¿Sabes que si hubieras estudiado menos, quizás hoy tendrías más éxito?
Pues sí, la historia está llena de casos de genios que nunca acabaron sus estudios.
Si terminaste tu educación universitaria, sin duda puedes considerarte privilegiado, pero por otra parte esa educación que recibiste quizás te haya condenado a cierta insatisfacción laboral…
Déjame que te explique con mi propia historia el por qué.
¡No a la matanza indiscriminada de neuronas!
Corrían los años 90, y aunque por entonces Jordi Hurtado ya presentaba “Saber y Ganar”, sin duda eran otros tiempos.
Estaba en el instituto y empezaba a experimentar aquello a lo que llaman “la Universidad de la Vida”
Un día, en una charla de botellón, oí a un colega decir: “cada borrachera mata un millón de neuronas”
Obviamente era un tipo extensamente documentado a base de leer la Quo… mrgreen
Aquello me dejó verdaderamente impactado, tanto que aún hoy lo recuerdo.
Un millón de neuronas!!! ¿quién podía ser tan insensato como para hacer semejante masacre en su cerebro?
Sólo tuve que echar una visual a mi alrededor para encontrar la respuesta: casi todos mis amigos, compañeros de clase y por extensión la mayoría de los que por aquel entonces tenían 17 años..
Yo, que no bebía porque no me gustaba mucho aquello del Whisky Cola, encontré el argumento perfecto para no beber alcohol: la protección y preservación de mis neuronas.
La titulitis como camino hacia el éxito
Ese cariño a mis neuronas tenía una razón de ser: yo tenía que ir a la universidad a estudiar ingeniería y bien es sabido que para afrontar una carrera tan dura es necesario disponer de todo tu intelecto.
Y digo “tenía que” porque fue una obligación autoimpuesta que respondía a la idea de que obtener ese título supondría la materialización del éxito.
Sin duda era una creencia que flotaba en la sociedad por aquel tiempo, y que lamentablemente hoy en día sigue estando bastante extendida..
Para fortalecer mi argumentación, el informe de orientación a la universidad que me entregaron al terminar mis estudios de secundaria concluía que por mi gran facilidad para las matemáticas y la física debía estudiar una carrera técnica.
No había duda: tenía madera de ingeniero.
En este punto quiero aclarar que aunque estudiara mucho también era una persona muy creativa, al que le encantaba dibujar y tocar el piano.
Con apenas 6 años mis padres descubrieron mi don natural por la música cuando me puse a tocar de oído el famoso tema principal de “The final countdown” de los Europe y me compraron un teclado CASIO.
La culminación de esta faceta como músico llegó a los 20 años, cuando sin apenas conocimientos de solfeo y tras componer varias marchas de Semana Santa, dos de ellas fueron grabadas en un trabajo discográfico.
Ahí estaba yo, un tipo con indudable talento para las matemáticas, y no menos para la música…
Sin embargo, a pesar de adorar la música y pasar horas y horas delante mi teclado (mientras algunos de mis amigos se dedicaban a matar sus neuronas), nunca se me pasó por la cabeza dedicarme profesionalmente a la música.
Aquello era un hobby: la ingeniería sí que tenía lo necesario para ser forjarme un futuro profesional de éxito.
La Universidad “verdadera”: otro lugar en el que malgastar las neuronas
La facultad era una criba brutal.
En segundo de carrera había menos de la mitad de alumnos de los inscritos en primero.
Como en el programa Supervivientes, al final sólo llegaban los mejores bigsmile
Dos de las asignaturas que más me costó aprobar fueron “motores” y “estructuras”. El contenido además de ser muy complejo, era impartido por profesores que parecían disfrutar amargando la vida a sus alumnos.
Cómo no, al final aprobé, pero voy confesarte que, a pesar de la cantidad enorme de horas que dediqué a estudiarlas, no recuerdo prácticamente nada de ellas.
Podría decir sin miedo a equivocarme que he olvidado más del 80% de todo lo que aprendí en aquellos 6 años de formación universitaria.
