Controle su peso
Controle la velocidad
Pare aquí: control de alcoholemia
Control de la natalidad (use preservativos Control)
Estamos en una sociedad hipercontroladora!
A mí me gustaría controlar a mi vecina de arriba que llega a la 1 de la madrugada con los taconazos y despierta a medio bloque.
Daría lo que fuera por tener un control remoto para ponerle los tacones en “silencio” angry
Lo admito, soy un poco maniaticontrolador, pero ya me estoy estoy controlando bigsmile
En serio, antes lo era mucho más y eso me impedía disfrutar en ciertos aspectos de mi vida.
En esta entrada te voy a hablar de cómo frenar la obsesión por querer controlar todo.
La era del control
Pues como te decía, vengo observando últimamente que muchas personas tienen un perfil que definiría como “maniático del control”
Me atrevería a decir que la crisis ha acentuado esta tendencia. No en vano el miedo intensifica el deseo de control. Y seamos sinceros, en esta situación de inestabilidad en la que vivimos, el grado de acojone es bastante elevado.
Me cuenta mi amigo Ricardo que comerciales que anteriormente hacían su trabajo con cierta libertad ahora llevan un sistema que controla su localización vía GPS. La razón, el miedo a no alcanzar los objetivos de la empresa.
En otro ámbito bien distinto hay padres que se obsesionan por que sus hijos tengan los resultados deseados en la escuela, actuando sobre ellos con cierta exigencia. Es decir tienen miedo a que no estén bien preparados para el futuro.
En Turquía donde resido, el gobierno ha llegado en varias ocasiones a bloquear youtube como medida de control de que cierta información se difundiera. Resultado: la gente buscó otro medio de acceder al famoso canal de vídeos.
Sí, el miedo es una herramienta poderosa para el control, lo es tanto que si no tienes cuidado, puede controlar tu vida.
Obsesionados por el control
Foto de Faramarz Hashemi
No hay duda, la tendencia a controlarlo todo está en alza, y esto nos consume mucha energía.
El control en sí no es negativo, pues nos ayuda a alcanzar niveles adecuados de calidad o a limitar conductas que pueden resultar nocivas. Por ejemplo, si quieres perder peso, difícil será que lo consigas si no controlas de algún modo lo que consumes.
En el miedo del que antes hablábamos es crítico; que las cosas no sean como tú deseas te puede llevar la obsesión de querer controlar todo.
Pero ¿acaso puedes controlarlo todo? La respuesta creo que es evidente.
No my friend!
Hay muchas cosas fuera de tu control.
La clave para frenar el impulso de querer controlar todo
Hace 2000 años Epicteto escribió esto:
La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Sólo tras haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior.
Se vé que Reinhold Niebuhr había leído a Epicteto cuando rogó: Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas.
Parece pues que si quieres frenar el impulso de querer controlar todo y vivir en paz debes de empezar por tomar conciencia sobre qué puedes y qué no puedes controlar.
Stephen Covey, en su sensacional libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva nos habla del Círculo de Preocupación y el Círculo de influencia.
Tú, como todas las personas tienes una serie de cosas que te preocupan o conciernen.
Imagina ahora que metes todas esas cosas dentro de un enorme círculo, de modo que las cosas que están fuera del mismo no te preocupan de modo alguno. A este círculo, Stephen Covey le llama el “Círculo de preocupación”
Fíjate que tus preocupaciones pueden ser de muy distinta naturaleza, yendo desde la salud o el trabajo, a la situación económica del país o el futuro laboral de tus hijos.
Pues bien, ahora coge esas preocupaciones y pregúntate qué grado de control tienes sobre ellas, y separa aquellas sobre las que puedes hacer algo de aquellas sobre las que no tienes control alguno.
Círculo de preocupación y Círculo de influencia
Las primeras son cosas que están bajo tu influencia, por lo que dentro del círculo de preocupación tendremos un círculo que denominaremos “Círculo de influencia”
En tu círculo de influencia están aquellas cosas relacionadas con tu modo de pensar como son opiniones, juicios o comportamientos. También aquellas tales como la higiene personal, qué comida comes o qué ropa vistes.
