¿Sientes a menudo que tu vida no va en la dirección que tú deseas?
No eres el único.
La sociedad ha desarrollado un sistema de adoctrinamiento que, en lugar de hacernos seres libres y realizados, nos “educa” para que acabemos pensando y actuando de acuerdo a unos parámetros.
En otras palabras, nos adiestran para que actuemos como borregos…
Pertenecer a la manada te hace sentir seguro, principalmente porque tratan de meternos miedo con las consecuencias de no hacerlo.
Sin embargo, la seguridad no está garantizada y seguir a la manada no te llevará en la dirección que tú deseas, sino en la que el dueño de la manada quiere que vayas.
Pero si estás aquí es sin duda porque eres alguien inconformista y no vas a permitir que nadie entierre tus sueños.
Por eso he preparado esta serie de dos entradas, en la que intentaré ayudarte a comprender por qué acabaste viviendo la vida que otros decidieron que debías vivir, y lo más importante que evites de aquí en adelante que los demás entierren tus sueños.
Déjame que te cuente una historia.
Another brick in the wall
Hace unos días tras una comida familiar fuimos a tomar un café.
Mis sobrinos, de tres años y medio, después de 20 minutos sentados junto a los adultos necesitaban comportarse como lo que son: niños.
Así que les dejamos jugar “con cuidadito” y nos quedamos atentos para que no molestaran al resto de personas que había en la cafetería. Como niños que son, obviamente era inevitable que se movieran de un lado para otro.
A la salida del establecimiento, mi hermana se cruzó con un conocido que le dijo en tono irónico: “a los niños les vendría bien un Lexatín ¿no?”
Obviamente, a mis sobrinos no les hace falta ninguna droga tranquilizante “prescrita” por un graciosete sin gracia.
Quizás sí les hubiera venido bien un espacio abierto en el que jugar o un parque de bolas, pero no siempre se está en disposición de encontrar el sitio ideal para ir con niños.
Esto me hizo reflexionar sobre algo que vi en un documental hace un tiempo, en el que se habla de cómo en las escuelas se trata de adoctrinar a los niños para que se comporten como la sociedad espera de ellos.
Me vino a la cabeza la famosa canción de Pink Floyd, en la que se sugiere que los colegios son fábricas de individuos estándares que responden a las necesidades de la sociedad.
50 años con la misma canción
En ese documental, “La educación prohibida”, se habla de cómo se intenta meter a los niños dentro de patrones, de modo que si se comportan dentro de lo esperado obtendrán una valoración positiva, mientras que si no lo hacen serán objeto de supervisión para corregir comportamientos negativos en el aprendizaje.
En el ámbito escolar, el método educativo consiste en sentarlos a todos ordenadamente en un aula y hacer que aprendan lo establecido.
Generalmente no se tiene en cuenta las preferencias de los niños, ni se considera la posibilidad de que la forma de enseñar se adapte a sus rasgos y aptitudes personales: es el niño el que debe adecuarse al sistema.
No es nada nuevo, pero los ritmos de nuestra época han provocado que cada vez se hable de más casos de niños con problemas de atención e hiperactividad, que no son desórdenes reales.
Estos comportamientos irritan mucho a algunos padres, cuyo deseo es que el niño esté “quietecito y tranquilito” y eso es por tanto, lo que esperan de ellos.
Para conseguirlo se utilizan diversas técnicas de control que gozan de un porcentaje de efectividad que roza el 100%, como es atiborrarles de televisión, chucherías y videojuegos.
Y de esta manera, muchos crecen sin desarrollar sus intereses personales y sin saber reconocer su verdadero potencial.
Jorge Bucay lo explica a través de una metáfora en el genial cuento “El elefante encadenado”.
Primer mandamiento de la sociedad: cumple con las expectativas de los demás
En gran medida hemos crecido limitados por lo que nuestros padres, maestros y sociedad han creído que podíamos dar de sí, de modo que nos enseñaron a comportarnos como se espera de nosotros para encajar en la “manada”.