No quiero decir que estudiar ingeniería no me sirviera de nada. Todo lo contrario: me permitió adquirir disciplinas de trabajo y desarrollar parte de mi intelecto.
Pero el contenido aprendido no ha tenido apenas aplicación en mi carrera profesional, por no hablar del nulo impacto que ha tenido en mi vida personal.
Sin embargo acabé siendo un reconocido profesional dentro del sector en el que trabajaba, al tiempo que desarrollaba mi ineptitud acerca de lo que sabía sobre mi persona.
En lugar de dedicar algunas de ellas al ejercicio de la introspección, me dejé parte de mi vida y de mis neuronas en estudiar cosas que, aparte de darme la posibilidad de conseguir el título de ingeniero, no me sirvieron para casi nada.
Y esto me pasaba a mí, alguien que había criticado antaño a mis compañeros de botellón…
Las lecciones que he aprendido de todo esto
A día de hoy no tengo la posibilidad de cambiar mi pasado.
La verdad es que no me apetece hacerlo, porque verdaderamente me ha traído a una vida que verdaderamente aprecio.
Pero sí que de todo lo anterior me llevo varias lecciones para aprovechar mejor mi vida, mi tiempo y cómo no mis neuronas smile
La primera lección que he aprendido es a no creerme lo que digan los demás por mucho que lean la Quo.
Te aconsejo por tanto que siempre reflexiones sobre aquello que aprendes antes de establecerlo como una verdad propia, ya que puede condicionar tu sistema de creencias.
Lo segundo es que por mucho que la sociedad se empeñe, los títulos no definen el éxito de una persona.
Por eso, aunque todos los años dedico a formarme bastante tiempo y dinero, el único criterio que aplico para seleccionar una formación u otra es que atienda a mi Desarrollo Personal, independientemente de si los demás aprecian ese conocimiento.
Por último, y sin duda la lección más importante es que la verdadera Universidad se encuentra en el interior de cada persona.
Por esa razón considero verdaderamente importante emplear los recursos, el tiempo y la energía necesaria en aprender a ser uno mismo y disfrutar de la vida.
En mi curso “Descubre Tu Talento” te ayudo a hacerlo.
Nos queda ahora el reto de mejorar el sistema educativo para que nuestros hijos tengan la oportunidad de aprender lo importante en sus vidas para el desarrollo de su talento y crecimiento personal.
Me encantaría conocer tu opinión acerca del sistema educativo y cómo ha incidido en tu vida. ¿Te animas a contárnoslo en los comentarios? smile
COMPARTE! smile – Si te ha resultado interesante y crees que puede venirle bien a alguien, ayúdame a difundir mi trabajo compartiendo este post con estos botones tan chulos de aquí abajo. 1000 gracias! rolleyes
Photo credit: marcp_dmoz / Foter / CC BY-NC-SA
Hoy voy a revelarte, tal vez, algo sorprendente:
Abandoné mis estudios (contra mi voluntad) en el año 1991, con 18 años, pero creé mi empresa en 2002, con 29.
Ha sido un tema tabú en mi vida, pues me avergonzaba el hecho de ir contra corriente, pero HOY,, doy las gracias por haber abandonado la manada siguiendo mi instinto y mis creencias.
Nunca he dejado de estudiar, sigo formándome con los mejores: la única diferencia es que lo hago con personas que APLICAN sus conocimientos en sus vidas. Aprenden, aplican y transmiten desde el corazón.
Lo llaman ¡formación de alto impacto! Somos una pandilla de iconoclastas.
Será la base de mi primer libro … y Raimon Samsó será mi maestro, una vez más. Ha escrito 14 libros smile y es todo corazón.
¿Te he sorprendido Álvaro? Es lo que más me gusta en la vida, porque nadie se aburre a mi lado smile
Espero que sea de ayuda a tus lectores. Seguimossssss
AB
Hola Ana!
Pues la verdad es que no me has sorprendido, de ti ya me espero de todo!
Pero estoy seguro de que a los lectores les vendrá genial conocer tu testimonio smile
Gracias!
Hola Álvaro:
¡Tremendo post!