Fuera de tu zona de influencia están todas aquellas cosas que piensan y hacen los demás. También aquellas relacionadas con la naturaleza como puede ser la meteorología o un terremoto.
Epicteto en su manual de vida continua así:
Si pensamos que podemos llevar las riendas de cosas que por naturaleza escapan a nuestro control, o si intentamos adoptar los asuntos de otros como propios, nuestros esfuerzos se verán desbaratados y nos convertiremos en personas frustradas, ansiosas y criticonas.
Por eso es importante aprender a aceptar aquello que está fuera de nuestro control y poner nuestra energía en aquello sobre lo que sí podemos influir.
Stephen Covey dice que aquellas personas que ponen su foco en el círculo de influencia demuestran proactividad.
Afirma que esta es una característica común de aquellas personas que son efectivas en sus vidas.
Poniéndolo en práctica
La secuencia de preguntas a hacerse es:
- ¿qué es lo que me preocupa?
- ¿qué puedo hacer? o ¿cómo puedo influir?
- aceptar lo que no puedo controlar e influir sobre lo que sí puedo.
Ejemplo 1
Al principio te contaba que mi vecina se pasea con sus tacones a horas impropias para conciliar el sueño.
- ¿qué me preocupa? No descansar bien
- ¿puedo controlar el comportamiento de mi vecina? No
- ¿qué puedo hacer?
- Ponerme tapones (actúo sobre mi)
- Tratar de influir sobre su comportamiento: hablando con ella y pedirle que no ande con tacones a esas horas (trato de influir en la otra persona pero no puedo controlar qué hará)
Ejemplo 2
Imaginemos esta otra situación algo más compleja:
Estás al cuidado de un anciano con demencia senil y entras con él en un ascensor donde comienza a insultar a una persona.
¿qué te preocupa en esa situación? que la otra persona se sienta ofendida.
¿qué puedes hacer? pues quizás pretendas callar al anciano intentando hacerle comprender que ese no es un comportamiento adecuado. Evidentemente, si el anciano no atiende a razonamiento alguno, difícil será que se calle, y discutir con él generará una situación si cabe más violenta que la anterior.
Sin embargo, puedes dejar al anciano soltar los improperios que se le ocurra y explicar a la persona que los está recibiendo la situación del anciano pidiéndole disculpas por su comportamiento.
En este caso no consigues callar al anciano, pero sí actúas de un modo influyente hacia lo que te preocupa.
Resumiendo, preocuparse de lo que uno no puedo ocuparse te roba energía inútilmente.
Te digo lo que le decía Gil Reyes a André Agassi cuando le entrenaba
Controla lo que puedas controlar
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Estupenda entrada sobre uno de los temas fundamentales de nuestra sociedad.
Creo que esa necesidad de control juega en dirección contraria a la felicidad. Cuanto más miedo y necesidad, más control y más infelicidad.
Yo vivo en Austria y como “aparentemente” todo funciona muy bien, la gente tiene la falsa sensación de poder controlar todos los aspectos de sus vidas. El resultado es gente muy estresada y con poca alegría. En cuanto un pequeño detalle no va “como debería ir”, se desencadena el enfado o la contrariedad.
Quizás es por eso que en los países más pobres parecen más felices. Están más acostumbrados a que las cosas no vayan como ellos quieren y tienen más tolerancia a muchos problemas.
El control es una ilusión. Creo que cuanto antes nos demos cuenta de ello mejor nos irá. Solamente podemos controlar nuestra respuesta al mundo exterior.
Un abrazo y enhorabuena por el post!
Totalmente de acuerdo Mario.
El ejercicio de aceptación de aquellas cosas que no son controlables es fundamental para vivir de forma plena. Coincido en que los países pobres tienen más desarrollado esta capacidad de aceptación…
Muchas gracias por el comentario smile
Lo resume un proverbio chino, que dice algo como esto: si tienes un problema y tiene solución, por qué te preocupas? Y si no tiene solución, por qué te preocupas?
Realmente me ayudará lo que he leído aquí, gracias quizá hasta salve mi vida porque llevo una vida de estres.
podría tener una platica de un tema el cual no se como resolverlo y es sobre esos casos
Hola Paola, puedes consultar los servicios de atención personalizada en la web.
Un abrazo!