Si lo piensas bien, para un niño jugar es su zona de confort. Lo incómodo para él es estar sentado sin moverse.
Sin embargo, eso no siempre es compatible con la zona de confort del mundo adulto que le rodea.
Y como el adulto puede más que el niño, con frecuencia lo somete a su sistema de restricción y control y le lleva a convertirse en un ser pasivo, ya que se ve obligado a sustituir su creatividad y espontaneidad por el miedo a no hacer lo que de ellos se espera.
Es decir, acaba por convertirse en un borrego.
De esta manera aprendiste a responder a las expectativas de los que te rodean, siendo primordial no defraudar ni molestar a los demás.
Estoy de acuerdo que es muy importante tener respeto hacia todas las personas, pero esto no debería significar que dejaras de respetarte a ti mismo.
Lamentablemente, pocas veces nos enseñan a hacer lo segundo.
Deja de ser un borrego más
Quizás, como sugiere la canción de Pink Floyd, tú también creciste adiestrado para formar parte de este sistema que es la sociedad.
Es probable que crecieras limitándote para satisfacer la expectativas de otras personas, y aún hoy dejas de hacer cosas para no irritar a alguien o para contentar a otros.
Pues bien, si quieres alcanzar la vida de tus sueños, tienes que estar por encima de lo que los demás esperan de ti.
Si continúas haciendo lo que tu jefe, maestro, pareja, hijos, sociedad, padres… esperan de ti, acabarás siendo la persona que ellos esperan y no la que tú querrías ser.
A no ser que tu esencia sea extremadamente complaciente y tu carácter similar al de un borrego en una manada, acabarás viviendo de una manera que poco o nada tiene que ver contigo.
Sinceramente me extrañaría que ése sea tu caso, ya que si así fuese supongo que estarías haciendo otra cosa en lugar de leer este blog.
Abandona la mediocridad a la que te conduce actuar según patrones impuestos por los demás. Clic para tuitear
A estas alturas probablemente ya no tienes dudas de que vivir para contentar a los demás es una irresponsabilidad con tu propia vida.
Y aunque aprendieras a hacerlo de pequeño, es algo que has de trabajar si quieres realizarte en tu vida.
El reto consiste en empezar a ser tú mismo y dejar de actuar de acuerdo a lo que de ti esperan los demás.
Pero eso lo veremos en la próxima entrega de esta serie de entradas para ayudarte a evitar que otros entierren tus sueños.
Lee aquí la parte 2 de “Cómo evitar que los demás entierren tus sueños”
Mientras tanto, me gustaría que compartieras tus reflexiones:
¿Qué cosas estás dejando de hacer porque te preocupa qué pensarán otros de ti?
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Buenas Álvaro,
sí, nos han convertido en etiquetas. Formamos parte de etiquetas muy amplias que se dirigen siempre hacia una misma dirección.Incluso es posible que ese destino que tenemos que alcanzar y para el que nos educan no sea ni el más correcto ni apropiado para nosotros.
Lo que tú llamas “salir de la manada” lo llamo yo “salir del colectivo” para convertirnos en individuos. La única manera de aportar algo de valor a esta sociedad es salir de esta etiquetación y volver luego a reintegrarnos a ella ya no como “etiqueta”, sino como “individuo”.
He sido profesor varios años y coincido totalmente contigo: estamos educando a individuos para convertirse en etiquetas, en etiquetas que hace tiempo que dejaron de funcionar. No tiene ningún sentido educar a obreros que sepan leer y sigan las órdenes que les proporcionan en el siglo XXI; ahora tenemos que educarlos para convertirlos en individuos libres con cuya acción vuelva a reactivar este mundo que se encuentra paralizado.
Por cierto, yo también pongo en clase como lectura obligatoria ese cuento de Bucay wink
¡Saludos Álvaro!