Estamos de acuerdo en que tener un título no define el éxito de nadie. Es un paradigma que ha demostrado servir para nada.
Yo la tengo más complicada. Cuando estaba en el colegio, deseaba ser escritora o bailarina de salsa. Mis padres eran conscientes de mis pasiones pero me decían que antes debía estudiar una carrera que me permitiera sobrevivir mientras al tiempo le daba rienda suelta a mi talento.
A los 16 años solo tenía clara una cosa: me apasionaba escribir, leer y bailar salsa. Me destaqué en el colegio por mis aptitudes para el baile y la composición de cuentos fantásticos.
Mis padres insistían que debía ir a la universidad pero no me gustaba ninguna de las carreras que ofrecían. Ante la insistencia y la manipulación de ellos, ingresé a Tecnología de sistemas (una ingeniería básica). Los primeros 4 semestres era la peor estudiante de todos. Los últimos 4 mejoré bastante y logré graduarme. De esa titulación agradezco varias cosas que me han servido en la vida.
Tiempo después ingresé a trabajar con el Estado. Ya era independiente. Otra vez, me dejé llevar por el sistema y terminé estudiando Contaduría, carrera en la que fui la mejor estudiante y obtuve grado con honores pero que tampoco me llenaba.
¿Ahora que? Están mis padres otra vez con la pregunta del millón ¿qué maestría vas hacer ahora? Les he respondido que a decir verdad no he encontrado ninguna que me llame la atención. Todas están diseñadas para que yo sea un empleado en una gran multinacional y no es lo que quiero.
Desde que comencé a escribir en el blog, siento una emoción gigante que no me daba hace mucho (excepto cuando nació mi hija). Me transporto a otro lugar cuando lo estoy haciendo y se me van las horas. No tiene comparación.
Sigo estudiando, formándome, pero en estudios que le aportan a lo que yo quiero. Me he dado cuenta que cuando lo que estudio está en sintonía con lo que me apasiona, aprendo más rápido y el deseo de aprender aumenta trillones.
Mis neuronas ahora sí están a buen resguardo y optimizadas.
Me preocupa la educación de mi hija en un sistema educativo nefasto donde los niños tienen que repetir como loras cosas a las que no le encuentran sentido. No hay una observación de los talentos naturales para potenciarlos. Los tienen 9 horas en el colegio y le suman 4 horas más de tareas en la casa ¿a qué horas van a ser niños si cuando terminan las tareas ya es hora de dormir? ¿a que horas van a potenciar sus pasiones si están permanentemente ocupados? Mi esposo y yo tratamos que ella tenga espacios como sea para lo que verdaderamente le agrada: bailar y dibujar.
Nota: Laura, mi hija, tiene 4 años.
¡Gracias por compartir!.
Gracias por este extraordinario testimonio Maryory!
Fíjate que tu intención ya te muestra el camino, y aunque no tengas certeza del destino sabes que vas avanzando por el camino correcto.
Si yo fuera tú no me preocuparía por tu hija: si creyera que algo del sistema no encaja y que mi hija tiene otras prioridades y necesidades intentaría atenderlas independientemente de si tiene “éxito” en la escuela o no. Nosotros ya tenemos claro que el éxito es algo muy relativo y que no depende de los estudios ni de los títulos smile
Un abrazo!
Hola Alvaro, tan cierto tu post.
Yo tambien estudie Ingenieria (en infomática en mi caso) y justo la semana pasada estaba haciendo limpieza en mi cuarto y me encontré con varios de mis cuadernos de apuntes, ya sabes aquellos que guarde porque algún día estudiaría un master y de seguro me servirían, me puse a hojear algunos de esos apuntes y tristemente me di cuenta de que mucha de la información que encontré había sido eliminada de mi memoria y que al revisar un par de examenes no tenía ni idea de la razón por la que había utilizado tal o cual argumento para responder varias preguntas. Verdaramente hay asignaturas que uno esta obligado a aprobar porque son parte del “curriculum” del ingeniero, pero después de revisar estos apuntes me pregunto si es verdaderamente práctico conocer tantas y tantas cosas que nunca pondremos en práctica en la vida real.
