¿Qué te gustaría que tu hijo fuera de mayor?
Planteé esta pregunta en facebook y la respuesta fue unánime: de un modo u otro todas las personas contestaron sin dudas que querían que sus hijos fueran felices
Seguro que tú también quieres que tu hijo cuando sea mayor sea feliz, pero la pregunta clave es ¿qué estás haciendo para que tu hijo sea feliz en el futuro?
Antes de darte ciertas claves, déjame compartir contigo algunas reflexiones que estoy convencido no te dejarán indiferente. (si quieres ir directamente a las claves, ve al final de la entrada)
Reflexiones personales antes de continuar
Hace poco leí una noticia que sin duda me resultó muy grata: los colegios de Canarias Impartirán en su programa lectivo formación en Inteligencia Emocional.
¡Bravo! Realmente me ilusionaba esta idea desde que descubrí la importancia de entender las emociones, ya que personalmente creo que una buena gestión emocional es necesaria para un satisfactorio desarrollo personal.
Para mi sorpresa, la noticia está valorada con una puntuación bastante baja (una estrella y media) y los comentarios son principalmente negativos, lo cual parece reflejar cierto escepticismo sobre este tipo de asignaturas.
Algunos comentan que esta materia debería de ser transversal en todas las asignaturas, otros de que este asunto es un tema a tratar en la familia, y los menos convencidos piden firmas para detener lo que a su juicio supone un daño en el sistema educativo… sad
Sin conocer el programa formativo, insisto que de entrada me parece una noticia muy positiva, y aunque pudiera considerarse un asunto “familiar”, lamentablemente muchos padres no son competentes emocionalmente, y así difícilmente van a poder transmitir esta competencia a sus hijos…
No puedes enseñar aquello que no sabes, no puedes dar aquello que no tienes Clic para tuitearNo juzgo a estos padres, es muy comprensible y respetable su forma de pensar.
Probablemente aprendieron el paradigma que establece que la educación de los niños ha de estar orientada a alcanzar el éxito social como modo de alcanzar la felicidad, que es lo que en el mundo occidental llevamos mucho tiempo “mamando”.
Para algunas personas lo importante y lo que más les llena de orgullo es que sus hijos traigan buenas notas y que en los test de inteligencia obtengan resultados de alto cociente intelectual. Lamentablemente nuestro sistema valora muy poco cualidades como la generosidad, el compañerismo u otras cualidades.
Esto fomenta la siguiente creencia: si eres “listo” tendrás éxito, y por lo tanto, si no lo eres tanto no lo tendrás. Esta creencia limitante puede hacer que un niño con magníficas virtudes más allá de su inteligencia intelectual piense que no vale lo suficiente.
Probablemente a muchos de estos padres les satisfaga enormemente la idea de que sus hijos sean ingenieros, doctores, deportistas de élite o ejecutivos, porque están convencidos de que de esa forma serán felices.
Es totalmente lógico que un padre quiera para su hijo “siempre lo mejor”, y en lo profesional en esta sociedad el éxito está muy bien definido: la experiencia les ha enseñado que vivimos en un mundo muy competitivo, en el que hay que dominar diversas disciplinas, saber idiomas, hacer deporte, etc…
De verdad que sería muy cruel juzgar a estos padres por tener esa creencia.
En cualquier caso, tanto si piensas de esta manera como si piensas de otra, quiero invitarte a que revises tus creencias sobre lo que proporcionará felicidad a tu hijo en el futuro.
Ejemplos inspiradores de personas que conozco
A mis 37 años, os puedo decir que las personas que conozco que profesionalmente se sienten más realizadas son aquellas que superaron los miedos de sus padres y finalmente se hicieron a ellos mismos:
- Gerardo López, estuvo estudiando ingeniería conmigo, si bien su talento desde siempre estuvo en la música. Hoy es un reconocido tenor, feliz de lo que hace, y no se identifica para nada con la ingeniería
- José Enrique Sánchez, es piloto aéreo. Tras terminar sus estudios de derecho sabía que no tenía nada que hacer en ese campo, y tras un importante bache personal decidió realizar los cursos para ser piloto. Hoy no conozco tío más feliz haciendo lo que más le gusta: volar
- Ziya Azazi, creció en un pueblo de la Turquía profunda, estudio ingeniería de minas aunque su pasión estuvo siempre en la danza. Me contaba que cuando le dijo a su padre que se iba a dedicar a este mundo, estuvo meses sin hablarle. Hoy asiste con orgullo a sus espectáculos y disfruta junto con el resto del maravilloso talento de su hijo
Estoy seguro que tras leer estos casos de éxito os ha surgido una emoción de alegría por estas personas que han conseguido vivir de su vocación, pero lamentablemente podríamos decir que esta es la excepción: hay muchas personas en la década de los 30 y 40 que se sienten desubicadas profesionalmente, sin conocer su verdadera vocación y con altos grados de insatisfacción por falta de realización personal.