Hola Sergio,
Muchas gracias por enriquecer con tu comentario esta visión. Desde luego para llegar a la interdependencia tenemos que pasar primero por la independencia, así que totalmente de acuerdo contigo.
¡Un fuerte abrazo!
Muy buena esta entrada!! No hubiera sido capaz de explicar tan bien lo que muchas veces he pensado sobre la manera que tiene esta sociedad de “educarnos”. Y que difícil encontrar una manera diferente de guiar a nuestros hijos, que todo el mundo te bombardea con consejos que no has pedido, sabiendo que desde bien pequeños tendran que quedarse quietos en sus pupitres aprendiendo a ser borreguitos e infelices….
Pues sí Sofía, lamentablemente es así. Pero no nos resignemos, porque como se puede comprobar en el documental la Educación Prohibida, cada vez hay más profesores comprometidos con evolucionar el sistema.
Gracias por comentar
Hoy precisamente estaba hablando con mi esposa sobre los hippies de los 70’s y lo bien que le vendria a la sociedad otro movimiento hippie, adaptado a nuestra época, que eleve un poco la conciencia del mundo hacia formas alternativas de llevar la sociedad, porque la verdad es que el mundo esta bien fucked-up.
Yo tengo una hija de 3 y hasta el momento hemos hecho todo lo posible por no tenerla en una guarderia, porque reconocemos lo que el sistema (y nuestros familiares) esperan de nosotros. Eventualmente sucederá, pero tienes razón en que el sistema está hecho para hacernos uno más del montón, no destacar y ser mediocres.
Hola Dennis,
Una de las cosas más importantes del ser humano es la autoestima, con independencia en el sistema que estemos. Por eso si tu hija es capaz de reconocer su valor y su potencial tendrá mucho ganado sobre el resto de la manada.
Un fuerte abrazo y gracias por comentar
El sistema nos quiere dóciles y nosotros mismos transmitimos esta idea y nuestros miedos a nuestros hijos cuando les decimos que estudien sin tener en cuenta cuáles son sus talentos.
Afortunadamente eso está cambiando y algunas personas se deciden a cambiar de vida y a dejar que sus hijos sean libres.
Os recomiendo El elemento de Sir Kenneth Robinson. Un libro que habla de esto y que es imprescindible en mi opinión.
Saludos Álvaro, muy buena entrada.
Sin duda un libro imprescindible así como toda la labor que Kin Robinson está haciendo para cambiar el modelo educativo.
Gracias Mónica
Gracias x los recordatorios. Recuerdo un folio que tengo por ahí con una leyenda como la canción esta.
Ya os la contaré.
Un saludo.
Gracias a ti por comentar Erika.
Será un placer leer esa leyenda smile
Un abrazo
Hola Alvaro
Muy cierto lo que expones en el artículo.
Seguramente has leído la historia de la enfermera que publicó un libro con los cinco arrepentimientos más comunes que tienen las personas antes de morir. Uno de ellos es “no haber tenido el coraje de hacer lo que realmente querían hacer y no lo que otros esperaban que hicieran”.
Y vaya que hace falta coraje.
Porque si te sales del rebaño te ven como un “bicho raro”, te dicen que estás perdiendo el tiempo y que pongas los pies en la tierra. Pero si no queremos llegar a viejos y arrepentirnos de haber llevado una vida genérica, vale la pena el riesgo.
Estaré atento al siguiente artículo.
Un fuerte abrazo!
Hola Andrés,
La verdad es que he oído mucho sobre ese estudio de la enfermera pero no he leído el libro, ¿me lo puedes referenciar?
El día en que nos demos cuenta de que todos somos bichos raros, nos dejará de preocupar esa etiqueta wink
Un fuerte abrazo y gracias por comentar.
Alvaro, el libro se llama The Top Five Regrets of the Dying, La enfermera (y autora) se llama Bronnie Ware.