En fin, supongo que es un mal general de nuestros sistemas de educación, ojalá que nuevas generaciones sean más afortunadas.
Saludos.
Hola Gustavo!
Ya poco podemos hacer con aquél tiempo que se nos fue empleado en cosas que no sirvieron de mucho.
Lo único que podemos hacer es aprender de aquello y tener el compromiso de que aquí en adelante nuestros recursus (tiempo, dinero, energía…) irán a atender nuestras verdaderas necesidades.
Gracias por tu comentario!
¡Pedazo de entrada Álvaro!
Yo mismo escribí una similar en mi blog, y la verdad es que también tuvo bastante aceptación.
A mí, lo que más me molestas del sistema educativo actual son dos cosas:
-Hoy en día solo vales lo que tus títulos digan que vales.
-El sistema de aprendizaje es memorístico y tan apenas se desarrollan competencias útiles para el trabajo.
Con respecto al primer punto, ya he leído los comentarios y poco más tengo que añadir. Es una pena que hoy en día tener títulos sea una criba. En la carrera de Derecho estudié el por qué de la existencia de los títulos y de las carreras, y la verdad es que en su momento tenía sentido. Pero aun así sigo pensando que es un sistema muy pobre para medir a la gente, sobre todo hoy en día que las empresas y las economías evolucionan tan rápido y tienes que estar aprendiendo constantemente cosas para las que aun no existe un título.
Pero, ¿y el que no tiene recursos para costearse las cada vez más caras carreras universitarias? ¿Y si mi hijo es buenísimo en algo pero no hay ninguna carrera que le avale como “este chico es muy bueno en hacer ésto”?
¿Y si yo soy muy bueno memorizando libros, me saco todo con nota, pero luego cuando algo se sale de la teoría no se reaccionar?
Y con esta pregunta enlazo al segundo punto: la de valorar tus exámenes según la capacidad que tengas para memorizar miles de conceptos.
¿De verdad es necesario llenar la cabeza de miles de datos que, en la mayoría de las veces, no vas a utilizar nunca?
Yo estudio Derecho, y tal y como está planteada la carrera en mi Universidad, para aprobar y sacar buenas notas tengo que memorizarme los libros de texto que me mandan. ¿Qué pasa? Pues que cuando alguien me pregunta algo que no sale en los libros de texto, me siento super perdido. Y además (lo que es peor) tan apenas sé manejar la ley o el BOE para buscar la solución.
Y todo ésto porque en vez de darme recursos en la universidad para poder ser un buen abogado, o poder ganarme la vida con el derecho, me obligan a memorizar miles de páginas de libros que de un examen para otro ya se me han olvidado.
¿De verdad alguien cree que este sistema es el bueno para formar profesionales?
En fin, que me pegaría escribiendo un rato muuuuuy largo sobre este tema, porque me tiene algo quemado.
Un fuerte abrazo Álvaro. Y un saludo a tod@s.
Gracias por este excelente comentario tan enriquecedor Borja.
En mi opinión, en los años de infancia y juventud habría que dejar a la persona que explorara de un modo extenso todo aquello por lo que muestra interés. Además habría que darle la posibilidad de que conociera lo más que pudiera, porque de qué modo puedes saber que te gusta navegar si nunca has visto el mar…
Creo que muchos somos loso que pensamos que este sistema está obsoleto, y creo que este pensamiento verá sus frutos en las próximas décadas.
Un abrazo!
Álvaro, mil gracias por el post.
Si la meta de la vida es buscar ser felices haciendo lo que nos apasiona, la pregunta es ¿cómo descubrir y desarrollar lo que nos apasiona en medio del sistema que justamente se opone a ello (padres, amigos, familiares, televisión, escuela, maestros, universidad, etc.) ?.
Gracias.
Un afectuoso abrazo,
Iván
Hola Iván!
Excelente pregunta. Intento contestarte con una frase muy cortita: “Prestando atención a lo que te dices por dentro y dejando de escuchar a los que te hablan por fuera” smile
Es más complejo que todo eso, pero es un buen punto de partida.