¿Por qué hay tantas personas con ese sentimiento de insatisfacción?
Porque durante su proceso de formación como individuo nadie les enseñó a conocerse, ni les ofrecieron los suficientes recursos y/o apoyo para creer de una forma sólida en ellos mismos.
Crecieron aprendiendo creencias sobre ellos mismos que condicionaron para siempre sus vidas, tal y como contaba Virginia Morante en su entrada El Efecto Pigmalión – La profecía autocumplida.
En sociedades como la española, el exceso proteccionismo paternal debilita la confianza de los niños en su proceso para alcanzar la madurez.
Este proceso requiere que la persona tome sus propias decisiones y se equivoque, al igual que un bebé se cae numerosas veces cuando aprende a andar. Sin embargo, ese exceso de proteccionismo lleva a decirle al niño siempre lo que es mejor para él, en muchas ocasiones sin consultar su voluntad.
Los niños aceptan la autoridad intelectual y emocional de sus padres y educadores en general, y siguen las directrices que les han de llevar a una vida de éxito.
En la pubertad, algunos de estos niños se rebelan porque no aceptan el control absoluto de sus vidas, lo que en algunos casos se traduce en un efecto rebote que les impulsa a llevar a cabo acciones opuestas a las que esperan sus padres.
Aunque en cierto grado son más independientes, evidentemente no han conseguido un grado de madurez suficiente, y esto les puede llevar a tomar decisiones muy nocivas para sus vidas.
Otros sin embargo aceptan las “recomendaciones” de sus padres y continúan su formación de acuerdo a lo “establecido” en el programa que estos han confeccionado para ellos.
En ambos casos, alcanzada la madurez es probable que de un modo u otro presenten cierto grado de insatisfacción que no sabrán resolver.
10 Claves para ayudar a tu hijo a ser feliz en el futuro
¿Qué puedes hacer hoy para ayudar a tu hijo a ser más feliz en el futuro?
Yo desde aquí, quiero darte algunos consejos que si bien no van a garantizar la felicidad de tus hijos en el futuro, sí que les proporcionará un mayor nivel de autonomía y autoestima, lo que sin duda se traducirá en una disminución de sus probabilidades de vivir con insatisfacción.
1. No trates de imponer o moldear a tu hijo según una identidad que para él has diseñado
Es muy habitual, en ese deseo de darle lo mejor, el confeccionar una vida a los hijos sin consultarles. Tu hijo es un individuo en sí mismo con identidad propia. Imagina que quisieran ponerte un traje de bailarina para que salieras a la calle: seguramente no te agradaría.
Piensa que la vida que confeccionas para tu hija o hijo, no tiene porqué ajustarse a su verdadera esencia. Sé guía, no domador. wink
2. Permite a tu hijo encontrar sus talentos; ayúdale a descubrir su vocación
Ofrécele la oportunidad de experimentar y de fluir con aquello que le gusta: no le hagas tocar el piano sólo porque es lo que a ti te apasiona o lo que a ti te habría gustado hacer.
Cuando lo encuentre, dale tu apoyo en la consecución de sus sueños.
3. Transmite a tu hijo unos valores sólidos que gobiernen de una forma eficaz sus vidas
Hacer esto significa no sólo tener claro los valores propios, sino vivir de acuerdo a ellos: recuerda que para tu hijo eres un modelo.
De poco sirve que le digas a un niño que hay que respetar a las personas si te ve gritando o menospreciando a alguien por su ideología. Si quieres saber cómo puedes trabajar tus valores personales pincha aquí.
4. Evita el exceso de proteccionismo
Piensa en esa mano que está detrás de la bicicleta para evitar que se caiga. Así es como debes de actuar: permanece cerca para darle confianza, pero permítele que tenga cierto control.
Si le dices permanentemente lo que ha que hacer, tendrá siempre dependencia para conducir su vida.
Ofrécele autonomía, plantéale retos y responsabilidades de acuerdo a su edad, de modo que vaya adquiriendo competencia y cierto grado de independencia.
