktor Frankl.
Nos hace mucha falta esa sabiduría…
Un abrazo!
No pues, qué duro. No quiero ni imaginarme lo que como esposo estabas viviendo estando tan lejos de tu mujer. No sé si tienes hijos, pero si me viera en una situación así con mi esposa (que es rusa) y mi hija… bueno, no se jeje quisiera pensar que pondría lo mejor de mi por permanecer optimista (como usualmente lo soy y como lo fuiste tú al principio) pero a la hora de la verdad sólo estando ahí lo sabría.
Gracias por compartir la experiencia y espero de verdad que las cosas mejoren, y me alegra que ya vayas de camino a estar con tu familia, mis mejores deseos smile
Hola Dennis,
La verdad que uno sólo puede entender este tipo de cosas cuando le pasa. Al principio la incredulidad te impide emocionarte en exceso; es como si estuvieras viendo una película..
Pero cuando empiezas a sentir de primera mano lo que está pasando el miedo y la rabia se apoderan de uno y entonces es cuando parece más difícil poder gestionarlo.
Gracias por tus deseos smile
Hola Álvaro!!
En primer lugar, ánimo y fuerza para tu regreso a Turquía. La situación allí es complicada, pero sabiendo como ya sabes gestionar esos conflictos emocionales es una garantía para tu bienestar emocional y para la tranquilidad de las personas que te rodean.
Muchas gracias por compartir la experiencia que viviste con el golpe de estado fallido; la verdad es que nos acercas una perspectiva de la realidad que allí se vive mucho más humana de la que se difunden por otros medios.
Un fuerte abrazo!!
Hola Jesús!
Los medios sólo acercan tragedias y nos inundan de incertidumbre y miedo. Luego, cuando entendemos que aquello que ocurre a 5 kilómetros no difiere de lo que pasa a 5000 nos damos cuenta de que nuestra vida está en lo que vivimos, no en lo que puede pasarnos.
No es fácil tomar conciencia de todo esto, pero sin duda ayuda mucho a simplificar las cosas smile
Un fuerte abrazo!
Excelente artículo, gracias por compartir tu experiencia, me encanta tu blog, eres muy preciso con lo que quieres expresar…
Me alegro de que te gustara Astrid smile
Un abrazo!
Ay amigo mío!! Ya han pasado los días… ya te leo desde una cierta distancia del conflicto y desde luego emocionada por esa paz que se da desde donde sabemos que existe un bienestar interior inalterable, al que tu accediste de la mano de Sergi, pero que sabías que estaba contigo… el pensamiento acelerado por las circunstancia no te dejaba sentirlo, pero tu poder siempre te acompañó.
Vivir esto, no es fácil para nadie, más bien según nuestras creencias, esa una situación horrible y difícil de controlar… más cuando un ser tan querido, lo vive más cerca que uno mismo…
Pero Sergi y tu mismo te acompaño a volver a tu poder emocional y a sentir el presente como la única opción que hay… la circunstancia no cambiará por mucho que nos preocupemos o descontrolemos o vivamos el futuro anticipado con horror… nada cambia, pero tu golpe de estado emocional está a un pensamiento de ser cambiado y eso es… más poderoso que una guerra…
Gracias por compartir, emocionar, generar sabiduría interior… SER TÚ….
Abrazo enorme amigo mío.
Hola Bego,
Me quedo sin palabras ante tu comentario. Lo describes casi mejor que yo mismo…
Simplemente gracias smile