Un abrazo y gracias por comentar!
¡Hola Álvaro!
Me encantó este artículo. Yo me he venido dando cuenta de un tiempo para acá de tantas cosas, que me siento tambalear. He estado en un trabajo que ya odio (reclutamiento de profesionales de IT), y desde hace un par de años que he querido cambiar, pero no tengo idea de cómo o hacia dónde. Es exacto como mencionas: he usado mis neuronas y tiempo siendo una estudiante sobresaliente, dejando taaan de lado mis pasiones y gustos, que ya hasta llegué a olvidarlos, por una introspección mínima =S.
Ahora, a mis 29 veo que muuchas de mis creencias o ideas, no eran realmente mías. Cuando era niña, yo decía que quería ser actriz, cantante o bailarina, pero mi papá siempre decía que la única herencia que podía dejarnos a mi y a mis hermanas, era la educación; que debía enfocarme en estudiar para tener un buen trabajo, una buena vida, etc. Y lo tomé como una verdad absoluta. No recuerdo siquiera haber considerado mis gustos “artísticos” (por llamarlos de alguna manera) como algo más que hobbies, que con el tiempo, la escuela y el trabajo, fueron quedando como enterrados. Yo soy esa niña buena, la hermana mayor que pone el ejemplo, que sacaba buenas notas, la responsable…
En fin, me gustó mucho el artículo y lo leo justo en un momento en que estoy intentando rehacer mi vida, siendo mamá de un pequeñito (de 1 año y medio, btw) a quien le quiero mostrar que puede ser y hacer lo que desee… ojalá me salga bien, jeje =D (risa nerviosa)
Hola Susy!
Me alegro que te haya gustado y te haya permitido reflexionar. Por supuesto que podrás darle una educación a tu hija mucho más basada en sus talentos naturales.
Un abrazo!
Buenas noches Álvaro, muy buen artículo, me encanta la claridad con que expresas tus ideas en el blog, este tema en particular me interesa bastante por la situación en la que me encuentro, ya que estoy evaluando la idea de continuar con mis estudios universitarios o abandonar para formarme por mi mismo, siento que en las clases universitarias el conocimiento útil que adquiero es menos del 20% de todo lo que me dan y que hago demasiado gasto y desperdicio de: atención, tiempo, recursos mentales, económicos y demás, comparado con la retribución que recibo. Me gustaría pedirte el favor de darme un concejo de forma general sin conocer el caso a fondo o si me puedes recomendar algún libro o lectura en la que se trate mas a fondo el tema, gracias de antemano y vuelvo y repito, que gran trabajo el que haces, saludos.
No estoy de acuerdo contigo, los conocimientos no están de más si tu quieres, mi historia es muy distinta, me doy cuenta que el esforzarte y aprender es muy importante, aunque pareciera que no sirven para nada esos conocimientos, a lo largo de la vida, si tu los aprendiste bien te ayudaran a resolver algún problema que se te presente, se crean redes de conocimiento y la forma de ver la realidad es más integral. Lamentable mente en este mundo , se observa muy parcialmente. de ahi lo imperfecto que es , y adolece de conocimientos integrales. Depende de cada quien ir formando su universo de conocimientos
Hola Patricia,
Estoy de acuerdo contigo en que esforzarse y aprender, de hecho es lo que indico en lo escrito cuando digo que estudiar ingeniería me sirvió sobre todo para crear hábitos de trabajo.
Sin embargo no veo por qué una persona ha de dedicar el valioso tiempo de su vida en aprender cosas que no son relevantes para su vida o no son de su interés. Creo en las redes de conocimiento, pero en mi opinión sería mucho más efectiva basarlas en la interdependencia de personas que desarrollan intereses vocacionales, es decir, si necesito curarme una enfermedad voy a un médico y si necesito resolver una situación legal voy a un abogado, al igual que, por mucho que estudiara varios años mecánica en ingeniería, voy a un técnico a que repare mi coche.