El post original al que se suele hacer referencia está en su blog (Bronnie Ware punto com).
Feliz resto de semana!
Gracias Andrés!
Súper esta entrada. Y creo que esto nos ha llevado a que en el sistema laboral seamos aún más borregos, ya que tenemos unos jefes que actúan de manera similar, y lo peor es que no aceptan sugerencias y se quedan encerrados en su ego para no aceptar que han realizado mal un proceso, queriendo hacer que sus subalternos lo tengan que aceptar a la fuerza.
Sí Fabián. Es demasiado común el escenario que describes, pero creo que hay esperanza ya que otros muchos están interesados en cambiar la situación laboral teniendo en cuenta al trabajador.
Las guerras se ganan con pequeñas batallas, ¿no crees? smile
Como siempre Alvaro, abriendo brecha en nuestras emociones y pensamientos.
Qué difícil es salirse de la manada y cuando estas fuera, que difícil no sentirse como un bicho raro. Te lo digo con el corazón.
Ocurre que intentamos, muchas veces, cumplir expectativas de otros, lo que consideramos que se espera de nosotros como adultos. Yo me salí de la manada, con tu ayuda, y lo voy a decir alto y claro, pero sigo necesitando empujoncitos como ovejita descarriada que soy.
Ayer volví a ver la peli Vida Inesperada (no recuerdo el director pero si los actores Javier Cámara y Raúl Arévalo) y me quedé con muy buen sabor de boca y eso que quizás pueda interpretarse al contrario la paradoja de tus palabras.
El sueño se estaba desvaneciendo y quedarse con algo que estaba tan lejos del sueño era como inconcebible. La diferencia está en que en ese sueño se volvía a intentar cubrir la expectativas de otros y no la felicitad propia que no tiene porqué se tan exigente. La familia, la sociedad, los amigos estaban detrás de tanto trabajo maltrecho en pos del sueño soñado. A veces ese sueño es sentir felicidad a ratitos y hacer agusto lo que se haga.
No sé si estoy dando luz u oscuridad a este maravilloso post que has escrito, pero como sabes, Alvaro, es lo que siento.
Sabiendo que estás bien, la luz tiene un color más dulce.
Un abrazo amigo.
Desde luego Bego es difícil en ocasiones buscar nuestro guía interior.
Pasa que cuando dejamos de seguir una manada nos metemos en otra sin verdaderamente seguir nuestra esencia. Puede ser parte del camino, aunque el verdadero destino ha de ser el amor propio que haga que nos veamos como seres extraordinarios sin la necesidad de satisfacer los pensamientos y patrones de otros.
Encontrar el sueño propio a veces requiere pasar por espejismos y pesadillas. Buscar paz interior y congruencia lo cura todo smile
Un abrazo amiga!
Muy buen post! A mí tampoco me gusta la forma en que el sistema educativo, y muy especialmente el español educa a los niños. Sin embargo, no sólo es el sistema; muchas veces es la propia sociedad la que más presiona para que sigamos el camino marcado. No obstante también quiero señalar que, hasta hace relativamente poco tiempo, seguir al grupo ofrecía ventajas reales a la hora de lograr la supervivencia. Durante muchos siglos, el individuo expulsado o mal mirado en su tribu lo pasaba realmente mal para sobrevivir. Y no hemos cambiado tanto.
Sin embargo “salir de la manada” ha comenzado a ser posible. Las nuevas tecnologías permiten acceder a recursos impensables hace un par de décadas. Ahora es posible trabajar desde cualquier lugar; el conocimiento es mucho más accesible para todos; el mercado es tan amplio y diverso que negocios impensables hasta antes de ayer pueden funcionar y crear riqueza. Y, por otro lado, el viejo sistema se está desmoronando: estudiar y formarse ya no garantizan un empleo para toda la vida; el estado del bienestar, sufre; el mercado laboral se precariza, ….