5. Evita el exceso de tolerancia
Dale confianza pero no “manga ancha”. El equilibrio no es tan complicado: consiste en poner límites claros y que tu hijo aprenda a respetarlos.
Tu hijo ahora y en el futuro vivirá en sociedad, y para ser feliz debe estar en equilibrio dentro de las normas establecidas en la comunidad en la que viva. De otro modo la frustración puede ser una constante.
6. Aprende a comunicarte con tu hijo.
Tu hijo no tiene el mismo nivel de comprensión ni expresión que tienes tú, y es por eso que has de dotarte de los recursos necesarios para entenderle y hacerte entender.
Si te comunicas utilizando recursos como el chantaje o la amenaza, tu hijo los adoptará como fórmulas propias para comunicarse.
Ah! Y escúchale con atención: si eres dogmático/a y tratas de imponer tu verdad, te costará comprender las necesidades e inquietudes de tu hijo. Ella/él también tiene sus razones y motivaciones.
7. Aprende a gestionar tus emociones y enséñale a entender las suyas
Como decía al principio, la gestión emocional es esencial en el desarrollo personal. Enseña a tu hijo a comprender sus emociones y gestionarlas de un modo efectivo, lo que significa, entre otras cosas, no reprimirlas y no avergonzarse de ellas.
Si no te sientes competente, puedes asistir a algún taller, consultar uno de los numerosos libros que hay sobre la temática o incluso contratar a un profesional especializado.
Si te encuentras en Canarias, podrás matricular a tu hijo en un centro en el que se imparta esta materia como ya hemos visto anteriormente. smile
8. Equilibra tu vida para fomentar una vida equilibrada en tu hijo
Los niños en el proceso de aprendizaje van almacenando inconscientemente muchísima información, alguna de ella que nunca se llega a procesar de un modo consciente.
Si sus padres viven de una manera desiquilibrada, ellos interiorizarán ese desequilibrio que en ocasiones podrá acompañarles durante muchos años. Sé feliz para hacer que otros sean feliz rolleyes
9. Dedícale tiempo
Parece evidente, pero alcanzada cierta edad podemos tener la sensación de que los niños ya no requiere tanta atención. No podrás conocer sus inquietudes si no pasas tiempo con ellos.
Y pasar tiempo no es ver la tele con ellos: se trata de hablar, jugar.. en definitiva en interactuar de una forma positiva con ellos.
10. Evita el miedo a la decepción o el error
Me explico: no pretendas que tu hijo sea perfecto, ni le pongas en la tesitura de tener que serlo. Nadie es feliz ante la necesidad de hacerlo todo bien.
Errar es de humanos, pero pareciera que aceptar los errores no lo fuera. Si tu hijo vive con la presión de hacerlo todo bien según tus expectativas, tratará de ocultar sus errores y se sentirá culpable por ellos.
Aprende a aceptar que va a cometer errores, y enséñale también a él/ella a aceptarlos. Ah! y esto vale para ti también como padre/madre: actúa siempre según tus valores, y no te preocupes si cometes errores en tu papel de educador.
Si cometes un error házselo saber a tu hijo aunque su nivel de comprensión no sea el suficiente; te ayudará a perdonarte a ti mismo smile
Recomendaciones
Hoy las recomendaciones que os traigo son cinematográficas:
- Billy Elliot Sin duda una extraordinaria película que muestra como el talento y la vocación, con el preciso grado de autoestima son capaces de vencer todos los convencionalismos y paradigmas paternales. Su padre quería que fuera boxeador, pero Billy descubrió que la danza era su pasión.
- Forrest Gump Adoro a la madre de Forrest Gump, porque se empeñó en que su hijo nunca sintiera que tenía limitaciones frente a los demás. Forrest era una persona con una clara deficiencia intelectual, sin embargo era un derroche de otra serie de virtudes que le llevó al éxito personal y profesional… A los que piensen que esto es sólo ficción les animo a que investiguéis la historia de Nick Vujicik en la red.
Si no las habéis visto, o si las visteis hace tiempo, os animo a ver estas películas ya que son extraordinariamente inspiradoras.
Como siempre me gustaría conocer tus opiniones, así como otras ideas que tú pongas en práctica y puedan servir a otras personas para hacer de nuestros hijos una generación más feliz.
NOTA: de forma general he utilizado el término “hijo” para referirme a ambos géneros por cuestiones meramente prácticas en la redacción. Ruego que me disculpen aquellas personas que puedan haber sentido que en mi narración hay cierta discriminación de género.