En mi opinión el conocimiento sin aplicar no sirve de nada, y la Universidad está mucho más orientada a perpetuar el sistema que en que las personas adquieran conocimientos de su interés y desarrollen sus talentos.
Coincido contigo en que cada uno es dueño de sus acciones y por eso voy a fomentar que mis hijos decidan aprender aquello que es de su interés en lugar de un montón conocimientos que jamás aplicarán por el simple hecho de adquirir un título académico.
Un abrazo y gracias por discrepar, siempre enriquece smile
Es increible estaba por escribir un post sobre el tema educativo y tu historia es algo parecida a la mia.
Cuando termine de estudiar al año y medio de cursar Ingeniería Informática comencé a trabajar para una gran empresa.
Mi vida parecía resuelta a los 20 años, que iluso jajaj
Es decir, resuelta si pretendía trabajar mucho tiempo hasta mi jubilación y claramente no es lo que quería.
Pero seguí estudiando y faltando 6 materias para recibirme deje todo, y no me arrepiento para nada!
Te das cuenta que un simple papel para colgar y ser el orgullo de una familia y demás no sirve para nada.
Puedes estudiar toda tu vida pero si no tomas acción y experiencia de nada sirve.
Te hacen creer que es el camino correcto, pero gracias a dios existen libros como “Padre rico Padre pobre” que te permiten abrir tu cabeza para que entiendes la verdadera realidad y que hay posibilidades muchos mas grandes.
Entender libros como “El alquimista” para darte cuenta que no necesitas de grandes cosas, todo esta a la vuelta de tu casa.
Sin dudas el sistema educativo flaquea por muchos lugares, me alegra que siga difundiendo ese mensaje, desde mi humilde lugar intento hacer algo parecido!
Muchas gracias por el artículo, un saludo!!!
Post leído, y he leido algunos comentarios,
Buenas Álvaro,
Sin duda no me puedo sentir más identificado. Otro ingeniero al habla que cree que el título solo sirve para pillar polvo. Y no me malinterpretes, la carrera de ingeniería industrial me ha servido para aprender muchas cosas, especialmente a ser eficiente, efectivo y a aprender a aprender. De hecho, algunas disciplinas en concreto, como la biomecánica (y especialmente la biomecánica deportiva) me encantan y me gustaría formarme mucho más en ellas. Pero en cuanto a la carrera, 7 años…algo bueno tuvo que haber. Y de hecho, la época universitaria fue muy bonita.
Pero ya hace casi dos años que la finalicé, y la universidad es un mundo surrealista muy diferente a lo que nos depara la vida. O el “trabajo”. O el empleo. Y antes que la universidad tenemos el colegio, la primaria, la secundaria…
Se trata de un sistema que no se renueva, y cuando lo hace, lo único que revela es que el sistema educativo nunca jugará a favor de los niños y chavales, sino del sistema global en el que estamos inmersos. Otro sistema que lo que busca es gente con buenas capacidades analíticas y productivas para que la rueda siga girando. Para que se siga fabricando en masa, y avanzando en la tecnología sin freno, sin mirar otras cosas que, tal vez, puedan llegar a ser más importantes.
No me vuelvas a malinterpretar (jaja) de los avances tecnológicos y de esta nueva era se pueden sacar cosas muy buenas, como que alguien pueda ayudar a miles de personas a través de su ordenador o como que podamos vivir por más años…
Pero, ¿de verdad un chaval de 16 años sabe qué es lo que quiere en la vida?
¿Alguien se encarga realmente de enseñarle a que haga un ejercicio de introspección?
¿Alguien le revela TODO lo posible que hay ahí fuera?
¿Alguien le muestra todo lo que puede hacer con su imaginación, creatividad y motivación personal?
O más bien, ¿nos encargamos de programar a los de nuestro alrededor…a nuestros hijos, familiares?
A tenor de quien era yo a los 16 años se podría decir que era un pato mareado para los deportes. Ahora con 27 seguramente veo que podría haber sido bueno e incluso dedicarme profesionalmente o pseudoprofesionalmente en una buena parte de los mismos.