Por eso creo que ahora mismo es la manada, tal como la conocemos, la que está en crisis; ya no es capaz de proporcionar la seguridad que sus miembros esperan de ella y, además empieza a ser posible vivir fuera de la manada. Y esto nos permite (y nos obliga) a tomar el control de nuestra propia vida y en ese sentido habría que empezar a educar a nuestros hijos.
Con respecto al artículo de la enfermera, a mí también me suena, pero no lo he leído. Os propongo, eso sí, que leáis un post de Marshall Goldsmith en Linkedin, también en esa línea, y que hagáis el ejercicio que propone. A mí me resultó muy esclarecedor. Os copio el enlace:
https://www.linkedin.com/pulse/how-make-2016-your-best-year-ever-marshall-goldsmith?trkInfo=VSRPsearchId%3A2407280661460455010490%2CVSRPtargetId%3A7329291013556885603%2CVSRPcmpt%3Aprimary&trk=vsrp_influencer_content_res_name
El post está en inglés; si alguien necesita traducción, echo una mano.
Gracias por tu aportación Juanma,
Yo creo que la manada nunca ha sido segura del todo, sino que ha generado cierta sensación de seguridad, y creo que es esa sensación de seguridad a la que la gente se aferra aún cuando ahora es más evidente que estar en la manada no es nada seguro.
Leeré a Marshall Goldsmith en cuanto saque un hueco.
Un fuerte abrazo!!
Hola me encanto ,la forma en que explicas lo de la educación,siempre a mis alumnos los incentivo a no creer lo que los demás le dicen,o cómo los hacen sentir ,que miren siempre adelante .Me encantó.Muchas gracias.
Muchas gracias Amelia por tu comentario y enhorabuena por tu enfoque hacia tus alumnos. Necesitamos profesores valientes que eduquen sacando el máximo potencial de los niños, no que adoctrinen a través de ideas o dogmas.
Un abrazo!
Hola
Me encanta la forma clara , alegre y útil con la que te expresas y nos guias.
Gracias
Mil gracias Marian por este feedback tan bonito smile
Simplemente, el sistema educativo es nefasto. Hay niños que encajan más o menos bien y otros que no encajan en absoluto. Yo, como madre de un niño de quince años que no encuentra motivación en lo que hace pero que es una persona brillante y encantadora, no sé que hacer ni como hacer. Sé que hay unos mínimos que debe cumplir pero me da mucha pena que tenga que pasar por ese aro. De hecho, si no fuera porque estoy convencida de que el famoso síndrome de hiperactividad y déficit atencional es un camelo (su propio “creador”, poco antes de morir, confesó que había estado presionado por las multinacionales farmaceúticas), mi hijo estaría ya tiempo medicado con derivados anfetáminicos. Es sencillamente monstruoso.
Hola María,
Sin duda el sistema educativo deja mucho que desear. Lo más importante para tu hijo es sentir tu apoyo y que es valorado por lo que es, no por lo que hace.
Si tú crees que no debe tomar esa medicación, te animo a que contrastes el diagnóstico médico con otro profesional que te ofrezca más confianza.
Un fuerte abrazo y mucho ánimo!
¿Qué estoy dejando de hacer por lo que piensen los demás?
Sencillamente, hacer lo que quiero… es casi todo… tengo días en los que me da igual lo que opinen los demás, pero después vuelvo a “la línea” de la que no debo salir para “no ser vista” ni destacar”, ni hacer algo “absurdo” o algo que pueda hacer que los demás “se rían” de mi…
Es tan fácil y a la vez tan difícil, y me doy cuenta de que si viviera alejada de mi entorno social sería muy diferente, es decir, si yo me fuera a vivir a otra ciudad donde no estuviera mi familia, mis amigos y conocidos, sería mucho más libre, aunque supongo que lo sería mientras no tuviera conocidos en esa nueva ciudad….
Tu blog es maravilloso. Gracias
Gracias a ti por tan bonito piropo smile