Hace exactamente un año estaba inmerso en el corazón del Rajastán, en el que sin dudarlo ha sido el viaje de mi vida.
Durante 5 semanas, recorrí de sur a norte gran parte de la India
Más de 5000 km en un viaje inolvidable lleno de experiencias y aprendizaje de vida.
En esta entrada y en la siguiente compartiré contigo las 5 experiencias más inolvidables y lo que aprendí en el que sin duda fue el viaje de mi vida.
Karma positivo
Primer día en la India.
Tengo un objetivo prioritario: conseguir una tarjeta SIM para el teléfono.
El móvil es una herramienta fundamental en este viaje: quiero tener datos móviles para moverme por todo el país de una forma segura y compartir fotos con mis amigos, pareja y familia.
Antes de salir de Estambul realicé una petición abierta en la comunidad Couchsurfing en la que solicitaba apoyo local para conseguir la tarjeta SIM
Recibo pocas respuestas, la mayoría de ellas, aunque tratando de ayudar, con un inglés bastante difícil de interpretar.
Por suerte me ha escrito una chica que se llama Surya y me da todas las indicaciones necesarias en perfecto inglés.
Genial!
Me monto en un Rickshaw y me dirijo a Pattom Junction a la oficina de Airtel, allí hay un amigo de Surya que me atenderá.
Pero cuando llego me dicen que la tarjeta que tienen es 2G y sólo se puede utilizar en el estado de Kerala, que es en el que me encuentro.
Mi gozo en un pozo.
Un poco frustrado le dejo no obstante al chico una cajita de delicias turcas para que se las dé a Surya por su amabilidad.
La llamo con el roaming para decirle que no ha habido suerte y que le he dejado un pequeño detalle por su amabilidad y me dice que no me vaya, que cerca hay otra tienda de otra compañía llamada Idea y que me dirija allí.
Vaya suerte! Esta chica parece conocer a toda la ciudad.
Una vez allí parece que todo va viento en popa: tienen tarjetas 3g de 4 Gb para un mes por 600 rupias (7,5 €) válida en todos los estados.
Yuhuu!
No tan rápido: me dicen que por ley es necesario indicar una dirección local y no sirve un hotel…
Ellos mismos llaman a Surya y le explican en indio la situación. Me pasan el teléfono y Surya me dice que no me preocupe, que ya les ha dado sus datos.
Alucinante!
Una persona a la que no conozco de nada se presta a ayudarme tan desinteresadamente.
No tengo duda alguna:
el ser humano es altruista por naturaleza
Un hombre con una misión: dignificar vidas
“Vicente siempre decía: cuando hay un problema, hay una solución, y cuando no la hay, está la Providencia”
Así concluía con una sonrisa nostálgica Ana Ferrer su reunión con los visitantes que fuimos a conocer la obra de la fundación.
India es sin duda uno de los países más pobres del mundo, pero en la región de Andhra Pradesh esa pobreza alcanza su mayor dramatismo en forma de miseria.
Hace más de 50 años llegó a este lugar la Providencia en forma de jesuita soñador, creativo y visionario.
Un hombre que luchó contra infinidad de adversidades, llevándole algunas de ellas a revisar sus propios valores.
Su misión era muy clara: ayudar al mayor número de personas posible a salir de la pobreza extrema.
Hoy en día, la fundación tiene programas a través de los cuales muchas personas han logrado alcanzar uno de los derechos básicos y fundamentales del ser humano: la dignidad.
Visitar algunos de los proyectos ha sido como subirse a una montaña rusa de emociones.
Me siento enormemente afortunado de haber podido compartir un rato de mi vida con esas niñas sordomudas que se afanaban por hablar conmigo en lenguaje de signos.
De haber podido ver cómo niños ciegos estudian en el mismo aula junto a otros niños que no lo son para evitar desde pequeños que perciban entre ellos diferencias.
De experimentar el ser recibidos como embajadores en un poblado donde se ha desarrollado un programa para mujeres que de otro modo serían sin duda consideradas menos que un cero a la izquierda.
De ver cómo niños con sida y diversas discapacidades son acogidos en centros donde son tratados con cariño por especialistas y enseñados por maestros que me parecieron sin duda héroes por el trabajo tan encomiable que realizan.
Entonces, a pesar de saberlo, tomé conciencia real de lo que es la “humanidad”: todos somos iguales en esencia y por tanto necesitamos y merecemos esencialmente lo mismo.
“Nadie imagina cuando empieza que va a llegar a hacer algo así” explicó Ana Ferrer cuando le expresé mi admiración por la magnitud de lo que se ha instituido.
Los datos son verdaderamente abrumadores. Pero no es importante, es mera estadísticas.
Lo hermoso es cuando esas estadísticas te miran cara a cara, les ves sonreír, y percibes su gratitud, esperanza y júbilo.
Entonces no supe sentir tristeza por su condición desaventajada con nuestra sociedad, sino alegría porque el propósito de un hombre les ha regalado una vida cargada de oportunidades y atenciones que hace unos años eran inimaginables para ellos.
Gracias Vicente.
El mundo viaja bajo mis pies
Abro los ojos. Aún no ha amanecido en la apacible y bellísima playa de Palolem.
Permanezco en la cama del bungalow: una vez más abro los ojos en un lugar diferente.
Todo es extraordinariamente cambiante.