Y así con muchas cosas…
Gracias por hacernos pensar Álvaro! 5 minutos de reflexiones puestos en este comentario.
Un saludo wink
Mil gracias por estas reflexiones Fabio, enriquecen mucho lo escrito en el artículo y sin duda puede ser de gran ayuda a otras personas.
Un abrazo valiente!
¡Gran artículo Álvaro! He incluido este enlace a mi entrada sobre la educación (https://venturasensitiva.wordpress.com/2016/11/27/la-educacion-de-hoy-en-dia-no-tiene-ningun-sentido/) y espero que no te importen, pero lo considero genial para que sirva como referencia a lo que expongo smile
¡Un abrazo y a intentar seguir cambiando esto que llamamos “educación”!
Hola Javier!
Por supuesto que no sólo me importa, sino que es para mí un placer que hagas referencia en tu articulo smile
Muchas gracias!!
Es cierto asistimos a una institución educativa por mucho tiempo, para que pocos conocimientos lo utilicemos en nuestra vida.
Te comento Alvaro , yo no tengo ninguna hora de clases sobre pintura, pero he tenido la suerte de ganar a profesionales y expertos en un Concurso de Pintura Rápida-30 de julio 2015 en (Cajabamba-Cajamarca-Perú), Claro que el jurado calificador eran profesionales de trayectoria nacional e internacional
Ni siquiera pienso en la educación que yo recibí -años 60 y 70- pero si he reflexionado largamente acerca de la de mis hijos. Desgraciadamente no tuve la inquietud suficiente o la conciencia clara de lo trascendente que es la educación escolar. En la actualidad (quizá no tanto cuando me tocó a mí buscar centros educativos para mis hijos) hay suficiente oferta educativa como para elegir con acierto el lugar en donde tus hijos van a pasar la mitad de su infancia y adolescencia. Centros en los que es nuclear el descubrimiento de las cualidades del niño -de cada niño-, donde es tan importante enseñarles tolerancia, curiosidad por el mundo y compartir, como aprender matemáticas, lengua o geografía. Colegios por desgracia muy minoritarios todavía, siempre privados y en muchos casos no al alcance de la mayoría de padres.
A los nuevos padres un consejo: no dudéis en invertir en la infancia de vuestros hijos. Cueste lo que cueste.
Hola Alvaro:
Muy interesante tu reflexión.
Al terminar la universidad me quedaron las materias prácticas, aquellas que se convertirian en el instrumento de trabajo, que aun hoy utilizo. Las teorias, los comunismos cientificos, etc, fueron eso, horas triturando neuronas, durmiendo otras. Al llegar a un aula, con el titulo en la mano, fue empezar de nuevo: la realidad era: jovenes que ni sabian porque habian escogido la carrera, y sin embargo, yo “debia” convercerles de que estaban en “lo cierto”, porque yo asi me lo creia. Al salir de mi país, la toma de consciencia fue instantánea: mucho de lo que sé, me dije, no me sirve de nada. No sabia nada del mundo “real”, tenia que empezar de nuevo. Y lo hice.
He aprendido más en los trabajos que me formaron después y en las autoformaciones.
Y el viaje de Ulises hacia el interior continúa. Todo ha valido.
Ahora soy consciente de que la mejor aula es mi propia vida y de que el explorarme cada dia, incorporando conocimientos prácticos, me pueden llegar a satisfacer mucho más.
La Universidad está en nosotros. Cada uno es Su Propio y Sabio Universo.
Gracias.
Un saludo.
Isabel
Genial reflexión Isabel. Es curioso cómo nuestra visión y creencias van cambiando a lo largo de la vida ¿no crees?
Un abrazo enorme!