COMPARTE! smile – Si te ha resultado interesante y crees que puede venirle bien a alguien, ayúdame a difundir mi trabajo compartiendo este post con estos botones tan chulos de aquí abajo. 1000 gracias! rolleyes
Fantástico artículo Álvaro, gracias! Comentar lo importante que es, que trasmitamos a nuestros hijos, que los queremos y valoramos por lo que son y no por sus logros, resultados ni lo que consigan en esta vida. Debemos fomentar que sientan que la familia es un “equipo” y que si en algún momento fracasan todos juntos lo superamos y remontamos.
Sugerencia: Estaría bien que reflexionáramos, nosotros….. ¿cómo somos como hijos? ¿Les prestamos a nuestros padres la calidez y atención que necesitan ahora que comienzan a ser mayores? ¿Mantenemos una escucha activa en nuestras conversaciones con ellos? si no es así deberíamos empezar hacerlo, son una fuente de sabiduría y experiencia.
Espero tu siguiente entrada.
Un abrazo.
Gracias Virginia!
Me encantan tus apuntes y esa idea del “equipo” familiar que comentas.
Me gusta tu sugerencia porque es muy conveniente: nuestros padres y las personas mayores probablemente merecen una mayor atención de la que reciben. Buen punto para una futura entrada.
Un fuerte abrazo!
Hola Alvaro!
Buenisiiimo tu articulo, soy padre de dos preciosas criaturas y al leer tu articulo me identificaba con algún punto que otro.
Se que es imposible hacer las cosas bien siempre, pero muchas se pueden mejorar.
En mi caso no me esfuerzo en que mis hijos sean los mejores de la clase ni nada por el estilo. Lo que si trato de inculcarles es que sean autosuficientes en la mayor medida que puedan, que cuando se equivocan que no se rindan y vuelvan a empezar, que no se crean que son mejor ni peor que nadie y que sean solidarios con sus compañeros y amigos.
Al final de esta manera son aceptados, queridos y respetados. pero ellos esto lo viven con toda la naturalidad y espero que así siga.
De todas formas, personalmente me quedan cosas por pulir en mi mismo para poder predicar con el ejemplo.
Lo que si te digo es… no es tarea fácil ser padre, pero es muy gratificante.
Un abrazo, compañero
Hola Ángel!
Me alegro de que te haya gustado el artículo, y mucho más de que tus hijos estén creciendo con una educación tan sana. Trabajando como coach me doy cuenta de que muchas de las limitaciones que tienen mis clientes para desarrollar todo su potencial, se forjaron en su niñez. Por eso decidí escribir este artículo smile
Estoy de acuerdo contigo que ser padre es una de las tareas más complejas que existen, pero también una de las más maravillosas ¿verdad?
Un fuerte abrazo y gracias por tu contribución a que las futuras generaciones vivan en un mundo mejor.
Menudo artículo Alvaro!
Me ha encantado.
Yo tambien me identifico con lo que cuentas.
Tengo dos niños.
Tienen 6 y 9 años, y te aseguro que lo hago todo lo mejor que puedo con ellos.
Creo que están contentos conmigo. Nos reimos, jugamos, nos achuchamos mucho…pero es todo verdaderamente dificil.
Me parece que en este mundo que vivimos ahora, ayudamos demasiado a nuestros hijos.
Yo me repito continuamente a mi misma que no tengo que estudiar tanto con ellos, que conmigo no lo hicieron, pero luego veo al resto, a las madres de todos los compañeros de colegio y me parece que soy una mala madre si no estoy todo el día encima como ellas.
Por otra parte creo que si hago bien lo de respetar sus gustos, lo de no forzarles a actividades que no les interesan, lo de respetar sus decisiones.
María
Muchísimas gracias por tu comentario María!
Tal y como lo describes estoy seguro que eres unan sensacional madre; no te dejes influenciar por lo que hagan otras personas, escucha tu instinto y tus valores. Como digo en la entrada, en España somos muy tendentes a sobreproteger, y eso no es nada bueno, ya que no permitimos que el niño desarrolle una de las competencias básicas que es la competencia práctica (la competencia asociada a la supervivencia).
Enhorabuena por ser tan buena madre smile
Un abrazo!
Vaya Álvaro, qué post más interesante!!! Seguiré indagando en tu blog, pues es el primero que leo y me ha impactado.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Patricia!
Buen fin de semana
Muy útil,y interesante.