Photo by peddhapati
Ya ha pasado el ecuador de octubre, y podemos decir que el cambio de estación ya es más que evidente.
Después de varias semanas sacando y metiendo ropa de un lado para otro he decido poner orden al armario. wink
Habitualmente aprovecho el cambio de ropa de verano a ropa de invierno para identificar ropa que no utilizo para donarla, y ese proceso siempre supone una pequeña lucha conmigo mismo.
Déjame que te cuente cómo transcurre mi discurso interno:
Identifico una prenda que no utilizo desde hace más de un año. Entonces la miro de arriba a abajo y empiezo una conversación conmigo mismo tal como esta:
- ¿La vas a dar?, pero si todavía está nueva
- Sí pero no te la pones nunca
- Ya pero quizás algún día me apetezca ponérmela
- Venga hombre! si no te la has puesto en el último año. Y además ya no se lleva.
- Ya, pero las modas vuelven, quizás más adelante me vuelva a gustar ponérmela
- Bueno tampoco pasa nada por dejarla aquí hasta el año que viene…
Y así me acabo convenciendo para no deshacerme de esa prenda…
Me he puesto a reflexionar sobre por qué me ocurre esto y creo que este hábito lo he adquirido de mi padre.
Aquí no se tira nada!
Te presento una conversación típica en mi casa:
- Voy a tirar esto que ya no sirve para nada
- ¿Por qué? puede servir un día para algo.
Ese argumento es brutalmente convincente: es tan sumamente vago que es del todo innegable:
PUEDE servir UN DÍA para ALGO
Y si a eso le añadimos que un día algo que se guardó 3 décadas antes acabó teniendo una utilidad, el argumento se constituye en VERDAD absoluta, lo que fortalece si cabe aún más esa creencia.
Para muestra un botón: gracias a ese argumento en casa de mis padres aún se conserva el primer ordenador comprado en 1986. Llegado a este punto mi padre tiene razón: ahora puede servir como reliquia mrgreen
En fin, que he absorbido esa creencia familiar y por esa razón cuando trato deshacerme de algo en muchas ocasiones me descubro a mi mismo repitiendo exactamente esa misma frase.
El apego a lo material
Bueno voy a descargar a mi padre de esa responsabilidad, porque la verdad es que es víctima como lo somos todos del apego a las cosas materiales que poseemos.
Vivimos bajo el paradigma de TENER y por tanto, deshacerse de algo es asumido como una pérdida.
Por eso, hacer limpieza de cosas suele suponer un ejercicio complicado en bastantes casos.
¿a que a tí tambien te pasa? ;)
Pues yo no sé el tuyo, pero la verdad es que mi armario es limitado, por lo que si sigo comprando y nunca tiro nada llegará un día que estará más lleno que el carromato de los Hermanos Marx… bigsmile
LIBRE!
Personalmente he de confesar, que deshacerme de cosas que ya no necesito me hace sentir bien.
¡Qué digo bien! ¡LIBERADO!
He reflexionado sobre porqué me ocurre esto y he llegado a la conclusión de que ese sentimiento de liberación se debe a que:
- El apego no me ha dominado, y he podido vencer mi resistencia interior, lo que se traduce en “Yo tengo el control“.
- Realmente he liberado un hueco, no sólo físico en mi armario, sino también en mi cabeza.
Un cambio lleno de oportunidades
Tras esta reflexión he decidido cambiar la creencia que me hacía sentir apego por otras con la que siento una mayor congruencia.
En la mayoría de las ocasiones, al dejar ir aquellas cosas que ya no sirven se generan dos oportunidades:
- la oportunidad de que pueda ser utilizada en otro modo, o por otras personas
- la oportunidad de que otras cosas nuevas y mejores lleguen a mi vida
Creo que todo es energía y por eso tenemos que gestionarla del mejor modo posible. La ropa no es más que otra cosa más, así como los pensamientos asociados a esa ropa.
Gracias a este cambio de pensamiento, ahora concluyo la conversación que tengo conmigo mismo del siguiente modo:
- …
- Ya, pero las modas vuelven, quizás más adelante me vuelva a gustar ponérmela
- Mientras eso ocurre podría utilizarlo otra persona, ¿no crees?
- mmmm..
- Además está ocupando espacio y si liberas espacio ganarás energía.
Desafío
Por eso desde hoy me pongo públicamente esta regla personal:
A partir de ahora, cada vez que compre algo voy a deshacerme de otra cosa de la misma naturaleza.
Así cuando compre unos zapatos nuevos será porque me he deshecho de unos antiguos, etc..
¿Lo haces conmigo?
COMPARTE! smile – Si te ha resultado interesante y crees que puede venirle bien a alguien, ayúdame a difundir mi trabajo compartiendo este post con estos botones tan chulos de aquí abajo. Muchas gracias! rolleyes
Qué bueno Álvaro!!
Justo estaba yo en esa labor y me has ayudado a cambiar mis creencias ;-)).
Muchísimas gracias.
Paula!!
Me alegro muchísimo que te haya ayudado smile
Muchas gracias por pasarte.
Un fuerte abrazo!