Hola Álvaro, pues si tienes mucha razón en que un título académico no define tu éxito o yo diría no lo garantiza, por lo tanto, creo es un paradigma que deberán romper quienes ven a la gente graduada de una universidad como paladines, pero es que el sistema educativo te lo impone porque no te orienta o no te proyecta a tu vocación, sino a los intereses mercantilistas de las instituciones educativas y con la complicidad de las autoridades estatales; en mi caso particular no es que no conozca mi vocación, sino que el asunto es de continuidad profesional, reinventarme en la profesión, realizar un giro de timón profesional, conseguir clientes en un mercado saturado o agotado en un mundo en plena crisis económica, en concreto, mi desafío es dar el salto creando la oportunidad rompiendo con el esquema o patrón tradicional del ejercicio de la abogacía. saludos y gracias por permitir comentar.
PD: te escribo desde El Salvador
Hola Miguel, me ha encantado tu aportación. Creo que enriquece mucho lo ya escrito.
Gracias!
(Un saludo a El Salvador wink )
Hola Álvaro.
Hoy como muchas veces le pedía a Dios una luz y te encontré, no sabía quien eras hasta hace un par de horas, pero me gustó mucho el anuncio: No sabes que hacer con tu vida? Acaba con esa maldición de una vez por todas… Sentí que me hablaste y empecé a leerte y créeme, sentí que te fijabas en mi.
Bueno, yo soy Administradora de Empresas, Especialista en Gerencia Estrategia solo de Título. Así como lo has enunciado me dejé llevar por lo externo, por qué a los 16 años aún no sabía que quería para mí.
Inicie estudiando una Técnica en Secretaríado, por qué la situación económica en la Flia. No estaba para costear una carrera universitaria, por lo que decidí iniciar por allí, luego vino el trabajo y la oportunidad de seguir creciendo como profesional, y bueno, cómo era una rama administrativa decidí continuar con una Tecnología en Gestión Comercial, luego la Admon. Y por último la Especialización y sin ganas de continuar, no he visto los resultados, pensando siempre en que la responsabilidad, la entrega a mi trabajo, la integridad y el sentido de pertenencia, me harían llegar un poco lejos, pero no ha sido así.
Hoy estoy en un cargo dónde empecé desde que era técnica. Es realmente frustrante y como lo decias en el primer vídeo no dejo de culparme por todo lo que me pasa.
La situación económica no es la mejor y me siento en un abismo, la actitud desmejora y la salud también.
Así que aquí estoy, necesitando orientación, por que todo se descontrola.
Desde ya agradezco tus palabras, lo poco que he leído me da una esperanza.
Gracias por compartir Alvaro. Mi experiencia es muy parecida…solo que estudie Ciencias Economicas para convertirme en Contador (creo que en Espana le dicen “Contable”). El Titulo universitario fue algo que me dio un status social y tambien ayudo a mis padres a sentirse orgullosos de su hijo…Por mi parte, personalmente, no me dio mucho. No me ayudo para nada en mi conocimiento de mi mismo…Si me dio la posibilidad de encontrar trabajo, lo cual me dio tranquilidad financiera, nada mas. Y asi, con el sistema educativo en el que fui moldeado desde chico, con colegio privado catolico, aprendiendo a obedecer, …segui ese camino predecible para convertirme en un Contador al cual el balance en lo personal no le cuadraba…En fin, tenia que hacer mas, ..por lo cual decidi hacer un Master en Administracion de Empresas, pero en Ingles y en otro pais, …y asi es que hoy estoy viviendo en Australia. Es decir, el sistema educativo me convirtio en un high achiever pero tambien me dejo vacio en lo personal, por lo que hoy por hoy me siento perdido. Agradecido de poder estar haciendo tu curso dtt para poder poner pausa, mirar un poco interiormente, sentir cual es mi pasion, mis intereses, …y desde ahi empezar a construir. Ese seria el sistema educativo ideal, no?
Saludos
Hola Pablo,
En cierta manera sí.
Yo no creo que la pasión se descubra, sino que a través de un proceso de cultivar ciertos intereses y actividades se va desarrollando. Por eso el ideal es identificar qué te mueve (lo verás en el capítulo de Motores)
Otra cuestión que debes tener en cuenta es que, si bien el proceso reflexivo es importante, es la exploración la que te irá dando respuestas, por lo que no debes quedarte únicamente en lo teórico y en la introspección. smile
Espero que te ayude.
Un abrazo!