Hoy quiero recomendar un hermoso libro que sin duda está lleno de sabiduría sobre el equilibrio personal. Sabiduría Tolteca para ser más exactos.
Miguel Ruíz es el autor de Los cuatro acuerdos, que a modo de ensayo, y con una literatura muy fácil, enseña al lector los acuerdos básicos de una vida plena. Los acuerdos son, en este orden, los siguientes:
- Sé impecable con tus palabras. Hace referencia al lenguaje y a la importancia del correcto manejo del mismo. Debemos ser comprometidos y responsables con nuestro lenguaje, y que este se corresponda con nuestros valores.
Nuestra forma de expresarnos es un compromiso con nosotros mismos, y con el resto de la humanidad.
Como breve ejemplo, en innumerables ocasiones decimos “sí” cuando en realidad queremos decir “no”. Esto nos provoca una incoherencia que nos daña, por lo que Ser impecable con nuestras palabras, nos proporciona una gran paz interior. Nosotros somos nuestras palabras, ni más ni menos, y la forma en que las empleamos expresan cómo nos relacionamos con el mundo.
- No te tomes nada personalmente. Me encanta este acuerdo. No es necesario profundizar mucho más en el mismo, pues la frase en sí es suficientemente explicativa. No obstante pondré un par de experiencias que permitirán al lector asimilar mejor este acuerdo:
- Un día, después de una discusión, llegué a casa un tanto nervioso por la conversación que acababa de mantener. Cojí un vaso para beber agua y sin querer se me cayó al suelo rompiéndose en añicos. Lamentándome por mi mala suerte, tras recoger los trocitos, cogí otro vaso que, desafortunadamente se vuelve a caer. Entonces, airado, grité y blasfemé airado contra el maldito vaso. Habían pasado un par de horas y aún seguía rumiando mi mala suerte como si una fuerza superior estuviera contra mi. Evidentemente el vaso es totalmente inanimado y no existía ninguna energía extraordinaria que atentara contra mí: fui yo mismo quien, accidentalmente, probablemente debido a mi estado de ánimo, creé esa circunstancia.
- Tu jefe, enfadado, te recrimina algo que tú no has hecho. Tú te enfrentas a él demostrándole que no lleva razón, o bien te callas y rumias durante el día y la noche lo que habrías querido gritarle a la cara. Con este acuerdo entendemos que la respuesta de nuestro jefe, lleve razón o no, sólo se debe a sus acuerdos “aprendidos”, y por tanto, en lugar de caer en el enfado, debemos ser inmunes a lo que haga u opine, y vivir con equilibrio esa situación.
- No hagas suposiciones. ¿Cuántas veces has supuesto que alguien te decía algo con una intención y luego has descubierto que estabas equivocado?¿o has empezado a enjuiciar a alguien te está dando plantón durante un tiempo más largo de lo razonable sin conocer la razón del retraso? Pues que eso suceda es lo que pretende evitar este acuerdo. En la vida, suponer significa no tener toda la información, y de esa forma generamos juicios no siempre acertados, y que en muchas ocasiones nos provocan sufrimiento.
Debemos de encontrar la valentía de preguntar, y comunicarnos de forma eficiente e impecable.
Este acuerdo nos aporta uno de los pilares fundamentales de una comunicación sabia que nos evitará una mente proyectada en la suposición, y todo lo negativo que eso conlleva.
- Haz lo máximo que puedas. Precioso acuerdo sobre el compromiso con uno mismo. Este acuerdo nos proporciona conformidad con nosotros mismos, evitando auto reproches y por tanto una visión negativa de quienes somos. Además este es el único acuerdo que permite alcanzar los anteriores: sólo la práctica comprometida nos llevará a la interiorización de los tres acuerdos anteriores. Sin embargo, debe ser manejado con cuidado, ya que lo máximo debe ser siempre algo positivo para nuestras vidas. En otras palabras, el exceso puede llevarnos a resultados negativos. Como ejemplo pondré el ejercicio físico, que nos provoca unos resultados positivos, si bien el máximo debe ser considerado como aquel que no daña nuestro cuerpo físico, ya que en ese caso sería negativo para nosotros mismos.
Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones, y considerar lo máximo como aquello que nos proporciona el mayor beneficio.
Es un libro que se lee en muy poco tiempo, y que es aconsejable releer varias veces con el sólo objeto de disfrutar de su enseñanza e interiorizar todo lo que en él se dice. Algunos pasajes pueden ser leídos como cuento a los niños, de modo que vayan aprendiendo los beneficios de cultivar el alma.
Os animo a que hagáis esta pequeña inversión espiritual y pongáis en práctica estos acuerdos que os conducirán sin duda a una profunda paz interior.
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Un libro sensacional, sin duda. Muy sencillo y asequible para todo el mundo, sin embargo encierra verdades muy profundas.
El acuerdo que más se me resiste es “no hacer suposiciones”
Gracias Álvaro.
Magnífico libro y muy recomendable. Yo pràctico haz siempre lo que puedas, hasta en detalles y acciones más pequeñas.
Gracias por recordarlo.
Un abrazo.
Excelentes acuerdos, muy importantes para mantener una vida sana y sin tanto estrés. Muchas veces somos culpables de nuestro propio sufrimiento. Estas cosas son para tener en cuenta. Saludos