Ayer estaba en Hampi descubriendo bocabierto cómo las mujeres del lugar pintan preciosos dibujos con tiza delante de la vivienda sobre un lecho de excremento y orines de vaca con la finalidad de disuadir a los demonios de entrar en las viviendas.
Pero eso se fue. Está a más de 250 km de distancia.
A veces me parece estar viendo una película.
Miro mis pies. Están ahí.
Me río y pienso “Qué idiotez, claro que están ahí”
Me levanto de la cama y salgo a la playa, y paseo observando esos pies desnudos deslizarse por la finísima arena de Palolem.
Siento como una revelación en forma de encuentro conmigo mismo.
Mañana me levantaré en otro lugar, y pasado en otro.
No soy yo el que viaja, es el mundo a mi alrededor
Y siento fortuna por estar aquí y ahora: feliz, confiado, seguro, calmado…
Hace tan sólo un año anterior estaría levantándome para ir a la oficina, absorbido por la exigencia del trabajo y dominado por el estrés.
Me alegro y doy gracias por estar por fin conmigo mismo, y adquiero el compromiso de que sea así siempre.
Por el resto del viaje de mi vida.
En la próxima entrada te contaré dos experiencias más, esta vez acompañado de mi padre que se unió a mí en mi tercera semana de viaje.
Seguro que tú también has hecho un viaje extraordinario en tu vida.
¿Por qué no compartes con nosotros esa experiencia inolvidable que te llevaste a casa?
Gracias!
COMPARTE! smile – Si te ha resultado interesante y crees que le puede venir bien a alguien, ayúdame a difundir mi trabajo compartiendo este post con estos botones tan chulos de aquí abajo. Muchas gracias! rolleyes
Egunon Alvaro!
He viajado poco pero recuerdo un viaje a Colombia hace 17 años ¡cuando Colombia era (supuestamente) muy peligrosa!
Me chocó mucho la hospitalidad: lo poco que tenían lo compartían y lo que recibían lo agradecían muchísimo.
A ver si mi nuevo lifestyle me permite viajar …
Merhaba Ana!
Suele suceder en culturas teóricamente menos desarrolladas.
Una de las cosas que yo viví en la India fue cómo la ecología es algo que está totalmente absorbido de forma natural por la gente que trabaja en núcleos rurales. Lo hacen desde la idea del aprovechamiento máximo de los recursos naturales: por ejemplo con un coco a parte de la leche y la “carne” que comen también usan el pelo para hacer cuerdas (ultraresistentes) y las cáscaras como combustible.
Estoy seguro que tu nuevo lifestyle te permitirá viajar y espero que nos cuentes muchas anécdotas de ello.
Próxima parada Madrid y Sevilla wink
Gracias por comentar! smile
Hola Álvaro.
¿Qué decirte? Me has llegado. Escribes tan claro y tan transparente que siento tus mismas emociones. No como si estuviera alli (que espero visitar algun día la India) sino porque transmites pasión, experiencia y vida.
Gracias por compartir este fragmento de tu vida tan íntimo y a la vez tan mágico. Es increíble lo que puede llegar a hacer el ser humano. ¡Siempre me sorprendo!
Un abrazo.
Mil gracias Ana!
La verdad es que este es uno de mis post más personales, de los que he preparado con un especial cariño por lo que significa para mi.
No es el típico post didáctico, ni de esos que tienen impacto marketiniano.
Me alegra mucho que hayas captado la sensibilidad de lo que ocurrió allí, estoy seguro de que algún día podrás visitar India, es un magnífico lugar para explorar.
Un fuerte abrazo!
Hola Coacher!
Efectivamente, eres afortunado por haber vivido esa experiencia, pero sobre todo por vivirlo y trasmitirlo desde una sensibilidad especial. Como ya te dije en su día me quedo con tu frase: “todos somos iguales en esencia y por tanto necesitamos y merecemos esencialmente lo mismo”.
Nos vemos por Madrid. Un abrazo.
Ey Coacher!!!
Qué alegría me da verte por aquí smile
Cuando me sale la vena sensible escribo de forma que a veces incluso yo me sorprendo…
Cuándo vienes por Estambul?
Un abrazo smile
Hola Alvaro,
Muy emocionante todo lo que cuentas, viajar realmente da vida y energía. Por suerte he viajado bastante y tengo muy buenos momentos guardados en mi mochila de la vida.
El mejor, me quedaría con la puesta de sol mirando a los Andes en el Valle de la Luna en San Pedro de Atacama ( Chile) o el cielo estrellado de la Patagonia. ( me hizo sentirme tan pequeña…)
La India sin duda es una parada obligada que no voy a perderme, sobretodo después de leer experiencias tan especiales.
Muchas gracias
Un saludo
Gracias a ti viajera!
A ver si en el camino nos cruzamos en cualquier latitud de este extraordinario mundo y nos contamos experiencias.
Un abrazo smile
Estupenda crónica, Álvaro!
Sin duda poder compartir momentos de esos en países como la India nos da una visión mucho más grande y rica del ser humano y de la grandeza que tenemos dentro.
Desde luego son héroes todos aquellos que están trabajando allí para levantar aquello y poder ofrecer un poco de dignidad, como tú dices, a todas las personas que allí viven en la miseria.
Si uno tiene los ojos bien abiertos, viajar desde luego te cambia y no eres el mismo cuando vuelves.
Un abrazo! smile
Sin duda fue el viaje más emotivo de mi vida Mario. Espero que haya mucho más como este.
Gracias por comentar!