Hace unos días quedé con un amigo y al encontrarme con él tenía mala cara.
Le pregunté si se encontraba bien a lo que me contestó: me está matando la puñetera espalda. sad
Me quedé pensando en el comentario, sobre todo en lo de “puñetera”…
Entonces me di cuenta de que yo también reacciono de la misma manera. A veces “le echo la bronca” a mi pié porque tuve un accidente con 14 años y en ocasiones el dolor por la artrosis post-traumática es bastante insoportable.
Reflexioné sobre lo crueles que a veces somos con nuestro cuerpo: nos acordamos sólo cuando nos hacemos conscientes de que una de sus partes nos duele.
“Cuerporación”
Entonces pensé en mi cuerpo como una gran empresa: en lo más alto del organigrama el cerebro, el que gestiona el que controla el resto.
Por ejemplo, sin mis manos no podría estar escribiendo estas líneas. El cerebro da las órdenes, pero los curritos son los que las ejecutan.
Y como ocurre en algunas empresas, el cerebro, desde tan alto, mira al resto del cuerpo por encima de los hombros, y por eso a veces ningunea a los que están más abajo. B)
Por ejemplo los pies están tan lejos de la cabeza que normalmente le prestamos poca atención. Confiésalo, ¿cuál fue la últimamente que te enjabonaste concienzudamente los pies?
No hace falta que respondas… :D
Como ocurre en las empresas, cuando se dedican a gestionar sin cuidar de sus recursos y sin valorarlos suficientemente, tarde o temprano las consecuencias empiezan a aparecer.
Piénsalo bien: el vehículo de tu vida es tu cuerpo, y él es el que te permite vivir esta experiencia que es la vida en su máxima plenitud.
Reconocimiento al cuerpo
A las mujeres debo reconoceros que por lo general apreciáis mucho más vuestro cuerpo, le ofrecéis mayores mimos y cuidados, aunque en ocasiones sea por meras cuestiones estéticas.
No puedo decir que no me cuide: tengo una alimentación bastante equilibrada y hago deporte al menos 3 veces en semana, pero creo que no es suficiente.
Es oportuno que haga una reflexión en voz alta de qué me aporta mi cuerpo y cada una de sus partes como recursos con los que puedo vivir con plenitud.
Así…
- Sin mis pies no podría andar
- Sin mis manos no podría escribir estas líneas o tocar a mis seres queridos
- Sin mis ojos no podría disfrutar de los maravillosos paisajes que me regala Estambul cada día.
- Sin mis labios no podría besar… ni sonreír.
- Sin mis dientes no podría morder la vida…
- Sin mi culo no podría estar ahora sentado bigsmile
- Sin mi nariz no podría oler el té que está junto a mi pantalla.
- Sin mis pulmones no podría respirar
- Sin mi corazón no podría sentir.. ni vivir…
Y así podría estirar la lista hasta cada célula y neurona de mi cuerpo, las cuales forman parte de un sistema completo en el que gracias a él puedo experimentar esto que es la vida.
Por ello se me hace muy necesario cambiar ese hábito de quejarme por los dolores de mi cuerpo y establecer un hábito de agradecimiento hacia cada una de estas partes.
Y he de hacerlo porque sé que las empresas con mejores rendimientos son aquellas que le sacan mayor productividad a sus trabajadores.
Exigiéndoles, pero al mismo tiempo apreciando y valorando su trabajo.
Por eso, me comprometo desde este momento a apreciar a mi cuerpo en cada una de sus partes, especialmente a mi dolorido pié, que a pesar de todo lo que ha sufrido sigue ahí, llevándome a todas partes.
Y he pensado en cómo hacerlo: mediante meditaciones de escaneo corporal basadas en mindfulness, repasando cada parte de mi cuerpo y agradeciendo su función y lo que me permiten experimentar.
Concluyendo
El cuerpo, como cualquier otro sistema, si tiene un correcto mantenimiento tendrá una vida más larga, por lo que cuanto más y mejor lo cuides, mejores resultados tendrás.
Si lo agotas, si lo maltratas, si no aprecias su esfuerzo, acabará por deteriorarse y bien sabes que a ciertas edades las recuperaciones no son posibles.
Por eso te invito desde aquí a que cuides tu cuerpo y que le agradezcas a cada una de sus partes el privilegio que es contar con ellas para disfrutar al máximo de esta experiencia que es la vida.
¿qué me dices? ¿te animas?
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Estoy de acuerdo contigo Álvaro.
Nuestro cuerpo es nuestra herramienta, nuestra interfaz para relacionarnos con el mundo. Sólo tenemos uno y lo descuidamos….
¡Muy buena tu lista de agradecimiento! Siempre estamos recalcando lo feo que tenemos (sobre todo las mujeres) pero nunca agradecemos lo bueno.
Excelente wink